Trabajo hace más de 4 años en la fábrica, a los 2 años empecé a sentir un dolor en el brazo izquierdo. Al principio pensé que era un golpe pero con el pasar de los días me di cuenta que el dolor se incrementaba y sentía tirones en el brazo y la mano. Después de haberme peleado con el médico de la empresa que me decía que no tenía nada, fui a hacerme un estudio, los resultados dieron que tenía tendinitis en el brazo. El dolor era cada vez más fuerte pero como siempre nos acostumbramos, por miedo a perder el laburo.

Ni la empresa, ni los médicos laborales, ni siquiera el Sindicato se preocupaban realmente por solucionar mi problema de fondo, lo que a todos les preocupaba era arreglarme rápido para volver a trabajar.

Me hice tratar con un médico particular porque no recibía ninguna respuesta de la empresa y el Sindicato. Después de 4 meses de tratamiento con inyecciones, muñequeras, kinesiología, me terminaron operando. 

 
En la empresa se pusieron peor, mi supervisor apenas volví del tratamiento antes de operarme me dijo, “que voy a hacer con vos acá no me servís”.
Lástima que cuando a uno cuando le pasa algo así, se da cuenta de para qué están los médicos de la empresa, que todo lo resuelven con una pastilla para zafar del dolor, lo único que les importa es que sigas trabajando y produciendo, porque en todas las instancias lo único que ven de nosotros es un número, un robot, cuando deja de rendir se descarta sin importar nuestras vidas, sin importar nuestras familias.

Yo conozco más de 10 operados, sin contar las hernias de disco, etc. Todos tenemos dolores en la espalda, a todos nos cuesta y nos duelen los brazos, estas cosas son tan normales que muchas veces los pibes las dejamos pasar sin darnos cuenta que nos están cagando la vida, que con menos de 25 años ya sufrimos enfermedades que vamos a padecer toda la vida.