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Estados “de papel”

Papeleras: Kirchner y Tabaré, entre la presión imperialista y la movilización popular

20 de abril 2006

El conflicto de las papeleras está más abierto que nunca. Fracasaron las “cumbres” entre Kirchner y Tabaré Vázquez, incluso luego del lapso en que los cortes de ruta fueron levantados por los aprietes y maniobras del Gobierno. Con total prepotencia imperialista, la finlandesa Botnia decidió no paralizar las obras por 90 días, como habían solicitado los presidentes. Kirchner debió apelar a las iglesias argentina y uruguaya, ahora al gobierno de Finlandia, a los oficios de Lula y hasta debió contar con “la ayuda” de los reaccionarios comerciantes que desalojaron a los asambleístas en el corte de Colón.

La realidad es que Botnia nunca aceptó suspender las obras porque eso pondría en cuestión el Tratado de Protección de Inversiones que Uruguay firmó con Finlandia en 2002 y que por 20 años ata al Estado uruguayo para alterarlo. Como denunciamos en LVO, este contrato leonino dice que “las inversiones no podrán sufrir expropiaciones directas ni indirectas” y que “los inversores que sufran pérdidas” serán indemnizados; y por si fuera poco, “en caso de controversia, las empresas podrán saltearse los juzgados nacionales y llevar el tema a tribunales internacionales, según les parezca.” (LVO N° 182). En esta desvergonzada entrega al imperialismo se asienta la crisis actual de las papeleras.

Pero de este lado del charco también conocemos el paño. En la década menemista, se entregaron vilmente las empresas del estado con los contratos firmados con las multinacionales, los mismos que siguen vigentes en la Argentina K, con pulpos como la Repsol y las petroleras. Como dice Marcelo García, Investigador del CREEPaCe1 y columnista de nuestro programa radial Pateando el Tablero, “El ‘estilo K’ no es ni más ni menos que el de garantizarle a las empresas hidrocarburíferas abultadas ganancias, liberándole la liquidación del 70% de las exportaciones; responder a todos sus pedidos de aumentos tarifarios; favorecerlas al no hablar de ellas en la revisión de los contratos de las privatizadas y posibilitarle la explotación indiscriminada de los recursos naturales.” 2

En manos de estos gobiernos, el saqueo de las papeleras y las petroleras imperialistas muestran que Argentina y Uruguay no son más que “Estados de papel” ante el poder de las multinacionales como Botnia desenmascarando así la crisis del MERCOSUR.

Fray Bentos bien vale una misa

Al borde de una crisis diplomática mayor, Kirchner apeló a la Iglesia para que ayude a destrabar el conflicto. En una total muestra de subordinación e impotencia, requiere los reaccionarios oficios de los obispos para que intercedan en la paralización de las obras y, sobre todo, para que se levanten los cortes de ruta. 

Lo que quieren es imponer que la discusión se de en los marcos “institucionales”, así sea en La Haya o en las parroquias. Esto explica por que luego que el martes un grupo de comerciantes y matones atacó a los asambleístas y liberó el tránsito en el corte de Colón, Kirchner salió nuevamente a decir que “No compartimos los cortes”, pidiendo a Gualeguaychú que levanten la medida. (Clarín, 19/04/2006)

La crisis es tal que el obispo de Gualeguaychú dijo que “no le queda claro a qué apunta” el pedido de Kirchner, advirtiendo que el clero “no reemplaza a Cancillería o al Poder Ejecutivo” (Clarín, 18/04/2006). Pero está muy claro: los Estados semicoloniales como Argentina o Uruguay, por más que hoy estén comandados por gobiernos que se dicen “progresistas”, están enteramente subordinados a las empresas imperialistas y no pueden dar respuesta ni siquiera a las más mínimas demandas populares. 

Como decía León Trotsky de magnates como los del petróleo o la celulosa, “habiéndose apoderado de las mayores riquezas naturales de un país extranjero, sostenidos por sus billones y apoyados por las fuerzas militares y diplomáticas de sus metrópolis, hacen lo posible por establecer en el país subyugado un régimen de feudalismo imperialista, sometiendo la legislación, la jurisprudencia y la administración. Bajo estas condiciones, la expropiación es el único medio efectivo para salvaguardar la independencia nacional y las condiciones elementales de la democracia.” 3

Sólo los trabajadores y pobladores pobres de Uruguay y Argentina pueden resolver las elementales demandas de trabajo, salud y cuidado del ambiente, luchando por la expropiación de las empresas imperialistas sin ningún tipo de indemnización y la puesta en marcha de un plan de industrialización racional bajo control de los trabajadores que garantice el futuro de nuestros pueblos.

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1 CREEPaCe: Centro Regional de Estudios Económicos de la Patagonia Central.

2 Marcelo García, “Un Gobierno a la medida de las petroleras”. 06/04/2004

3 León Trotsky, México y el imperialismo británico (5 de junio de 1938).

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