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Pacto Kirchner- Moyano: sólo hasta 19% de aumento salarial

No sea cosa que pierda "la patria empresaria"

6 de abril 2006

El llamado “conflicto testigo” de los camioneros que pedían un 28% de aumento salarial, terminó ante un llamado de Kirchner.
El líder de la CGT aceptó sin chistar el 19%, apenas unas migajas arriba del 16% que los empresarios ponen como tope “para no generar inflación”.
El presidente dijo en un acto en la Volkswagen de Pacheco que “los trabajadores no son los que manejan los precios”.
Un delegado del Smata le preguntó: “¿Dieciséis por ciento, presidente? Nosotros pedimos el 32% (...) La industria automotriz ha crecido mucho”. “Dieciséis por ciento. Vamos de a poquito”, le contestó Kirchner.
¿En qué quedamos? Si los aumentos no son los que generan inflación, el tope lo ponen para no tocar las superganancias de los capitalistas. No sea cosa que se enoje “la patria empresaria”.
Kirchner atacó a lo que llamó la “patria ganadera” en la pelea por el precio de la carne. Pero no sólo es ese sector el que se viene beneficiando con los bajos salarios, el trabajo en negro y la suba de las exportaciones facilitadas por el “dólar alto” al que rinden culto en la Rosada y en el Ministerio de Economía. “En 2004 el 57 por ciento de las empresas había obtenido ganancias, mientras que el año pasado ese porcentaje se elevó al 77 por ciento. Todas se beneficiaron en mayor o menor medida con la reactivación económica” (Suplemento Cash, Página/12 del 2 de abril). La que se favorece con el crecimiento económico es una verdadera “patria empresaria” que apoya fervientemente al gobierno. Para poner sólo un ejemplo: Techint, emblema del “capitalismo nacional” que promueve el presidente, facturó en el 2005, unos 6700 millones de dólares, 63% más que el año anterior. La propia Siderar de Techint obtuvo una ganancia neta de 1.164 millones de pesos el año pasado. Y es esta empresa la que tiene hoy en San Nicolás un conflicto con trabajadores que están ampliando su planta contratados bajo el convenio de la UOCRA, tal como hacen las petroleras para abaratar costos como salió a la luz por la lucha de los trabajadores de Las Heras en Santa Cruz.
Evidentemente, la clase empresaria no hace sus ganancias “de a poquito” como pide Kirchner que reclamen los trabajadores por su salario.

A igual trabajo, igual salario: $2000 para todos

Las paritarias restringidas que pactará el gobierno con los empresarios y las direcciones oficiales de los sindicatos en los próximos meses, están muy lejos de las necesidades de los trabajadores. Se discutirán sólo para los trabajadores registrados y bajo convenio, restringidas a los topes pactados de antemano según las necesidades de los empresarios y dejando afuera a la mitad de la clase trabajadora, contratada y precarizada. Se harán gremio por gremio, y no en una Paritaria Nacional Única como necesitamos para fijar el piso común de salario y condiciones de trabajo para todo el movimiento obrero de todas las ramas.
Los cuerpos de delegados y comisiones internas combativas no deben amoldarse a los límites que impone la burocracia de Moyano y Cía, arrodillada a “la patria empresaria” y al gobierno. Los sectores concientes debemos explicar a los compañeros en cada lugar de trabajo la necesidad de un nuevo programa para unir al movimiento obrero que parta de las necesidades básicas de los trabajadores: a igual trabajo, igual salario y no menos de $2000 para todos indexado automáticamente según la inflación.
El trabajador “en blanco” no conseguirá sumar fuerzas por mayor salario que el que impone la burocracia sino se apoya en sus compañeros de clase, los precarizados, que las patronales utilizan, junto a la desocupación, para tirar hacia abajo el salario. Los compañeros contratados y en negro deben dirigirse a las comisiones internas y delegados que no obedezcan a la burocracia para exigirles derechos sindicales que los sindicatos oficiales les niegan, y organizarse. Deben inspirarse en la valentía de la juventud de Francia que lucha contra la ley de trabajo precario y se movilizan por millones en las calles junto a los sindicatos a los que exigen la huelga general. O en los trabajadores latinos e inmigrantes de los EE.UU., los que realizan los trabajos mal pagos y flexibilizados, que salieron a las calles a luchar por sus derechos. Estos ejemplos de un nuevo movimiento obrero que se empieza a levantar en los centros imperialistas deben ser una bandera que guíe a la juventud trabajadora.
Para alentar esta perspectiva y apoyar cada lucha actual llamamos a la coordinación de todas las organizaciones obreras combativas, las agrupaciones sindicales antiburocráticas y los activistas.




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