En la provincia de Neuquén, luego del triunfo electoral del 28J y de haberse consolidado en la interna del MPN como ganador, el gobernador Sapag comienza a descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Apoyado en el triunfo electoral y en la resolución del conflicto petrolero, el gobierno se lanzó a aplicar la agenda acordada con las Cámaras empresariales y la burocracia de la CGT en el Comité de Consenso. Entre ellas, una serie de medidas para otorgarle créditos millonarios a los empresarios y aplicar un plan de ajuste, congelando la planta del estado y los salarios. Para “sellar la paz social en la provincia”, el dirigente de la CGT local amenazó “que la represión es un deber de los gobernantes para todo aquel que se aparte de la ley y no respete las instituciones”, esto significa ponerle límites a “los personeros de la violencia que son los gremios de la CTA y ceramistas”.

El Comité de Consenso ya empezó a actuar. El no pago del aguinaldo en tiempo y forma, o el no pago de los salarios a centenares de trabajadores precarizados de los ministerios son una muestra de lo que se viene frente al anuncio de Sapag de que el déficit fiscal del 2009 superaría los 400 millones de pesos. Ante estas medidas y anuncios, los trabajadores estatales respondimos con dos paros y marchas de miles de trabajadores. Lejos de responder, el gobierno nos provocó diciendo que nos recibirá recién la semana próxima.

La conducción de la CTA no estuvo a la altura de las circunstancias: en lugar de poner en pié un plan de lucha unificado de todos los trabajadores/as en lucha de la provincia, aceptó la reunión del gobierno. En una asamblea frente a Casa de Gobierno, dijo que se “vayan a sus casas los que están de vacaciones y a trabajar los que están con trabajo”. En lugar de poner todas sus fuerzas para desarrollar la movilización, la conducción de la CTA intenta canalizar la bronca y el descontento hacia las elecciones municipales empujando la campaña del UNE.

Desde la Violeta Negra llamamos a seguir organizándonos en los lugares de trabajo, convocando asambleas y eligiendo delegados, para organizar la lucha y exigir a la conducción de la CTA que convoque a un plenario de delegados y activistas con mandato de base para discutir y votar un plan de lucha que una los reclamos del conjunto de los trabajadores y la población. Un plan de lucha que tiene que enfrentar al gobierno y al “Comité de Consenso”. Junto con esto venimos planteando la necesidad de construir una corriente político sindical dentro de la CTA que se proponga recuperar los sindicatos para los trabajadores y sus luchas y que se proponga construir un verdadero partido de los trabajadores que levante un programa para que la crisis la paguen las petroleras y los capitalistas.