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Breves

Mundo feliz

6 de julio 2006

El hecho chorreó sangre como para dar letra al periodismo más amarillo. Hubo secuestro, tortura, fusilamiento y hasta un Ford Falcon verde con vidrios polarizados. Pero no sucedió en la época de la dictadura militar sino hace pocos días en el barrio La Perlita del partido de Moreno, una de las zonas más pobres y fértiles para el gatillo fácil y los negocios de la Bonaerense.
Lucas Ivarrola, un adolescente de 15 años, estaba juntando plata para tomar una gaseosa con sus amigos de la esquina, como suelen hacer todas las barras de pibes. Pero llegaron ellos con armas largas y lo acusaron de haber robado un televisor. Lo agarraron de los pelos, arrastrándolo hasta el Falcon verde. LLegaron a un descampado, lo golpearon salvajemente con una barreta de hierro y le descerrajaron tres tiros en la cabeza. No lo dejaron morir en paz, mientras agonizaba, lo rociaron de combustible y lo quemaron. Dejaron para las ratas y las alimañas los restos calcinados.
El “grupo de tareas” estaba formado por los tres hermanos Romero, dos de ellos suboficiales de la Marina, uno bajo servicio de la ESMA y el restante, un guardia de seguridad privada. La dictadura militar dejó su legado más puro en estos profesionales de la muerte.
La jueza al frente de la causa, años atrás abogada del CELS y de Abuelas de Plaza de Mayo, reaccionó estremecida por la saña macabra del asesinato. Pero el ministro Aníbal Fernández censuró sus declaraciones como una “barbaridad”. Los “progresistas” de Página/12 no le fueron a la zaga. Mario Wainfeld desacreditó como una “desmesura” a la furia desatada por los vecinos de Lucas, que se tomaron revancha prendiéndole fuego a la casa de uno de los Romero. Horacio Verbitsky negó que los asesinos “hayan aprendido los métodos que emplearon” en las “filas navales luego de concluida la dictadura”.
Parece que los campeones de los derechos humanos quieren tapar el sol con las manos. Kirchner puede bajar todos los cuadros de la ESMA, pero el Falcon verde sigue siendo un emblema para esta democracia capitalista, donde las resonancias del pasado siguen vibrando en las asignaturas pendientes del presente.

Prensa

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