Lo que para los medios no existió o a lo sumo mereció una mención “al pasar”, para miles de personas fue motivo de nuevas movilizaciones al grito de “ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables”. El cuarto aniversario de la desaparición de Julio López fue identificado en pancartas, banderas y grafitis como “4 años de enkubrimiento e impunidad”.

En Buenos Aires el recorrido de Congreso a la Plaza de Mayo concluyó con la lectura de un documento del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Leído por la periodista y locutora Liliana Daunes, el texto decía entre otras cosas que “el gobierno nacional y el provincial se transformaron en los máximos encubridores de la desaparición de Julio. Acusamos a Felipe Solá y a su ministro de Seguridad, León Arslanián (…) a Daniel Scioli y a sus ministros de Seguridad Carlos Stornelli y Ricardo Casal (…) a Néstor Kichner y Cristina Fernández de Kirchner -autotitulados abanderados de los derechos humanos- y a su superministro Aníbal Fernández, de abandonar a Julio a su suerte y de asegurar la impunidad de los responsables de su desaparición. En cuatro años Cristina Fernández no mencionó nunca su nombre y Aníbal Fernández sólo lo hizo para desestimar su secuestro y desaparición”.

A su vez se afirmaba que “así como Julio López no olvidó, no perdonó, no se reconcilió, nosotros estamos aquí, en esta plaza, para gritar que no olvidamos, que no perdonamos, que no nos reconciliamos”. Y finalizaba “apretando los puños, abrigándonos con las banderas multicolores que expresan todas las rebeldías, caminamos, no nos detenemos, sostenemos el desafío; gritamos fuerte que marchamos con vos, Julio, y que exigimos al Gobierno tu aparición con vida YA!“

Como en La Plata y en otras ciudades, en Capital fueron miles los que renovaron la denuncia de estos años de impunidad.

La presencia en las calles obligó a que hasta los medios oficialistas debieran mencionar las movilizaciones. Pero una vez más el conjunto del sistema mediático cumplió con su parte en el operativo de ocultamiento y “desaparición” de la agenda pública del caso del compañero López. Un caso sin pistas firmes y sin ningún imputado. Un caso que muestra que el aparato represivo sigue intacto. Un caso que demuestra, trágicamente, que “los derechos humanos” son parte inseparable del ya clásico doble discurso kirchnerista. Por eso nos movilizamos, en todo el país.