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Entrevista a José Montes, dirigente nacional del PTS

Miles en las calles repudiaron a Bush

10 de noviembre 2005

Pese a todos los intentos de “contener” la protesta, por parte de la llamada Cumbre de los Pueblos, el repudio fue importante ¿Qué opinión te merecen las movilizaciones?
En primer lugar, quiero plantear que uno de los aspectos que tuvo la Cumbre de los Pueblos, fue el de ser un operativo inédito, para evitar que el sentimiento antinorteamericano de los trabajadores y el pueblo argentino, que según las encuestas supera el 75%, se transformara en una movilización de cientos de miles en las calles que expresara el repudio al genocida Bush. Pese a esto, el viernes pasado, fueron muy importantes las movilizaciones en todo el país contra la Cumbre.
La llamada contracumbre estuvo al servicio de contener ese repudio y evitar que se expresara de manera independiente, intentando canalizar la bronca contra Bush, en el apoyo a Hugo Chávez, y para apoyar y fortalecer al gobierno de Kirchner.
Al “pingüino”, los Bonasso, los De Gennaro de la CTA, los Depetri y los piqueteros “truchos” como D’Elía y Ceballos, organizadores de la Cumbre de los Pueblos, lo quieren presentar como un “duro” contra el FMI, pero a decir verdad, es uno de los gobiernos que más deuda externa pagó y para la Cumbre de las Américas hasta puso 65 millones de pesos extras... mientras tanto se niega a otorgarnos un mísero aumento de salario a los estatales.
Consecuentes, los dirigentes de la CTA, en Capital sólo marchaban a Congreso y se negaron a movilizar a Plaza de Mayo para no “confrontar” con el gobierno. Pese a esto se movilizaron más de 15 mil personas, entre los que se encontraban trabajadores del Subte, del Garrahan, telefónicos, estudiantes, asambleas populares y las organizaciones de izquierda, que marcharon bajo una bandera que decía “No al pacto Kirchner-Bush”. Y también fueron 10.000 en Rosario y miles en Córdoba, Bahía Blanca, Neuquén, Jujuy y otros puntos del país.

¿Cómo fue en Mar del Plata?
Ahí vimos cómo los organizadores de la Contracumbre, hicieron miles de maniobras cambiando los horarios de las manifestaciones. El objetivo que nos habíamos propuesto junto a los partidos de izquierda era hacer un acto político de repudio a Bush frente a las vallas y para denunciar también la militarización de Mar del Plata. Es increíble que para “proteger” a Bush un gobierno que hace gala de “progre” acepte que el espacio aéreo argentino, iba a ser de los norteamericanos mientras durara el evento. La movilización frente a las vallas reunió a cerca de 10.000 personas, entre ellos muchísimos compañeros que habían estado en el acto del estadio mundialista.
Quisiera denunciar que los medios de comunicación, como lo hacen habitualmente, se encargaron de ocultar lo más que pudieron las manifestaciones masivas, cubriendo sólo los incidentes, que fueron menores, también quiero aclarar que no compartimos esta metodología de rotura de pequeños comercios, porque no creemos que sirva para masificar la protesta e impulsar la unidad obrera y popular.

¿Cuál fue el papel de los trabajadores en el repudio contra Bush?
Pese a los dirigentes, fue muy importante en algunos sectores. El paro llamado por la CTA, para el 4 de noviembre era una convocatoria tibia sin ninguna preparación. Se limitaban a un “banderazo” y un papelazo, lejos de una medida contundente. Pero los docentes lo tomaron en sus manos e hicieron un parazo. En mi fábrica, Astilleros Río Santiago, creo que fue la única, donde se hizo una asamblea-acto de repudio donde participaron alrededor de 800 trabajadores. Varios oradores denunciamos el papel del imperialismo en el continente y particularmente, cómo se refleja su política en el Astillero y en nuestro país. Yo remarqué la importancia de la asamblea, ya que nuevamente los trabajadores del Astillero estábamos haciendo lo que los dirigentes de ATE se negaban a garantizar y cumplir con el paro convocado por ellos. Se votó por unanimidad parar el viernes 4 a partir de las 13 hs. movilizar a La Plata y la presencia de una delegación integrada por delegados y trabajadores en la marcha de Mar del Plata, que partió después de terminada la asamblea.

¿Cuáles serían los otros aspectos que estuvieron en juego en la Cumbre de los Pueblos?
La cuestíon a destacar es que se montó una especie de teatro de operaciones. Por un lado Kirchner oficiando de anfitrión de Bush. Por el otro, el ala “transversal” y distintos funcionarios gubernamentales (Miguel Bonasso, De Gennaro, Luis D’Elía y representantes de Barrios de Pie, entre otros) aparecen con Chávez promoviendo la Cumbre de los pueblos. Y acá quiero aclarar que no es el protocolo lo que lleva a Kirchner a darle la bienvenida a Bush. En La Nación del 5/11 Kirchner plantea que justifica su relación con Chávez diciendo que “es mejor que haya amigos en la revuelta para contener a los alborotados a que no haya nada ni nadie”.
Pero ese es justamente el rol que Bush le pide a Kirchner -y también a Lula- que tengan en la región. No olvidemos las “gestiones” realizadas –junto a su par brasileño- durante la crisis boliviana cuando el levantamiento popular terminó con el gobierno de Sánchez de Losada.
Los organizadores de la Cumbre de los pueblos nos presentan hoy una mala fotocopia de la política que ya vimos en el Foro Social Mundial a principios de año en Porto Alegre. Ahí nos decían que “otro mundo es posible” y terminaron apoyando a los gobiernos que demagógicamente dicen que se puede “humanizar el capitalismo”. Los trabajadores y el pueblo de nuestra región, ya vimos a dónde llevó esa política: a fortalecer a Lula y a Tabaré Vázquez, continuadores en lo esencial de las políticas neoliberales. Cuestión que volvió a demostrarse, al día siguiente de la Cumbre de las Américas, cuando Lula, recibió con honores a Bush distanciándose incluso de la diplomacia argentina. Por su parte, el canciller de Uruguay, Reinaldo Gargano terminó firmando un acuerdo bilateral durante la misma Cumbre con los EE.UU.

¿Cómo explicás el protagonismo de Chávez?
Gobiernos como el de Tabaré, Lula y el mismo Kirchner son poco el entusiasmo que pueden generar dado las políticas que están aplicando. Entonces los Bonasso, D’Elía o De Gennaro ahora se cubren presentando la figura de Chávez que hizo un discurso de tono antiimperialista e incluso habló del socialismo del siglo XXI. Pero acá también hay trampas. Su propuesta contra el ALCA, el ALBA, se basa en una ilusión, que gobiernos como el de Kirchner, Lula o Tabaré que representan los intereses de las burguesías de sus países, pueden lograr la unidad latinoamericana. Las mismas políticas que estos gobiernos vienen aplicando, confirman que esto es una utopía.
Finalizada la contracumbre pude escuchar por la radio a Víctor De Gennaro haciendo un balance de este evento quien decía que había surgido “un nuevo tiempo”, “una nueva alternativa latinoamericana”. En ese mismo programa dijo que ahora lo que está planteado es “regular la tremenda rentabilidad de las empresas trasnacionales”. A confesión de partes, relevo de pruebas, como se ve en este “nuevo tiempo” y en esta “nueva unidad latinoamericana” no se trata de tocar a fondo los intereses del imperialismo, de echarlo del país, de expropiar sus activos, única forma de recuperar –al menos- los recursos estratégicos de la nación, sino tan solo de acotar un poco la ganancia de los grandes empresarios.
Nosotros creemos que el camino es otro, el de impulsar una lucha antiimperialista genuina que sólo puede venir de la movilización independiente de las masas, con una política delimitada claramente de gobiernos como el de Kirchner, Lula o Tabaré. La unidad por la que bregamos es la de los obreros y campesinos del continente, la que abra el paso a las revoluciones obreras en los distintos países para acabar con el dominio y la explotación de los capitales extranjeros y las burguesías locales.

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