En Mendoza se viven unos nuevos aires de lucha por recomposición salarial. Los protagonistas somos los trabajadores estatales, y dentro de estos, los de la salud. Los trabajadores de los distintos hospitales llevamos más de un mes de lucha, funcionando en asambleas y volviendo a poner en pie, lo que ya es nuestra conquista: la Interhospitalaria, que se basa en los mandatos de las distintas asambleas. El gobierno gorila de Cobos, declaró que no entregará ni un peso para el salario de salud, ya que esto desencadenaría una reacción en los trabajadores de distintos sectores, por aumento salarial, y amenaza con sancionar a los trabajadores en huelga y “hacer sentir el peso de la ley”. Acá queda totalmente demostrado su política antiobrera. No podemos olvidar que el gobernador tuvo una reunión con Kirchner (hace menos de quince días) para alinear sus políticas de obra pública con la Nación y para formar un frente electoral para octubre, todo esto en pleno conflicto, y así queda demostrado que no estamos contemplados en los planes de la Nación como tampoco en los de la Provincia. Estos gobiernos de distintos tintes políticos se alinean para destruir a los trabajadores. Por esto es que tenemos que arrancarle todas las demandas que levantamos los trabajadores de la salud pública (como son el aumento de urgencia de $ 300, por el pase a planta de todos los contratados, por el reconocimiento del escalafonamiento y por el blanqueo salarial)

El rol de la conducción de ATE

Desde la lucha que protagonizamos el año pasado con las paritarias, la conducción de ATE trata de mostrarse como una dirección democrática. Incluso la dirigente de ATE salud, Raquel Blas, que viene posando de combativa, llegó a plantear que la dirección debe ser revocable. Pero, el 5 de mayo, en el acto que hicimos junto a los compañeros de los demás gremios estatales, Blas mostró la hilacha, poniendo en evidencia sus verdaderas intenciones. Cuando le tocó hablar informó que había aceptado la conciliación obligatoria dictada por Cobos sin que esto se hubiera votado ni en asamblea ni en la Interhospitalaria, pasando por encima de los delegados y activistas, donde un sector importante venía planteando que no había que entrar en la trampa de la conciliación. A partir de esto, algunos compañeros mocionamos en nuestras asambleas que de ahora en más no se tomara ninguna decisión sin consultar previamente a la asamblea Interhospitalaria.
Esto demuestra que la predisposición a luchar de las bases molesta a la burocracia que quiere delegados y activistas mansitos a quienes usar como base de maniobra para sus negociaciones con el gobierno. Blas dice sostener la Interhospitalaria pero cada vez que puede la desconoce. Es que le pone nerviosa que los trabajadores decidamos democráticamente entre todos y le votemos cosas que no quiere hacer. Por ejemplo, tuvo que romper con la conciliación obligatoria, no sólo por la dureza del gobierno, sino porque se lo impusimos con nuestros mandatos de asamblea. Y en la última Interhospitalaria tuvo que aceptar la decisión de la amplia mayoría que le impuso el paro por tiempo indeterminado.
Contra los manejos de la conducción, debemos defender con todo la Interhospitalaria que constituye una gran conquista para los trabajadores de la salud. 

Los pasos a seguir

Debemos delinear un plan de lucha donde llevemos hasta el final nuestros reclamos, apoyándonos en nuestros órganos democráticos que son las asambleas por lugar y la asamblea Interhospitalaria. Esta debe ser una gran organización que nuclee a todos los trabajadores que quieran luchar, sin importar su afiliación, que sirva para que los compañeros de ATSA echen a patadas al burócrata-empresario Navarro, que cobra un sueldo de $4200 como senador del PJ más el resto de negociados que tiene y que aceptó con el gobierno por migajas, dividiendo así la lucha de los hospitales.
También debemos defender el PARO POR TIEMPO INDETERMINADO hasta que el gobierno acceda a todos nuestros reclamos, ya que la conducción no está impulsando lo que se votó.
Pero para que los hospitales triunfen, debemos organizar desde todos los sectores, una gran solidaridad, impulsar con todo el fondo de huelga, y para esto puede cumplir un gran rol la Coordinadora de organizaciones en lucha.
Pero también hace falta nacionalizar la lucha de la salud, para que no quede aislada. Una gran Interhospitalaria nacional, con los compañeros de Neuquén, Buenos Aires, Rosario, etc., será un gran paso en ese sentido.
Sólo una acción contundente como un verdadero paro provincial podrá derrotar la política antiobrera del gobierno. Para prepararlo, hace falta poner en pie una Intersindical que se base en mandatos de base. Hay que unificar las luchas por salario de estatales y privados e imponer al gobierno aumento de salario para todos de $1700 acorde a la canasta familiar, contra el aumento de tarifas, y por el aumento de presupuesto para salud y educación en base al no pago de la deuda e impuestos a los grandes capitales. Si triunfan los hospitales, triunfamos todos.