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Ni mano dura ni verso kirchnerista

Marcha reaccionaria y “contramarcha” oficialista

31 de agosto 2006

Cuando esta edición de La Verdad Obrera esté en la calle, se habrá producido la nueva marcha de Juan Carlos Blumberg que bajo el lema “La próxima victima podés ser vos” pide reforzar la seguridad. En esta ocasión, el ingeniero apunta directamente contra el gobierno buscando instalarse como virtual candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en 2007. Blumberg es acompañado por una fauna derechista donde se encuentran los dirigentes de PRO Mauricio Macri y Ricardo López Murphy, Jorge Sobisch, Bernardo Neustadt y hasta la fascista Cecilia Pando. Lamentablemente, junto a estos personajes aparece Raúl Castells quien o brindó la cobertura del MIJD a un acto reaccionario cuyo programa es la persecución y criminalización de los pobres. Imitó así la actitud del MST y el Partido Obrero en el 2004, cuando se sumaron a las marchas del ingeniero.
El núcleo que rodea a Blumberg está compuesto por procesistas de ley. Su abogado es Roberto Durrieu, quien fuera subsecretario de Justicia de Jorge Rafael Videla entre 1978 y 1981 y actualmente preside el Colegio Público de Abogados de Buenos Aires. Durrieu “inició su carrera judicial en 1976 como fiscal junto a la policía de Ramón Camps, que lo incluyó en las dedicatorias de su libro Caso Timerman. Punto Final. Por si quedaban dudas, en 1987 firmó una solicitada en solidaridad con el dictador Jorge Rafael Videla”. Pero Blumberg alude que este representante de una dictadura genocida y corrupta “Es gente proba”. (www.infoalternativa.com.ar).
Por su parte Marcelo Bragagnolo, padre de Matías, es un hombre vinculado al masserismo que firmó solicitadas de apoyo a los marinos. Su hermano Luis había montado la empresa A&B que funcionaba como pantalla de los ex miembros de la agrupación derechista del peronismo Guardia de Hierro, quienes blanqueaban el dinero y las propiedades que Massera y Jorge el “tigre” Acosta arrebataban a los secuestrados en los centros clandestinos de detención. No está de más recordar que si esta gente está libre es gracias a la impunidad que gozan los cómplices civiles del genocidio, la gran mayoría miembros conspicuos de la burguesía “nacional” para la que gobierna Kirchner.

La doctrina de Bush “made in Argentina”
El pensamiento político-penal de la derecha argentina en torno a la seguridad se inscribe en una tendencia global impuesta por las políticas de Bush y el imperialismo norteamericano. La doctrina de las “guerras preventivas” frente a la “amenaza terrorista” establece una nueva idea del derecho penal dividiendo a los ciudadanos entre “las personas y los enemigos” (Günther Jakobs, La Nación 26/6/06). Para la derecha existe una virtual guerra permanente que justifica la supresión de derechos democráticos en función de acentuar los mecanismos represivos del Estado.
 Por lo tanto, el Estado debe contar con una legislación de mano dura para tener mayor poder represivo y menos límites a la hora de actuar contra las amenazas al orden. Ejemplos de esta situación en Estados Unidos son el Acta Patriótica y el campo de concentración montado en Guantánamo.
El programa de Blumberg se asemeja a esta concepción, sólo que en virtud de la ausencia del peligro terrorista, se enfoca al enemigo en el “elemento criminal” generado por la pobreza. La criminalización es un programa represivo de defensa del orden y la propiedad privada y de reforzamiento de los mecanismos clientelares del Estado. Pero precisamente es el imperio de los principios sagrados de la sociedad burguesa en descomposición lo que provoca la criminalidad. Por un lado, porque la propiedad privada capitalista se basa en la expropiación del tiempo y los frutos del trabajo por una minoría parasitaria que además, en nombre de su rentabilidad, empuja a una enorme desigualdad social obligando a millones a aceptar la precariedad laboral o hundirse en la desocupación y la marginalidad. Por el otro, porque la vigencia de su orden implica el reforzamiento de las bandas armadas policiales que mientras utilizan el gatillo fácil contra la juventud y el pueblo pobre, manejan las grandes bandas delictivas, los secuestros y el narcotráfico como fuente de ingreso. Amén de que las hace más potentes para cuando tengan que jugar su papel represor de la lucha obrera y popular.

Las leyes de Blumberg las votó Kirchner
Los voceros del oficialismo atacan la marcha porque ven en ella la encarnación de una coalición opositora que le permite a Kirchner aparecer enfrentado a procesistas y reaccionarios de todo pelaje. Pero esto es parte del doble discurso. El 29 de abril de 2004, 49 diputados del Frente Para la Victoria junto a la derecha aprobaron las leyes pedidas por Blumberg. Esto permitió que en la agenda política avancen los criterios de la derecha como ser la baja de la edad de imputabilidad de los menores o la creación de una policía nacional única. En aquel momento, la agenda de Blumberg le permitió al gobierno endurecer sus posiciones frente al movimiento piquetero para desarticular a aquellos sectores que el kirchnerismo no había podido cooptar.
El gobierno tiene en la derecha una oposición conveniente. Los kirchneristas señalarán el lastre procesista de sus rivales –mientras garantizan los grandes negocios de la misma clase social que sostuvo al Proceso, entre ellos papá Franco Macri- y pretenderán encarnar la defensa de los derechos humanos, mientras los luchadores petroleros siguen presos en Las Heras y las Fuerzas Armadas ejercen la mano dura contra el pueblo haitiano para garantizar los intereses imperialistas.



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