logo PTS

Derechos Humanos

Marcha en Quilmes contra la impunidad

2 de junio 2005

Hace cuatro años, el primero de junio de 2001, Carla Lacorte bajaba en la esquina de Mitre y Brandsen de Quilmes del colectivo que la traía de la Facultad de Veterinaria de la UBA. Caminó media cuadra y recibió un disparo. Segundos después varios policías de civil la maltrataron e interrogaron en el piso mientras se desangraba. “Vos estás con los chorros” insistían. Después, se enteró que estos policías, entre los que se encontraba el Oficial José Salmo de la Comisaría Sexta de Ezpeleta, el que le disparó a matar, perseguían a los tiros a un grupo de jóvenes que habían intentado asaltar un McDonald.
Mientras Carla se debatía entre la vida y la muerte, el Fiscal General de Quilmes salió a decir por los medios que había sido “un operativo policial exitoso”. Por otro, lado apareció un arma “extraviada” en un lugar por el que nunca habían pasado los ladrones. Recién después de salir a denunciar lo que era un nuevo caso de gatillo fácil, y de la pericia balística, el Fiscal Pelayo y el Juez Nolfi imputaron a Salmo de “lesiones culposas”, es decir, apenas “un daño menor hecho sin intención”.
Carla quedó paralítica pero eso no la detuvo en su lucha por justicia y para acabar con el gatillo fácil policial, un verdadero flagelo contra los pibes trabajadores y estudiantes de los barrios. Ahí empezaron las movilizaciones junto a familiares de víctimas de la represión y la impunidad, sindicatos y organizaciones populares.
A pesar de los múltiples reclamos para cambiar la carátula a intento de homicidio y de pedir una lógica reconstrucción del hecho, el caso llegó a juicio en sus condiciones originales, más que ventajosas para Salmo. En estas condiciones, con la policía asesina y la justicia de Quilmes mancomunadas en la impunidad, se desarrolló el juicio. De entrada el Tribunal Oral 3 se negó a cambiar la carátula lo que llevó a que Carla lo recusara. La Cámara se negó. Se sucedieron los testimonios que corroboraban lo dicho por Carla, que ese día los policías desataron una verdadera cacería en una calle llena de gente. Pero la decisión estaba tomada. El Tribunal absolvió a Salmo con un fallo doblemente escandaloso: por un lado, dieron argumentos que justifican plenamente en lo legal y lo ideológico el accionar de gatillo fácil. Por otro lado, condenaron a 19 años de prisión a los jóvenes que no llegaron a consumar el robo a Mc Donald.
Como dijimos en ese momento, un fallo ejemplar hecho a imagen y semejanza de la República Blumberg donde vale más la ganancia de una multinacional que la vida de una persona.
El caso de Carla es sólo un ejemplo del verdadero matrimonio entre policía asesina y justicia cómplice. La semana pasada el Tribunal 4 de San Isidro dejó libres a los policías asesinos de Martín Suarez, un pibe de 17 años. Idéntica postura adoptó la justicia de San Martín con el Oficial Marcelo Pérez que acribilló a Florencia Ramírez de 6 años. Son más de 1600 los casos de gatillo fácil impúnes en todo el país.
Pero el círculo de represión e impunidad no se queda ahí. El año pasado, y siguiendo al pie de la letra las políticas fascistas de Juan Carlos Blumberg, el gobierno nacional lanzó el Plan de Seguridad que otorgó nuevas facultades represivas a la policía y un nuevo aval legal e ideológico para su accionar criminal. Gracias a este Plan estamos perdiendo un pibe cada 7 días por el gatillo fácil. Además volvemos a tener presos políticos y amenazas permanentes contra los trabajadores y estudiantes que salen a luchar por sus derechos como pudimos escuchar de la propia boca de Kirchner la semana pasada.
Frente a esta realidad, Carla y el Ce.Pro.D.H vienen insistiendo en redoblar la unidad y la movilización de los familiares de las víctimas, los organismos de derechos humanos, los sindicatos y los movimientos de desocupados. No podemos permitir el asesinato sistemático de pibes en los barrios del pueblo trabajador. No podemos permitir que la Argentina se transforme en el país de la impunidad. Con esa idea se realizó la marcha a 4 años de los hechos en los que Carla fue baleada.

LA MARCHA

Más de doscientas personas nos concentramos a las 18 en Mitre y Brandsen de Quilmes, el lugar exacto en donde Carla cayó baleada hace cuatro años. Estaban los familiares de Damián Rosende, Andrea Viera, Mario Laura, Mariano Vazquez y Carina Fernández, todos víctimas de la policía y otras fuerzas de seguridad; el Ce.Pro.D.H, delegaciones del Suteba central, el Suteba Quilmes, de la lista Bordó de ferroviarios, del Cuerpo de Delegados estudiantiles del Normal, de En Clave Roja de la UNLP y la UBA y del MTD de Quilmes, además del PO y el PTS.
A las 18,30 comenzó la marcha hacia la Plaza San Martín. “Yo sabía que a Carla le tiró la policía...” era uno de los cánticos que se entonaban mientras los vecinos y comerciantes salían a aplaudir o directamente se sumaban a la marcha.
Tras llegar a la Plaza comenzó el acto en donde hicieron uso de la palabra los familiares y las delegaciones obreras y estudiantiles que se hicieron presentes. Además se leyeron las adhesiones de los padres de Leandro Bazán, otra víctima del gatillo fácil, de los diputados Monteagudo y Tinniriello y un emocionante saludo de los presos de la Legislatura.
Al finalizar Carla remarcó la necesidad de la lucha y la movilización independiente de todas las víctimas de la represión: “Nunca nos regalaron nada. Todo lo que logramos fue en base a nuestra lucha. No permitamos que se naturalice el asesinato cotidiano de los hijos del pueblo trabajador”.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: