El pasado 7 de julio se consumó la ruptura de la CGT. “Los Gordos” (Cavallieri, Lescano, Pedraza, West Ocampo y otros) no aceptaron la asunción de Moyano como jefe máximo y se retiraron del consejo directivo. Esta ruptura es por el mero poder en la central obrera y por quién será interlocutor frente al gobierno.
Una vez consumada la coronación, Moyano fue a ver a Kirchner para obtener la bendición presidencial, quien se la otorgó prestamente y pasando a los papeles se arregló la incorporación del abogado Recalde como candidato a diputado por la lista kirchnerista en la Provincia de Buenos Aires y Piumato por Capital. El motivo del respaldo presidencial está dado por “la aversión que Kirchner siente por los gordos, en su mayoría identificados con Carlos Menem”1. Sin embargo, hombre previsor vale por dos, Moyano también envió a Villegas (de las 62) al acto de Duhalde.
El apoyo es una recompensa por los servicios prestados para contener las luchas y mantener deprimidos los salarios. El ejemplo son las paritarias que, como demostramos en el número anterior de La Verdad Obrera, no permitieron que los salarios, en su gran mayoría, recuperen lo perdido por la inflación.

¿Y la CTA?

A su vez la CTA también viene de apoyar al gobierno, tal es así que un periodista en la radio, muy atinadamente les propuso que cambiaran el contenido de la sigla por “Central de Trabajadores Arrepentidos”, y con respecto a ATE “Aún Tenemos Esperanzas”. Ahora sus dirigentes se dividen entre quienes apoyan a Kirchner (De Petris y D’ Elía), al Encuentro de Rosario (De Genaro y Lozano) o al ARI (Maffei). Por otra parte esta central “combativa” tiene el dudoso mérito de tener los salarios más deprimidos de todos los trabajadores, y actualmente negociaron un aumento miserable, “la mejora para los salarios inferiores a $ 1.250 consistirá en hacer remunerativo el aumento de $ 250 dispuesto el año pasado en dos decretos y sumarle a ese total entre 13% y 15%, en tanto que para los de ingresos superiores, que no percibieron las sumas fijas, será de entre 15% y 20%”2. Como se ve, al igual que la CGT, es garante de contención de las luchas y salarios deprimidos y de empleo en negro.
De esta manera, la CGT de Moyano, “los Gordos” y la CTA, mantienen divididos a los trabajadores y subordinan las organizaciones obreras a la política patronal.
Los trabajadores que han podido obtener aumentos considerables lo hicieron mediante una gran lucha, tal es el caso del Subte o el SMATA donde la base le impuso a la burocracia medidas duras como el corte en Panamericana y el paro. Este es el camino para derrotar la política hambreadora del gobierno y la patronal, la unidad por la base y organizados democráticamente. También este es el camino para recuperar las organizaciones obreras y ponerlas al servicio de una política de independencia de clase, hay que echar a la burocracia de los sindicatos y poner estos al servicio de construir un partido de trabajadores. En este sentido, hay que cumplir con lo votado en el Encuentro del 2 de Abril pasado y ponerle fecha a un nuevo encuentro.

1 El Cronista Comercial 07/06/2005
2 El Cronista Comercial 08/07/2005