Millones de trabajadores en Argentina no cuentan con representación gremial en sus lugares de trabajo. En más del 87% de las fábricas, establecimientos, empresas y dependencias estatales no existe un solo delegado y, allí donde los hay, muchas veces responden a los gerentes y encargados y no a los intereses de los compañeros y compañeras. Los derechos sindicales son pisoteados por las patronales, los dirigentes sindicales vendidos y el Ministerio de Trabajo junto a otros organismos del estado. La escandalosa convocatoria de elecciones en el Subte es un claro ejemplo de ello.

En este marco las patronales redoblan la explotación para obtener mayores ganancias y, ante los primeros cimbronazos de la crisis, embaten contra la clase trabajadora con despidos y suspensiones. Pero el movimiento obrero no se queda de brazos cruzados. Responde. La lucha en la General Motors de Rosario y las automotices de Córdoba son sólo la punta del iceberg. En decenas de otras plantas los trabajadores resisten las medidas patronales. Y, en lo profundo, bajo la superficie, ha comenzado un debate. Las conversaciones, las opiones y las ideas se multiplican en las líneas de producción, los comedores y las oficinas.

¿Cómo organizarse? ¿Cómo prepararse para cuando quieran despedir o rebajar el salario? ¿Cómo conquistar mejores condiciones laborales?
Desde el CeProDH queremos aportar en forma militante a este proceso.
El fallo de la Corte sobre la “libertad sindical” es una herramienta que podemos utilizar para elegir centenares de nuevos cuerpos de delegados. Estudiando caso por caso se abre la posibilidad de que cualquier trabajador o grupo de trabajadores, del sector público o del sector privado, afiliados o no a un sindicato, puedan ser elegidos por sus compañeros para ejercer como delegados y organizar su lugar de trabajo. Para difundir esta idea lanzamos una gran campaña que empieza con un tríptico donde lo explicamos sencillamente. Queremos llegar a miles de establecimientos y empresas y que se transforme en una realidad el fantasma de patrones y burócratas: la multiplicación de organismos democráticos y de lucha de los trabajadores para lograr la unidad a través de las asambleas y la ruptura de las falsas divisiones como las de efectivos y contratados. No será un camino sencillo: las clases dominantes siempre reaccionaron con virulencia cada vez que el movimiento obrero se organizó desde abajo. Pero si no lo hacemos volveremos a ser los trabajadores y el pueblo los que paguemos y suframos las consecuencias de una crisis que no generamos.