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PRIMERA CONFERENCIA (IV y última parte)

Lenin y la historia del Partido Bolchevique

8 de junio 2006

Los embriones del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso

Como señalamos anteriormente (ver LVO N° 188), el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR)1 se fue forjando en los combates contra los populistas, los marxistas legales y otras tendencias. Zinoviev, en su Historia del Partido Bolchevique se pregunta cuántos años tiene el partido. ¿Nació en el primer congreso que se hizo en 1898? ¿Surgió anteriormente, en 1883, con el grupo Emancipación del Trabajo? ¿O nació en 1903, cuando se dividieron los mencheviques de los bolcheviques? El concepto que elabora es muy interesante: dice que un partido no se forma de un día para otro, ni tiene una fecha fija de inicio. La formación de un partido es un proceso muy complejo, largo y penoso, que lleva años e incluso décadas. Nace en medio de las mayores dificultades y sufre reagrupamientos, escisiones, pasa por distintas pruebas en la lucha de clases. Y ese proceso es largo, tiene idas y vueltas, grandes derrotas, pequeños triunfos, retrocesos y avances gigantescos.
Podría decirse que el primer embrión aparece en 1875, cuando un obrero muy inteligente llamado Saslavsky fundó en Odessa la Liga de los Trabajadores del Sur de Rusia. Y en 1878 se funda, con un programa más adelantado, la Liga de los trabajadores del Norte. En 1883, Plejanov –luego de haber pasado por el exilio en Europa occidental, perseguido por el régimen zarista- funda el grupo Emancipación del Trabajo. Plejanov conoce, siendo muy joven, a todas las “grandes espadas” de la socialdemocracia internacional, a Bebel, al propio Engels, a Kautsky, Bernstein, etc, y se transforma él mismo en uno de los grandes teóricos del marxismo internacional. En 1887, quien luego fuera el dirigente del Partido Comunista Búlgaro, el estudiante Dimitri Blagoev, funda uno de los primeros círculos socialistas [ver recuadro] en San Petersburgo, la capital de verano de la Rusia zarista. Y otra de las grandes figuras del marxismo naciente en Rusia, Khalturin, que era un gran agitador y organizador, está también en los inicios de los círculos del movimiento obrero, que llevarán más tarde a la constitución del POSDR.

El año 1895, en el que se inicia esta oleada de luchas que durará hasta 1900, es un año particularmente rico en eventos: no sólo se editaron libros marxistas, sino que además se establecieron hitos en la ruta por la construcción de un partido obrero, que marcan el inicio de la lucha por la liberación de la clase obrera de San Petersburgo. Y quien estaba a la cabeza de esa lucha era Lenin que, en homenaje al grupo Emancipación del Trabajo de Plejanov –que era su maestro en el marxismo- funda la Liga de la Lucha por la Liberación de la clase obrera de San Petersburgo, que se va a transformar en uno de los núcleos más activos dentro de la clase obrera de esa ciudad. En 1886, se crean nuevos grupos en Moscú.
La clase obrera rusa no era marxista hasta este momento. Podría decirse que se transforma en marxista, recién en la revolución rusa de 1905, cuando los obreros se movilizan para pedirle al zar algunas concesiones y éste los recibe con una feroz represión, asesinando a decenas de manifestantes. Pero hasta este momento, estos círculos sólo reunían a los sectores más avanzados del movimiento obrero.
Al mismo tiempo que surgen estas ligas, existía el bund, la organización de los obreros judíos. Estos sufrían dos tipos de opresión: la explotación por ser trabajadores y la opresión nacional por ser judíos en una tierra en la que el zarismo organizaba pogromos. El bund es una de las primeras organizaciones socialdemócratas, basada fundamentalmente en obreros más artesanos que industriales. Su característica positiva era su gran nivel organizativo, la dedicación y la devoción de sus obreros. Pero tenía una característica negativa que era su carácter corporativo, nacionalista, poco abierto al intercambio con las otras tendencias del movimiento obrero ruso e internacional. Por eso el bund, que juega un rol muy positivo al principio, luego, cuando se va desarrollando el movimiento obrero ruso, tiene un rol reaccionario.
Pero volviendo a los embriones que dieron surgimiento al POSDR, digamos que en marzo de 1898, se reúnen representantes de quince organizaciones y hacen un primer congreso que no tiene ningún papel importante porque, a la semana, casi todos sus integrantes son detenidos, se pierden las actas y casi se pierde hasta la moral. Desde el punto de vista cronológico, se lo denomina el primer congreso, pero el POSDR recién se va a organizar en el segundo congreso que se realiza en 1903, primero en Bruselas y luego en Londres.

Revisionismo y economismo
Esta oleada de luchas obreras que decíamos que se produce en Rusia entre 1895 y 1900, se da simultáneamente con el fenómeno del revisionismo en el movimiento obrero internacional. El revisionismo fue una corriente que, dirigida por Eduard Bernstein, sostenía que la tarea de los socialdemócratas era ayudar a la lucha de los obreros. En Rusia, los economistas fueron expresión de esta corriente. ¡Es una aventura luchar por la caída de la autocracia, porque nos pueden matar!, sostenían los revisionistas. Y es cierto, probablemente. Por eso los revisionistas decían que había que luchar por mejoras salariales, rebajas de la jornada laboral, etc., pero no hacer lucha política. En la historia, cada vez que surge un movimiento obrero poderoso, surge alguna corriente de este tipo. En Rusia, entonces, junto con la oleada de luchas sindicales y el surgimiento del revisionismo en Europa, aparece el economismo.
El primero en responder al revisionismo de Bernstein fue el padre del marxismo ruso, Plejanov. Kautsky que era el líder de la revista teórica más importante del movimiento obrero mundial, no combate inicialmente contra esta tendencia. En el primer artículo que escribe en su contra, incluso, dice que había que agradecerle que los revisionistas los hicieran repensar sobre las leyes fundamentales que había planteado Marx. Plejanov, por el contrario, le contesta que no tienen nada que agradecerle, porque Bernstein está trayendo al marxismo las tendencias hostiles de un sector de la intelectualidad, de los profesores acomodados en la academia que viven gracias a un movimiento obrero poderoso, un movimiento obrero que consigue centenares de diputados en los parlamentos europeos, centenares de puestos sindicales de burócratas que gozan de las migajas de la explotación del mundo semicolonial. 
En 1899, un congreso de sindicatos que se hace en Hannover (Alemania), vota a favor de las tesis de Bernstein. Como señalamos, el primero que discute contra sus tesis es Plejanov; pero luego sale a presentar batalla una gran heroína del movimiento revolucionario: Rosa Luxemburgo.
Los economistas rusos son una variante de esta posición revisionista que sostenía Bernstein del Partido Socialdemócrata Alemán. Se trataba de una variante ligada a los “marxistas legales”, como Struve y Baranovsky –que en ese momento se encontraba en el exilio.
¿Qué dice Lenin sobre estas tendencias revisionistas que surgen en el marxismo de la época?. Señala que no aportaron nada de “renovador” a la teoría de Marx, sino que, por el contrario, sólo se replegaron y predicaron –en el proletariado- la doctrina de que hay que hacer concesiones a los gobiernos y partidos burgueses. Por el contrario, Lenin defenderá la idea de que no sólo hay que organizar la lucha de clase del proletariado por la toma del poder político, sino también que hay que organizar a la dirección de esta lucha.
Esta declaración de principios que escribe Lenin, conocida como Nuestro Programa, será la que permitirá sentar las bases del acuerdo teórico y político entre su grupo y el de Plejanov, Emancipación del Trabajo, para fundar el periódico Iskra, que dará origen a la más importante organización de cuadros marxistas rusos hasta ese momento. Este acuerdo teórico y político que dio lugar a una tendencia común, que se conoce como iskrismo, lo abordaremos más en detalle en la próxima conferencia.

1 En esa época se llamaba socialdemócrata y después de la Revolución de Octubre de 1917, Lenin decide cambiar “socialdemócrata” por “comunista”. El nombre “socialdemócrata” tenía que ver con que el movimiento obrero era el ala izquierda de las revoluciones burguesas que se hacían contra los gobiernos feudales y las monarquías absolutas. Los obreros encarnaban los ideales, entonces, de la democracia social: aquellos demócratas suficientemente consecuentes que estaban por la resolución, no sólo de los problemas políticos, sino también de los problemas sociales.

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Círculos socialistas

por E.A.

La clase obrera rusa, organizando sus círculos socialistas, demostraba que era una clase muy impetuosa e inteligente. En el paso de los siguientes cien años, en el siglo XX, hemos visto revoluciones, hemos visto guerras civiles como la de España en la que la dirección burguesa de la República huye de Madrid y los albañiles dirigidos por Durruti, un militante anarquista, defienden solos la capital. ¡Hemos visto fenómenos extraordinarios de la clase obrera! Sin embargo, la existencia de grandes burocracias obreras nacionalistas burguesas, socialdemócratas y stalinistas han impedido la autoorganización de la clase como a principios de siglo. ¿Qué queremos señalar? Que hemos visto pocos obreros armando círculos marxistas y, por el contrario, vimos burócratas socialdemócratas, stalinistas y hasta algunos que hablan en nombre del trotskismo, organizando partidos marxistas. ¿Por qué es así? Porque la organización del movimiento obrero, con la “compra” de sus dirigentes por parte de la burguesía y el imperialismo, se ha hecho quitándole los rasgos de espontaneidad que tenía la clase en sus inicios, como clase obrera revolucionaria. Al principio, los círculos obreros eran creados por los propios trabajadores. La socialdemocracia alemana, por el contrario, luego de su fundación, hace que el movimiento se organice desde arriba hacia abajo. El movimiento obrero ruso, en cambio, se organizó desde sus inicios, de abajo hacia arriba.

Lenin y la Teoría Marxista

Extractos del texto de Lenin "Nuestro Programa (1899)"

“(...). La socialdemocracia internacional atraviesa en la actualidad por un período de vacilación ideológica. Hasta ahora la doctrina de Marx y Engels era considerada como la base firme de la teoría revolucionaria; pero en nuestros días se dejan oír, por todas partes, voces sobre la insuficiencia y caducidad de estas doctrinas. (...). Nosotros nos basamos íntegramente en la teoría de Marx: Esta transformó por primera vez el socialismo de utopía en ciencia, echó las sólidas bases de esta ciencia y trazó el camino que había de tomar, desarrollándola y elaborándola en todos sus detalles. Esta descubrió la esencia de la economía capitalista contemporánea, explicando cómo la contratación del obrero, la compra de la fuerza de trabajo, encubre la esclavización de millones de desposeídos por un puñado de capitalistas, dueños de la tierra, de las fábricas, de las minas, etc. Esta demostró cómo todo el desarrollo del capitalismo contemporáneo tiende a suplantar la pequeña producción por la grande y crea las condiciones que hacen posible e indispensable la estructuración socialista de la sociedad. Esta nos enseñó a ver, bajo el manto de costumbres arraigadas, de intrigas políticas, de leyes complejas y doctrinas hábilmente fraguadas, la lucha de clases, la lucha entre las clases poseedoras de todo género y las masas desposeídas, el proletariado, que está a la cabeza de todos los desposeídos. La teoría de Marx puso en claro la verdadera tarea de un partido socialista revolucionario: no inventar planes de reestructuración de la sociedad ni ocuparse de la prédica a los capitalistas y sus acólitos de la necesidad de mejorar la situación de los obreros, ni tampoco urdir conjuraciones, sino organizar la lucha de clase del proletariado y dirigir esta lucha, que tiene por objetivo final la conquista del Poder político por el proletariado y la organización de la sociedad socialista. Y ahora preguntamos: ¿qué aportaron de nuevo a esta teoría aquellos bulliciosos ‘renovadores’, que tanto ruido han levantado en nuestros días, agrupándose en torno al socialista alemán Bernstein?. Absolutamente nada: no impulsaron ni un paso la ciencia que nos legaron, con la indicación de desarrollarla, Marx y Engels; no enseñaron al proletariado ningún nuevo método de lucha; no hicieron más que replegarse, recogiendo fragmentos de teorías atrasadas y predicando al proletariado, en lugar de la doctrina de la lucha, la de las concesiones a los enemigos más encarnizados del proletariado, a los gobiernos y partidos burgueses, que no se cansan de inventar nuevos métodos de persecución contra los socialistas. Uno de los fundadores y jefes de la socialdemocracia rusa, Plejanov, tenía completa razón al someter a una crítica implacable la última ‘crítica’ de Bernstein, de cuyas concepciones también reniegan ahora los representantes de los obreros alemanes [en el Congreso de Hannover]. Sabemos que estas palabras provocarán un montón de acusaciones, que se nos echarán encima: gritarán que queremos convertir el partido socialista en una orden de ‘ortodoxos’, que persiguen a los ‘herejes’ por su apostasía del ‘dogma’, por toda opinión independiente, etc. Conocemos todas estas frases cáusticas tan en boga. Pero ellas no contienen ni un grano de verdad, ni un ápice de sentido común. No puede haber un fuerte partido socialista sin una teoría revolucionaria que agrupe a todos los socialistas, de la que éstos extraigan todas sus convicciones y la apliquen en sus procedimientos de lucha y métodos de acción. Defender esta teoría que según su más profundo convencimiento es la verdadera, contra los ataques infundados y contra los intentos de alterarla, no significa, en modo alguno, ser enemigo de toda crítica. No consideramos, en absoluto, la teoría de Marx como algo acabado e intangible: estamos convencidos, por el contrario, de que esta teoría no ha hecho sino colocar las piedras angulares de la ciencia que los socialistas deben impulsar en todas las direcciones, si es que no quieren quedar rezagados de la vida. Creemos que para los socialistas rusos es particularmente necesario impulsar independientemente la teoría de Marx, porque esta teoría da solamente los principios directivos generales, que se aplican en particular a Inglaterra, de un modo distinto que a Francia; a Francia, de un modo distinto que a Alemania; a Alemania, de un modo distinto que a Rusia. (...). ¿Cuáles son, pues, las cuestiones principales que surgen al aplicar a Rusia el programa común para todos los socialdemócratas? Ya hemos dicho que la esencia de este programa consiste en la organización de la lucha de clase del proletariado y en la dirección de esta lucha, cuyo objetivo final es la conquista del Poder político por el proletariado y la estructuración de la sociedad socialista.”

Glosario

Bebel, August (ver LVO 187)

Bernstein, Eduard (1850-1932) Pensador y político socialdemócrata alemán Tuvo que exiliarse en Suiza en 1878, perseguido por Bismarck. Allí se convirtió en colaborador de Marx y Engels. Al morir Engels (1895) se decidió a hacer públicas sus ideas para una necesaria renovación del socialismo, conocidas desde entonces como revisionismo. Bernstein constataba la capacidad de adaptación del capitalismo para sobreponerse a las crisis y proponía abandonar la estrategia revolucionaria para luchar dentro del sistema por la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores.

Engels, Friedrich (1820-1895) Pensador y dirigente socialista alemán. En 1844 adhirió definitivamente al socialismo y entabló una duradera amistad con Karl Marx. En lo sucesivo, colaborarían estrechamente, publicando juntos obras como La Sagrada Familia, La ideología alemana y el Manifiesto Comunista. Aunque corresponde a Marx la primacía en el liderazgo socialista, Engels ejerció una gran influencia sobre él: le acercó al conocimiento del movimiento obrero inglés y atrajo su atención hacia la crítica de la teoría económica clásica. También aportó a Marx la ayuda económica necesaria para mantenerse y escribir El Capital; e incluso publicó los dos últimos tomos de la obra después de la muerte de su amigo. Es autor de numerosos trabajos de filosofía, historia, etc y de folletos de divulgación de las ideas del materialismo histórico y dialéctico para los obreros.

Iskrismo por Iskra, (en ruso, La Chispa). Periódico que dirigen Plejanov, que está exiliado en Suiza, y Lenin, quien había podido escapar del confinamiento en Siberia al que lo había sometido el régimen zarista. Estaba integrado por dos sectores: el de los “viejos”, en el que se encontraban Plejanov, Zazulich y Axelrod –populistas que habían devenido marxistas- y los “jóvenes”, que eran Lenin, Martov y Potresov. Luego, en 1903, se incorpora otro joven que había logrado escapar del destierro en Siberia, León Trotsky.

Kautsky, Karl (1854-1938) Teórico y político socialdemócrata alemán. Hizo amistad con Marx e ingresó, en 1875, en el SPD. Durante algún tiempo fue secretario de Engels con quien dirigió, desde 1883, la revista teórica socialista Los nuevos tiempos, el órgano ideológico más influyente de la II° Internacional. Entre el reformismo de Bernstein y el insurreccionalismo revolucionario de Rosa Luxemburgo y otros, Kautsky defendió una vía intermedia que confiaba en el derrumbe inmediato del sistema capitalista.

Martov, L. Yuli (1873-1923) Uno de los fundadores del POSDR y colaborador de Iskra. Dirigió la facción menchevique que se enfrentaría a Lenin en el Congreso de 1903. Habiendo regresado a Rusia tras la Revolución de 1917, se exilió a Alemania en 1920.

Plejanov, G. (ver LVO 189)

Potresov, Alexander (1869-1934) Colaboró con Lenin en la redacción de Iskra hasta 1903, cuando se pasó al menchevismo. En la década de 1930 redactaba un periódico antisoviético en París.

Struve, Piotr (ver LVO 189)

Tugan-Baranovski, Mijail (ver LVO 189)

Zazulich, Vera (Ver LVO 187)

Zinoviev, Grigori (1883-1936). Ingresó al POSDR en 1901 y se convirtió en uno de los principales colaboradores de Lenin en el exilio. Siguió a éste en la escisión entre bolcheviques y mencheviques y fue miembro del Comité Central de su partido desde 1908. Sin embargo, pasó por un periodo de distanciamiento en 1917, cuando se manifestó en contra de la toma del poder. Lenin le encargó organizar la III° Internacional, que agrupó a los partidos comunistas del mundo (1919-23).

Prensa

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