La Verdad Obrera entrevistó a un delegado del Ingenio, quien comenta acerca de la situación allí, a raíz de un plan patronal de implementar un cuarto turno en la producción de azúcar. La maniobra es que se crearían 100 puestos de trabajo precario a costa de una rebaja salarial para los actuales trabajadores de planta. Mientras el sindicato azucarero aprobó este plan, el cuerpo de delegados lo enfrenta. Entre tantos rumores e información nos comentó qué está pasando en la planta de los Blaquier.
“En estos momentos la gente esta preocupada por la quita de dinero que se le iba a dar por la zafra, que era un ingreso mensual y anual muy importante. Estamos perdiendo un dinero que nos daban a fin de año de 1.500 o 2.500 pesos. Con eso se podía mejorar algún aspecto del hogar o el estudio del hijo (…) Ahora la gente está reclamando al sindicato, que no hace nada. Está claro que no está del lado de los trabajadores y ganó con fraude las elecciones. Está puesto por el poder, quiere aparentar que ahora pelea por los trabajadores porque si no lo hace todos los trabajadores lo van a sacar, pero no va a pelear en contra de Ledesma.”.
¿Qué opinás de esta arremetida de la patronal en contra de los trabajadores?
Es necesario de una vez por todas que aceptemos las consecuencias de salir a luchar. Capaz no pueda entrar un hijo, un primo para trabajar, pero nos va a servir en el futuro para los que vienen más adelante. Peleamos por algo digno para nosotros, para que el pueblo crezca y no la empresa, que crece a pasos agigantados. Esto no es un pueblo, es una cárcel. No tenés a donde ir, no hay escapatoria en este pueblo, porque todo está cercado. Hay que pelear por algo digno, no recibir migajas de alguien que recibe todo del trabajador (…) Acá el trabajador nace y muere para la empresa y no recibe nada. Ahora quieren callar al trabajador, sin embargo los tiempos son diferentes: en todas partes los trabajadores se están alzando porque no es digno lo que uno recibe por su trabajo, todo se lo lleva la patronal, de Argentina y de afuera. (…) Nosotros queremos cambiar eso pero es muy difícil. Debemos tener las armas para hacerlo, pero todavía no hay motivación de parte del obrero por el miedo (…) Hay que convencer al trabajador que lo que hacemos tiene que ser retribuido como nos merecemos, convencernos de lo que vemos en otros lugares: levantamientos que se ganan con la unión de los trabajadores. Si nosotros no lo hacemos nadie lo va hacer ni el gobierno porque está con la patronal.