Las consecuencias de la crisis capitalista mundial comienzan a sentirse en la región preanunciando una situación económica, política y social altamente convulsiva. En este contexto, el movimiento de mujeres se encuentra ante el desafío de organizarse y enfrentar una crisis sin precedentes de este sistema capitalista y patriarcal.

Las crisis del capitalismo en un momento dado de la historia, expresan la lógica voraz de explotación desenfrenada. Muestran las miserias acumuladas en la que vivieron hasta ese momento millones de seres humanos para que se enriquezcan unos pocos. Sabemos que esos pocos, intentarán salvarse de la crisis descargando todo tipo de medidas represivas, de ajuste y de mayor explotación sobre la gran mayoría del pueblo trabajador, de las cuales las mujeres llevaremos la carga más pesada.

Las mujeres, los oprimidos y explotados del mundo, hemos padecido innumerables tragedias durante estos años de “crecimiento” capitalista. Porque no hubo un día en la vida de las mujeres en el que hayamos dejado de morir en abortos clandestinos, ni por femicidios, de desaparecer por las redes de trata y prostitución, ni dejado de sumar dígitos a las estadísticas de aumento de la feminización de la pobreza y de la precarización laboral, por mencionar algunos padecimientos. La crisis actual nos debe encontrar alertas para enfrentar la oleada reaccionaria de la burguesía asustada pero también para aprovechar la oportunidad que significan estas crisis para que las/os explotadas/os nos revelemos contra este sistema de explotación y opresión. Históricamente, las crisis han encontrado a las mujeres en la primera fila de los acontecimientos revolucionarios, dispuestas por las presiones de la realidad y la crueldad desatada ante sus ojos a salir de forma decidida a luchar.

Hoy, frente a los primeros efectos de la crisis las mujeres fueron las primeras que salieron a luchar. Las esposas, novias y familiares de trabajadores de empresas metalmecánicas como IVECO en Córdoba, Mafissa y Paraná Metal expresan los ensayos de las respuesta de las amas de casa que enfrentan junto a sus compañeros los despidos y las suspensiones organizando Comisiones de Mujeres que amplifican el reclamo siendo protagonistas y apoyo fundamental en la lucha.

La huelga docente protagonizada mayoritariamente por mujeres fue la primera respuesta nacional de las trabajadoras y trabajadores al gobierno nacional y a los gobiernos provinciales que quieren descargar la crisis sobre el pueblo trabajador. Las trabajadoras de la educación de Río Negro son un ejemplo de lucha y resistencia cortando la ruta y levantando piquetes durante más de 30 días exigiendo aumento salarial.

Hoy, la respuesta del estado capitalista y patriarcal, sus instituciones y gobiernos nacional y provinciales quedan a la luz frente a este escenario de crisis que se empieza a vivir: Se excusan en la crisis económica y que no hay plata, montando un discurso que tapa la realidad del enriquecimiento de los empresarios de la región saqueando recursos y desviando fondos al sector privado. Con la excusa de combatir la inseguridad, lanzan un plan de seguridad aumentando las fuerzas represivas en las calles. Así es como se prepara el aparato represivo del Estado para enfrentar a los/as trabajadores/as que se resisten a pagar la crisis de los capitalistas. Un punto aparte merece la Iglesia con su discurso medieval e irracional que se envalentona y encuentra el clima propicio para agitar ofensivamente sus ideas retrógradas, participando en los actos en Plaza de Mayo exigiendo mayor seguridad. Proliferan los actos públicos defendiendo la vida del niño/ña por nacer. Desde el 2008 en varios países de Europa donde el aborto es legal se profundizaron las campañas antiabortistas lideradas por el Papa Ratzinger que llama a dar batalla a todo aquello que considera atenta contra los “valores cristianos”: los derechos de las mujeres, la libertad sexual, el preservativo!.

Acá en la región, el sábado 28 de marzo desde el Monumento a San Martín la Iglesia montó su propio escenario agitando la bandera de los derechos del niño por nacer. Mientras tanto miles de mujeres pobres y jóvenes acuden de forma desesperada a métodos abortivos altamente riesgosos para no ser madres en un mundo plagado de necesidades, privaciones y pobreza.
Este es el escenario actual de crisis donde las mujeres saldrán a las calles oponiéndose a la oleada de miseria y mayores sufrimientos que les deparan las instituciones del régimen. Desde Pan y Rosas creemos que el movimiento de mujeres organizado debe prepararse para potenciar las luchas que vendrán, impulsando la unidad y la lucha en las calles, de forma independiente del Estado capitalista y patriarcal que por todos los medios intentara contener, reprimir y sumir en la obediencia a las miles de mujeres que se pondrán de pie para enfrentar la crisis. Así como exigimos nuestro derecho al pan y también a las rosas, queriendo expresar el anhelo de una vida libre de opresiones, exigimos nuestro puesto de lucha y llamamos a todas las mujeres a ocupar ese lugar.