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INTERNA PROVINCIAL DE LA UCR

Las implicancias del triunfo de “Ricardito”

El triunfo de Ricardo Alfonsín en la elección interna de la Unión Cívica Radical en la provincia de Buenos Aires modifica parcialmente el tablero de la política burguesa de cara a las elecciones presidenciales de 2011.

Christian Castillo

10 de junio 2010

Las implicancias del triunfo de “Ricardito”

El triunfo de Ricardo Alfonsín en la elección interna de la Unión Cívica Radical en la provincia de Buenos Aires modifica parcialmente el tablero de la política burguesa de cara a las elecciones presidenciales de 2011. Aunque todavía falta un mundo en términos políticos para los tiempos en que se definan las candidaturas (y más en un período donde la crisis capitalista internacional puede provocar cambios bruscos en la situación), la victoria de “Ricardito” sobre los candidatos del aparato bonaerense radical (Storani, Moreau, etc.), apoyados por Cobos, fortalece el proyecto de una alianza “pan radical – socialista”, que abarque tanto a la UCR, como al GEN de Margarita Stolbizer, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, el Partido Socialista de Binner y Giustiniani y hasta el Partido Nuevo de Luis Juez. De hecho, tanto Stolbizer y Carrió (y también radicales K como el “Japonés” García de Vicente López) colaboraron abiertamente con Alfonsín en la interna. Al revés de lo que ocurriría con una candidatura de Cobos (con la que no acuerdan ni Carrió ni Stolbizer ni el PS) sería darle un perfil “centroizquierdista” a la principal oferta opositora al peronismo. El propio kirchnerismo jugó también sus fichas a este resultado en la interna radical (no hay que olvidad la presencia de Alfonsín en la cena de gala del Bicentenario en la Casa Rosada) ya que, aunque Alfonsín le podría disputar parte del voto “progresista”, por su perfil no le haría mella en su control del aparato político y sindical del PJ. Kirchner, a su vez, ya ha cerrado trato con De la Sota en Córdoba y tienta a De Narváez para que se presente como candidato a gobernador por la provincia en la interna del PJ, mientras deja correr la idea que la “fórmula ideal” sería Kirchner-Scioli. Todo sea para llegar al 40%...

Si la candidatura de Alfonsín se consolidara, uno de los principales perjudicados electoralmente sería el proyecto de Pino Solanas de ocupar parte de ese mismo espacio electoral buscando él mismo ser nacionalmente aliado de Juez y Binner.
Sin embargo, falta todavía que corra mucha agua bajo del puente y la posible candidatura presidencial de Alfonsín hijo debe sortear el escollo de Cobos –hoy en su momento más bajo desde el “no positivo”– y no pocos problemas en los “armados” provinciales donde el cobismo es fuerte. No sería fácil un acuerdo entre quienes dirigen actualmente el radicalismo y Juez, en Córdoba, por ejemplo, donde ambos sectores se detestan. Esto a su vez ha obligado a nuevos dilemas a los distintos sectores del “peronismo disidente”, ya que la opción de Duhalde de trabajar para garantizar la derrota de Kirchner ante una eventual candidatura perdería sustento. Es así que no es casual que el martes, mientras los principales referentes de este espacio se mostraban en la Bolsa de Comercio, las “segundas y terceras líneas” se reunían en el Hotel Emperador para tratar de acordar líneas de acción común (Clarín, 9/6). Aquí el dilema, no menor, es definir si se juegan a competir contra Kirchner en la interna del PJ o van directamente “por fuera”. Al día siguiente, incluso, se produjo una nueva reunión que “congregó a varios nombres de peso en el peronismo no kirchnerista: Carlos Reutemann, Eduardo Duhalde, Francisco De Narváez, Felipe Solá, Juan Carlos Romero, Adolfo Rodríguez Saá –en cuyo despacho del Senado se hizo el encuentro–, el ex gobernador Jorge Busti, Eduardo Mondino, Miguel Angel Toma y el diputado nacional Gustavo Zavallo, entre otros”, donde se acordó trabajar en un “espacio homogéneo para el 2011” (Clarín.com – 9/6).

Estos movimientos políticos superestructurales tienen relevancia porque lo que muchos ya se plantean es la debilidad intrínseca que tendría el Acuerdo Cívico y Social en el caso de llegar al gobierno encabezado por Ricardo Alfonsín. A tal punto que sectores importantes del “establishment” burgués, que hasta hace unos meses no veían mal los embates “destituyentes” del Grupo A, hoy se pregunten, en medio de una mejora de sus niveles de ganancias, si el kirchnerismo –siempre que logre mantener el liderazgo del grueso del PJ– no sería para el 2011 el mejor garante de la “gobernabilidad”, es decir, de sus negocios, dada su alianza con la burocracia sindical. La activa política del gobierno y los sectores adictos de la burocracia (de Moyano a Andrés Rodríguez) para contener los reclamos salariales va en sintonía con dar un mensaje en ese sentido a la gran patronal, un medio donde el gobierno está operando (y repartiendo subsidios) a diestra y siniestra para tratar de aislar a quienes son más duramente opositores, como expresa su ofensiva sobre la AEA (Asociación Empresaria Argentina).

Para los trabajadores ninguna de estas variantes es alternativa alguna. Son distintas vías mediante las cuales las patronales buscan perpetuar su dominación. A ellos hay que oponerles la lucha consecuente por la independencia política de los trabajadores.

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