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Derechos Humanos

La vieja policía de Stornelli y Scioli

Si con León Arslanián como ministro de seguridad de Felipe Solá, en la Provincia de Buenos Aires, se combinaba el gatillo fácil con medidas cosméticas como la creación de la “bonaerense II”, también asesina, y la separación de la fuerza policial de los agentes más impresentables mediante numerosas purgas, hoy Daniel Scioli nombra a Carlos Stornelli, quien quiere “reconciliarse” con la policía de la Provincia de Buenos Aires, desandando la reforma impulsada por el ex ministro.

Carla Lacorte

19 de diciembre 2007

Si con León Arslanián como ministro de seguridad de Felipe Solá, en la Provincia de Buenos Aires, se combinaba el gatillo fácil con medidas cosméticas como la creación de la “bonaerense II”, también asesina, y la separación de la fuerza policial de los agentes más impresentables mediante numerosas purgas, hoy Daniel Scioli nombra a Carlos Stornelli, quien quiere “reconciliarse” con la policía de la Provincia de Buenos Aires, desandando la reforma impulsada por el ex ministro.

Para esto nombró como jefe policial al comisario Daniel Salcedo, en lugar de un funcionario político. Como en la ley no figura el cargo del jefe de la policía, se recurre a un artilugio y se lo designa “coordinador”. Esta era una de las medidas reclamadas por el ingeniero trucho Blumberg.

Para Stornelli, el problema de la bonaerense para impedir el delito sería psicológico: “Hay que trabajar mucho para motivar a la policía, para recuperar la calle. Hay que poner la policía en la calle, que es donde debe estar. Hay una gran parte del personal que esta ociosa, otra que esta desmotivada” (La Nación 12/12/07). Ahora la policía que si está en la calle, es la que está motivada siendo cómplice en los grandes delitos y llevando adelante apremios ilegales, torturas y asesinando pibes, como lo demuestra el informe de la CORREPI (ver cuadro). Para llevar adelante su plan represivo el ministro Stornelli afirmó: “Mejoraremos la potencia de fuego de los cuadros policiales” y agregó que “el tiempo del vandalismo debe terminar”. También designó los enemigos: “Las calles de la provincia deben ser seguras. Nuestros hogares, nuestros campos y nuestros lugares deben ser seguros. No queremos más familias desmembradas por causa de muertes absurdas ocasionadas por delincuentes incorregibles” (La Nación 13 y 14/12/07). Esta es una variante del “meta bala” del ex miembro de la Tiple A Carlos Ruckauf.

Para el actual ministro, si los delincuentes son “incorregibles”, para qué el trámite judicial, este será reemplazado con el aumento de la “capacidad de fuego de los cuadros policiales”. Debemos redoblar los esfuerzos para constituir una coordinadora nacional contra la represión que prepara el nuevo gobierno.

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