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Derechos Humanos

Entrevista a Myriam Bregman, abogada del CeProDH

“La política oficial es juzgar a unos pocos casos emblemáticos”

15 de febrero 2007

Decenas de noticias referidas a los juicios contra los militares recorren los principales diarios de país ¿A qué se debe?
A tres años de la nulidad las leyes de impunidad, la política oficial de juzgar a unos pocos casos “emblemáticos” y cerrar la discusión para poder avanzar en reconciliar a las FF.AA con la sociedad, fracasó completamente. Por un lado, porque un grupo de organizaciones demostramos que vamos a pelear hasta el final contra la impunidad, y por otro, porque los militares no van a resignar tanta impunidad fácilmente…La desaparición de López y el secuestro de Geréz, son una terrible confirmación de esto, y más aún, confirman la capacidad operativa que al día de hoy tienen los represores. Por eso sonó tan “inoportuna” la frase de Aníbal Fernández diciendo que “se acabaron los secuestros en la Argentina”. ¡Dice eso con Julio desaparecido!

¿Influye la situación en que están las causas contra los genocidas? 
A decir verdad, hay un porcentaje ínfimo de represores presos, pero algunas causas, con todas sus falencias, están llegando a la etapa oral y el comienzo de los juicios tensa la situación.

En los medios se ha mencionado la responsabilidad de la Cámara de Casación en el retardo de los juicios. 
Por supuesto. Es incuestionable su rol y composición reaccionarios, con múltiples relaciones con las Fuerzas Armadas. Nosotros mismos, junto con otros organismos, hemos denunciado al juez Bisordi, que nos decía “autodenominados organismos de derechos humanos”, burlándose de nuestra intervención en las causas.
Pero no es sólo esto. La mayoría de los milicos está libre no porque sus defensores interpongan muchos recursos y Casación trabe las causas, sino porque a cerca de 31 años del golpe todavía está vigente un importante entramado de impunidad; por ejemplo, porque la identificación de los represores sigue estando a cargo de las víctimas. ¡Increíble! Cuando todos fueron parte de una maquinaria genocida; ellos deberían demostrar su inocencia, en todo caso.
La política de avanzar “paso a paso” en las causas, que defienden algunos organismos cercanos al gobierno, más bien consolida un perverso sistema donde con decenas de procedimientos en todo el país, se encarcela a un represor por aquí, otro por allá, dejando impune el plan de conjunto que implicó la dictadura. Un elemental inicio sería que todo el que fue funcionario de la dictadura o miembro de sus fuerzas represivas, en principio, es responsable, y no hay que estar buscando pruebas a través de las víctimas para procesarlo y detenerlo.
La condena por genocidio que conseguimos, es un enorme paso en ese sentido, por eso será difícil sostenerla, nos vamos a tener que movilizar fuertemente para ello. 

También se lo ve muy enojado al oligárquico diario La Nación con la utilización del concepto de “genocidio”
Sí, eso nos confirma que elegimos el camino correcto cuando hicimos esa acusación contra Etchecolatz ¿no? Sabíamos que era un arma efectiva contra la política del Gobierno de juzgar unos pocos casos, como les decía más arriba. La figura de genocidio habla de un plan implementado por el conjunto del Estado, desde los militares, policías, hasta civiles.
Aunque La Nación se violenta también por otros motivos… En una nota de hace pocos días argumenta que genocidio implica la matanza de un grupo étnico o racial y eso no ocurrió en la Argentina.
Es cierto que en la Argentina la selección de las víctimas, del grupo nacional a exterminar, tenía, esencialmente, una finalidad económica-política, pues la dictadura si bien no alcanzó sólo a las organizaciones armadas, tampoco mataba a cualquiera. Pero ya nadie puede negar que fue un genocidio. Existen hasta sentencias internacionales reconociendo que cuando desde el Estado se conduce una matanza por motivaciones políticas, hay genocidio, superando la exclusión de ese motivo que a la salida de la segunda guerra mundial hizo la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio.
El genocidio en Argentina, fue dirigido contra todos aquellos que representaban un obstáculo para el cambio de la estructura económica y social de país que la dictadura vino a imponer, redoblando la sumisión al imperialismo, las multinacionales y el capital financiero. No es casual que la mayor parte de los desaparecidos sean trabajadores, pues el genocidio fue la forma de frenar a una clase obrera indómita que se resistía a ese plan.
Que se instaure nuevamente esa discusión es lo que enerva a los empresarios, pues ellos se siguen enriqueciendo con el modelo que implantó la dictadura y que en lo esencial no se ha modificado.
 
¿Por ese motivo se vuelve a hablar de la “teoría de los dos demonios”?
El que fuera fiscal en el Juicio a las Juntas, y hoy es el primer fiscal de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, dijo en estos días “que tanto los crímenes cometidos por la guerrilla como los perpetrados por la dictadura militar y la Triple A deben ser considerados delitos de lesa humanidad”, basándose en normas de ese tribunal.
Por supuesto que no reconocemos ninguna autoridad de ese tribunal que como todos los tribunales internacionales funcionan bajo el mando de algún país imperialista siempre en contra de los intereses de las naciones oprimidas y de los pueblos. Pero no es casual que saquen al ruedo a estos supuestos “abogados defensores de los derechos humanos” 
Reflotar la teoría de los dos demonios intenta ser un freno para que no se avance sobre las consecuencias de la dictadura militar que siguen en pie, fundamentalmente las económicas; y también que no se retome el ejemplo de militancia de aquella generación que fue exterminada.
Es un intento de volver al “sistema de compensaciones” completamente reaccionario que implica esa teoría alfonsinista. Una vez más se busca impunidad. 
 
Finalmente ¿Qué opinión te merece la firma de la Convención Internacional sobre Desaparición Forzada de Personas que tanto han festejado algunos organismos?
El 20 de diciembre la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó esa Convención y lamentablemente muchos han festejado su firma, mientras hacían de séquito a Cristina Fernández pero sin difundir lo que significa esa Convención, que algunos expertos directamente califican como un claro retroceso y le adjudican graves consecuencias a futuro.
Entre ellas, que deja abierta la puerta para que se pueda hablar de desaparición de personas sin responsabilidad de Estado o que se establezcan plazos de prescripción al delito. ¡Eso no es todo! No impide (algo que obviamente debería decir) que intervengan tribunales militares para el juzgamiento de los responsables de una desaparición forzada. 
Suena irónico, además, que se haya elegido justamente a Francia para la firma, potencia colonialista, escuela de contrainsurgencia, que asesoró a la propia dictadura Argentina.
Lo que quedó claro, creo, es que se firmaba esa Convención mientras en la Argentina hay nuevamente un compañero desaparecido y desde el Estado no se ha hecho nada para su aparición con vida.
Por eso, seguimos movilizándonos y una vez más, este domingo 18 marchamos, a las 16 hs. desde Callao y Corrientes a Plaza de Mayo.

Prensa

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