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Informaciones Obreras

Repudio obrero frente a la agresión a un trabajador de Coca Cola FEMSA-Pompeya

La patota de Coca-Cola

10 de agosto 2006

En la madrugada del jueves 4/08, a metros de la planta de Pompeya, fue atacado violentamente el compañero Omar Rombolá por cinco desconocidos quienes le propiciaron una golpiza al grito de “No vuelvas más a la puerta de la planta”.
Este repudiable ataque se da en el marco del reclamo que vienen llevando adelante los trabajadores de Coca-Cola FEMSA (Planta Alcorta) por mejores condiciones salariales y laborales comopor la reincorporación a sus puestos de trabajo de dos trabajadores, uno de Alcorta y otro de Loma Hermosa. En el caso de Omar, el compañero no se encuentra despedido, pero ha sido sacado de su puesto de trabajo. La empresa le viene pagando su salario, sin asignarle tareas, obligándolo a convertirse forzosamente en un ñoqui de hecho. A pesar de que la jueza Silvia Sayago (juzgado N°50) demandó a la empresa a que inmediatamente reinstale en la planta Alcorta a Omar, FEMSA se viene negando.
Ese mismo día, desde las 6 hs y hasta el mediodía más de cien trabajadores hicieron sentir su bronca con cánticos y palmas. En asamblea le exigieron al Sindicato Sutiaga que convoque inmediatamente a un paro total de la planta como forma de repudiar la agresión. Este hecho toma una envergadura histórica ya que es la primera vez que en Planta Alcorta los trabajadores realizan un plantón.
El sindicato finalmente no garantizó ni apoyó la medida, pero tuvo que enfrentarse a muchísimos trabajadores que al grito de “traidores” les hacían llegar sus opiniones.
El ataque a Omar, tal cual lo planteó un gerente, es con el objetivo de amedrentarlo. A falta de pruebas confesión de partes.
Quienes intentaron amedrentarlo, lo hicieron con el afán de generar terror, asustar a los trabajadores y silenciar los reclamos. Pero lejos de esto los trabajadores demostraron que no están dispuestos a que se agreda físicamente a ningún laburante. Esto es lo que llevó a la contundente respuesta a la cobarde agresión al compañero.
La asamblea de las 12 hs –y por sobre todo la acción de los trabajadores durante todo el día– obligó a la empresa a recibir al compañero Rombolá. Pero el reclamo es que la empresa acate la resolución de la justicia y lo reponga a su puesto de trabajo.

“La respuesta fue histórica”

La Verdad Obrera entrevistó a Oscar Zunzunegui, trabajador de la Planta Alcorta

Desde hace mucho que estamos tratando de organizarnos para tener delegados gremiales. Fue un largo proceso donde conseguimos que se conforme y sea reconocida una comisión provisoria, llamada “órgano normalizador” con 6 representantes electos (Rombolá y otros compañeros fueron proscriptos). Pero FEMSA reconoce sólo en forma parcial a esta comisión, y privilegia al sindicato SUTIAGA, a Romero. Seguimos peleando por la plena libertad sindical, queremos elecciones a delegados y de comisión interna en Coca-Cola. El despido de Ariel, los aprietes a los compañeros que participan junto con los delegados en organizar la fábrica, y la agresión a Rombolá se dan dentro de este marco y es una señal para querer frenar nuestros reclamos.
Cuando me enteré de la agresión me dirigí rápidamente a la clínica donde estaba siendo atendido el compañero y desde ahí me fui volando para la fábrica, porque estoy de vacaciones. Cuando llego me encuentro con un clima de muchísima bronca e indignación por parte de los trabajadores. Los compañeros querían parar, pero el sindicato bajó para meter miedo y decir que si se paraba la empresa iba a tomar represalias y se iban a empeorar las cosas. Yo junto a otros delegados y muchos trabajadores planteamos que la mejor forma de repudiar el hecho era a través de una medida de fuerza. Quería destacar lo bien que estuvieron los compañeros en la planta y la respuesta que dieron. Esto fue histórico y creo que el mensaje es una clara señal de que los trabajadores aprendimos a repudiar a los matones y a las patotas que actúan para acallar a los que reclaman.
Hoy los trabajadores se mantienen en estado de alerta, y están discutiendo la realización de una campaña nacional de repudio a este acto de cobardía que tiene mucha similitud con los grupos de “tareas” que en los setenta, pagados por las empresas, se encargaban de agredir físicamente a los trabajadores que luchaban por mejorar sus condiciones de vida.
Quería aclararles que me llamo Zunzunegui, y no Zunzunite como salió en una nota anterior.


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