En su visita al norte, Duhalde garantizó un “Plan de Obras Públicas” del que se estaría lanzando una de sus “tres patas”: El “Plan Nacional de Obras Municipales” (Clarín 24/8), administrado desde los Municipios, basados en la utilización de mano de obra de los planes sociales “Jefes y Jefas”, como parches a los escasos fondos destinados a la obra pública por la nación. En ese marco se abrió un debate entre empresarios y el gobierno sobre la “readecuación” de precios y fondos para la obra pública, ante la parálisis en Jujuy.
Aunque nación ya determinó una ley, la legislatura provincial emprendió un proyecto de ley para la provincia al que pretenden adherir las empresas ya que prevé mayores concesiones y menor control a sus negocios. Es el caso de Benito Roggio que construye el corredor a Chile -Paso de Jama- financiado ya por la nación y que busca favorecerse con esta norma. Incluso habría recibido cerca de 5 millones de pesos que aún no ejecutó.
Más que “reactivar la obra pública”, los fondos de este anuncio irán para pagar préstamos y deudas de los empresarios, usando los planes “sociales” para no pagar salarios a trabajadores estables.
Además, los montos destinados no alcanzarían para mucho, tal es así que para la iluminación de un tramo de la Ruta Nacional Nro.9, piensan reducir de los fondos de Desarrollo energético unos 300.000 y 900.000 pesos, de los destinados a la obra Paso de Jama.
La presión de los empresarios a los diputados del PJ y la UCR que discuten esta ley creó sospechas de coimas y corrupción sobre varios legisladores, que “.. vinculan al presidente de la Comisión de Obras Públicas, Miguel Morales (PJ), con supuestos acuerdos extra legislativos con empresas de la construcción...”. Y como chantaje al estado para que libere y aumente fondos, empresas como Roggio paralizaron las obras amenazando con irse de la provincia, despidieron a los pocos trabajadores del mantenimiento y a su delegado, Pedro García, para “sacarse de encima” a un luchador, miembro de la Comisión de desocupados de la Construcción de Palpalá, y principal referente en la lucha contra los dirigentes traidores de la UOCRA, que venía denunciando este negociado.

UNA RESPUESTA OBRERA

En Jujuy lanzarían planes de “auto-construcción” o similares donde los Municipios, Consejos Consultivos u otros utilizarían mano de obra de los “beneficiarios” de los planes Jefes y Jefas; proyectos a los que varias comisiones de desocupados y colegios profesionales lamentablemente han adherido y que no sería extraño que los empresarios podrían hacer extensivos más adelante para obtener mano de obra barata, reactivando la obra publica a “su” modo. De esta manera buscan contraponer a trabajadores ocupados y desocupados chantajeando y llenándose los bolsillos, debilitando la lucha por trabajo genuino de los obreros de la Construcción.
Es necesario denunciar este engaño luchando unificadamente desde abajo, coordinando acciones entre ocupados y desocupados por trabajo genuino y digno, como empiezan a plantear los trabajadores desocupados de la construcción de Palpalá con acciones junto a los desocupados de la CCC; unidad que debe profundizarse con las demás comisiones de desocupados de la construcción, como los desocupados de la CTA y los trabajadores estatales del Frente de Gremios que enfrentan los planes de ajuste del Gobierno.
Esta pelea podrá triunfar si los trabajadores desocupados y de la construcción son capaces de levantar una salida alternativa verdaderamente clasista a la de los empresarios y el gobierno, exigiendo la reapertura de las obras paralizadas bajo control y administración obrera, exigiéndole al gobierno los fondos y maquinarias.
Junto con este, luchar por un verdadero Plan de Obras Públicas bajo control obrero, financiado por el gobierno, que dé trabajo genuino a los desocupados con salario a nivel de la canasta familiar, y que parta las necesidades del pueblo trabajador: escuelas, hospitales, viviendas, caminos, etc.. Un plan opuesto al sentido comercial y de lucro del gobierno y los empresarios, a las licitaciones truchas, infladas y sus negociados, del que el sindicato de la UOCRA es cómplice. Desmostraría además que el movimiento obrero en su lucha, puede ser capaz de tomar no sólo las riendas de la construcción o la industria, como lo muestran Zanon y Brukman, sino las del país.