En los últimos días la Iglesia y el gobierno lanzaron un ataque contra los planes de subsidios a los desocupados ya que, según sus argumentos, fomentan el clientelismo y la vagancia.
Para ellos la solución a estos males es crear un “Plan Familias”, que es otorgado a las madres y parte de una asignación mensual de $ 100 y recién a partir del segundo hijo comienza a cobrar $ 25 por cada uno, por lo tanto para cobrar los $ 150 del actual plan una mujer tiene que tener 3 hijos, con un tope de $ 200 al cual se llega teniendo 5 hijos, si tiene más igual cobra la misma suma. Además para acceder a este plan “estarán obligadas a presentar los certificados de escolaridad y atención médica de los chicos. También deberán recibir capacitación para completar su educación formal y cursos para acercarse a oficios o empleos de proximidad como cuidado de niños, ancianos o enfermos”1 . Sólo a unos cínicos sirvientes del capital como los curas y el gobierno se les ocurre que a una madre con 5 chicos le va a alcanzar $ 200 para alimentarlos, mandarlos al colegio y llevarlos al médico, amén de comprar los medicamentos necesarios. Basta comparar con la canasta básica alimentaria para un matrimonio con dos hijos que equivale a $ 330 y que constituye la línea de indigencia, sin hablar de los gastos escolares o médicos, para ver que esto no alcanza para nada.
En línea con sus dichos cínicos, este plan fomentaría “la cultura del trabajo” con los cursos para aprender un oficio que sea realizable cerca del lugar donde viven las beneficiarias, como el cuidado de chicos o enfermos. En barrios arrasados por la pobreza ¿Quién está en condiciones de pagar a una persona para que le cuide los chicos o los enfermos?

¿Cultura del trabajo?

El titular de Cáritas “Serantes explicó que, pese a que la pobreza bajó algo, se mantendrá alta durante mucho tiempo”.2
Esto demuestra que las afirmaciones de Kirchner de la Argentina de la producción y el trabajo es un verso para la tribuna, y admiten que la pobreza y desempleo estructural, están para quedarse durante muchos años más.
Estos hipócritas insultan a los desocupados afirmando que pierden la cultura del trabajo. Es el capitalismo, que no genera empleos, el culpable de la desocupación y para disfrazar esto acusan a las víctimas, los desempleados.
Los capitalistas y sus lacayos necesitan el desempleo para mantener los salarios por debajo de la línea de pobreza ($ 735)3 , el trabajo en negro y la sobreexplotación. Y quienes no entren en el sistema quedarán marginados en sus barrios, por esto hablan de “oficios” que les queden cerca de sus casas, de esta manera el gobierno fomenta la creación de una suerte de ghetos de pobreza.

¿Adiós a qué clientelismo?

El plan que proyectan estará a cargo de la hermana del presidente, cuyo ministerio controlará estos planes, y en los barrios a través de un puntero (tutor según el léxico del gobierno), que controlará a 50 beneficiarias y “las acompañará en la búsqueda de trabajo” (SIC) ¿Quiénes serán estos tutores?, el proyecto no lo dice, pero dado el interés de los curas no hay que descartar que se preparen para ocupar este rol, controlando más directamente a los pobres. Otros candidatos son los punteros kirchneristas, seguramente D’ Elía tratará de agarrar una parte del negocio.
Continuando en su línea de atacar a los que luchan el gobierno y la iglesia no se privaron de atacar a los piqueteros acusándolos de fomentar el clientelismo, cuando la realidad es que éstos sólo controlan el 7% de todos los planes. El clientelismo está dado a través de las intendencias y sus sendos punteros.

Que los curas vayan a laburar

Si hay alguien que no tiene “cultura del trabajo” en este país son los curas que conforman la iglesia. Y en este caso sí que esta vagancia está fomentada por las leyes de la dictadura que sostienen el culto católico y que paga el Estado (ver recuadro), a esto debemos agregarle los subsidios que reciben para sus colegios, para el mantenimiento de sus edificios y las desgravaciones impositivas, no pagan ni IVA ni ganancias entre otros impuestos, con lo que el subsidio estatal a los curas suma muchos millones de pesos.
Por su parte los capitalistas locales e imperialistas no se quedan atrás (ver recuadro).
Son estos parásitos que viven del Estado, mediante los impuestos que pagamos mayoritariamente los trabajadores y el pueblo pobre, los que acusan a los desocupados de “perder la cultura del trabajo”.

Trabajo para todos

Lejos de la hipocresía burguesa que quiere que nos resignemos con planes miserables y un desempleo eterno que afecta a millones de familias, se puede implementar ya mismo un subsidio universal acorde a la canasta básica ($ 735), sin contraprestación laboral, con solo dejar de subsidiar a curas y empresarios millonarios.
Los desocupados deben unirse en un movimiento único para enfrentar este nuevo ataque y pelear por este subsidio. La forma de eliminar el clientelismo de los partidos patronales y la iglesia, es el control de los desocupados de los subsidios a través de la organización por barrios, mediante asambleas democráticas y la revocabilidad de los cargos de los representantes.
Pero además el actual gobierno con el aval de todos los políticos patronales y la burocracia sindical, con la bendición de la iglesia, nos atan al imperialismo mediante el saqueo permanente de la deuda externa. Hay que dejar de pagar esta deuda fraudulenta, con ese dinero se puede implementar un verdadero plan de obras públicas, controlado por los trabajadores, para satisfacer las necesidades de trabajo genuino de todos los desocupados, y un salario acorde a la canasta familiar.

1 Clarín 24/10/2004.
2 Clarín 17/10/2004.
3 De acuerdo a los datos que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, el ingreso promedio de los asalariados es de $ 630.