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La falta de vivienda y el plan del gobierno

24 de agosto 2006

La ocupación de viviendas en el bajo Flores y la suba de los alquileres, que empujan la inflación, sacaron a la luz el déficit habitacional en los grandes centros urbanos, que según la Encuesta de Condiciones de Vida del INDEC, de 2001, es del 20%, 1.800.000 personas desde la crisis de fines de ese año hasta hoy esa cifra se multiplicó. Por ejemplo sólo en la Ciudad de Buenos Aires viven 13.000 personas en hogares precarios (por ejemplo debajo de los puentes), que se suman las 130.000 que viven en las 23 villas porteñas y unas 200.000 personas en casas tomadas, conventillos o en las calles. Se calcula que un 12% de la población de la Capital (3.000.000 de habitantes) viven en emergencia habitacional.
En contraste es el avance en la construcción de viviendas de lujo o para las clases medias altas avanza a todo vapor.

Las causas
Esta situación demuestra en primer lugar que los sueldos de la clase obrera y la clase media baja, ha quedado por detrás de sus necesidades de vivienda. Por esto la demanda de un salario mínimo equivalente a la canasta familiar, hoy en $2.200, lejos de ser una utopía es un justo reclamo para satisfacer las necesidades de estos sectores.
Y también evidencia que el gobierno no tuvo ninguna política para construir viviendas populares, de bajo costo y con amplia financiación para los trabajadores.

Medidas cosméticas
El gobierno ha lanzado tres medidas con el fin, dicen, de paliar esta situación: permitir a los bancos la financiación del 100% de las viviendas que cuesten hasta $200.000 y del 90% hasta $300.000, solicitar a los bancos que cobren una cuota similar al alquiler que se paga, para lo cual permiten que se incrementen los años de financiación y la devolución anticipada del IVA a las empresas que construyan viviendas para alquilar.
De acuerdo a las estimaciones que realizan los diarios, para acceder a una vivienda de dos ambientes en los barrios mas baratos de Capital un trabajador debería contar con un ingreso básico de $ 3.700 por mes, por lo cual esta medida deja afuera a la enorme mayoría. Y en cuanto a los subsidios a las constructoras, son planes a largo plazo que no solucionan el problema actual.
Por lo tanto estos planes sólo terminarán beneficiando a los sectores medios altos y altos de la población.

Una salida de fondo
Ante esta situacion, el gobierno, y en particular el de la Ciudad de Buenos Aires, desaloja a aquellos que están en la peor situación. Contra esto se han movilizado un conjunto de cooperativas el 23/08, levantando como principal reclamo: “Basta de desalojos”, que es el primer punto para luchar contra el flagelo de la falta de vivienda.
Asimismo hay que luchar por un sueldo mínimo de $2.200, lo que permitiría a amplios sectores de los trabajadores contar con fondos para acceder a una vivienda.
Por otra parte hay muchos sectores que hoy están alquilando, y a la vez hay muchos sectores medios que con los años lograron tener una pequeña inversión de una o dos viviendas y las alquilan con el fin de aumentar sus magros ingresos para estos sectores hay que reclamar subsidios a los inquilinos que permitan afrontar el pago del alquiler que no sea superior al 15% de sus ingresos, y a la vez pagar un alquiler razonable, a los pequeños propietarios.
Pero también están los sectores altos de la población que realizan especulaciones con las viviendas. Se calcula que en la Ciudad de Buenos Aires hay unas 127.000 viviendas desabitadas que pertenecen a estos sectores, hay que expropiar sin pago estas viviendas y ponerlas a disposición de la clase media baja y los trabajadores.
Por último hay que lanzar un verdadero plan de viviendas populares para solucionar definitivamente este flagelo cae sobre los sectores mas desprotegidos, también se incrementaría la ocupación elevando el nivel de vida de todos.

Prensa

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