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La estafa oficial

15 de junio 2004

Cuánto se paga

El proyecto de pago a los acreedores privados, que mejora sustancialmente la oferta anunciada en septiembre pasado, fue diseñado por el Tesoro norteamericano. Para esas fechas, Kirchner hablaba de una quita del 75% sobre el valor nominal de la deuda en default. Esto fue presentado -junto a la entrega del 3% del superávit al Fondo- como un ejemplo de “dignidad nacional”. Pero con la nueva propuesta hecha, la “histórica” quita del 75% pasa a ser en realidad de menos de un 50%. La aceptación de reembolsar los intereses desde 2001 hasta la fecha suma 22.000 millones dólares a los más de 20.000 millones de la quita inicial. Esta ecuación transforma en 42.000 millones la nueva deuda a emitir y a pagar sobre los 82.000 en danza. En cuanto a las tasas de interés ofrecidas sobre el volumen de reconocimiento estipulado, estas superan holgadamente los índices vigentes en el plano internacional. En Dubai se ofrecían intereses de entre 0,5 a 5%; ahora esta variable sube del 1,35 a 8,21%. El pago de la nueva deuda reestructurada será “del orden de los 1000 millones de dólares anuales hasta el 2010, se triplican a partir de 2014 y vuelven a crecer en la próxima década del 20”1 ; y, según Claudio Lozano, en “los próximos 30 años se incrementará en 70 mil millones de dólares”. Sólo 1.000 millones por año alcanzarían para dar los 250 pesos de aumento para 1 millón de trabajadores estatales que lo están reclamando.


Cómo se vuelve a pagar

El mecanismo utilizado como salida de las riquezas producidas por los trabajadores es la ventanilla del superávit fiscal. Un saldo positivo extraordinario, atado a variables internacionales que están cambiando y que la mayoría de los analistas serios considera impensable sostener por mucho tiempo. Tan sólo con observar esta coyuntura surge que la tendencia a la suba de las tasas de interés en EE.UU. (que directamente influye sobre los intereses de la deuda), junto con la caída en el precio de la soja que comienza a imponer China, debilitan las perspectivas burguesas de recaudación. A la vez, el gobierno viene sosteniendo este superávit mediante el congelamiento de los salarios estatales y las jubilaciones, la quita de subsidios a los desocupados y la casi nula inversión en obra pública y gasto social; acotándolo recientemente aún más, ya que ahora además desvía una de sus partes a subsidiar a las petroleras y paliar la crisis de desabastecimiento energético. Paralelamente, las retenciones a las exportaciones y el impuesto al cheque, que son piezas claves para alimentar el superávit, el gobierno dispuso con el imperialismo eliminarlos en el corto plazo. Este nuevo ajuste sobre el superávit fiscal (el acordado en septiembre del 3% para el pago total de los otros más de 80.000 millones de dólares, que jamás se han dejado de pagar, ya era altísimo), se estima que superará el 3,5% del PBI. Esto implicará en total un giro al exterior de más de 15.000 millones de pesos2 . En este marco, el gobierno compromete un superávit (indexado) por 40 años. De avanzar la “histórica negociación” kirchnerista la deuda pública pasará a representar 140.000 millones de dólares3 ; es decir, más de un 90% del Producto Bruto Interno. En diciembre del 2001 esta relación deuda - PBI se ubicaba en un 55%4 . La negociación de Kirchner incrementa la deuda en casi la mitad. El bono “estrella” ligado al “crecimiento”, suponiendo que el ritmo de la economía se expanda medio punto sobre el 3% establecido, implicaría un “plus” de más de 6000 millones de dólares, y una caída más en la quita del orden del 6%.5

La entrega aún puede ser mayor


Con todo, la capitulación y la entrega no parece detenerse. Acaba de salir a la luz que los ahorros de los trabajadores bajo el régimen de AFJP sufrirán una perdida de casi el 30%. Y la letra chica continua escondida. Por arriba, el FMI ha respndido con un silencio ambiguo, y la mayoría de los grupos de acreedores imperialistas rechazó el pliego y exige mejoras en la oferta. Por lo tanto, dada la vocación servil del gobierno, no se puede descartar una entrega mayor. De hecho, ya se está barajando la posibilidad de “mejorar la propuesta” mediante el desembolso de 2000 millones de dólares en efectivo. La deuda como instrumento de dominación y sometimiento imperialista sobre la economía nacional bajo el kirchnerismo continua avanzando. Si a esto se le agrega su política sobre las privatizaciones, su rol de garante de la rentabilidad patronal, la flexibilización laboral, la fuga de capitales, etc, se puede inducir que el espíritu de los ’90 sigue vivo. Y la deuda externa, engranaje fundamental de esta rueda miserable, recayendo sobre el pueblo trabajador.

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