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Informaciones Obreras

La cuestión salarial y un nuevo ánimo entre los trabajadores

30 de abril 2004


Los reclamos por el salario y mejores condiciones laborales se están haciendo sentir cada vez más y con ellos la necesidad de una estrategia independiente de los luchadores.
No hay fábrica o lugar de trabajo donde el problema del costo de la vida no se vuelva un tema recurrente. En una gran multinacional de Capital, los gerentes decidieron pasar una película sobre las bondades de sus productos. Al terminar, antes de que enciendan las luces, los obreros estallaron al unísono: ¡queremos aumento!
Las encuestas en distintos medios de prensa también reflejan esta situación, dando cuenta de que el persistente aumento del costo de vida reflejado en la suba de los productos esenciales y las tarifas exorbitantes, son los grandes temas que preocupan al pueblo trabajador.
No es para menos, los últimos informes del INDEC y del Ministerio de Trabajo muestran que el tan mentado crecimiento del que se pavonean Kirchner y Lavagna es a costa de la caída del ingreso salarial de los trabajadores. Si comparamos con el 2001, la industria produjo, en promedio, un 5% más, pero con un salario real un 14,6% más bajo.
Por otra parte aunque existe un incremento del 6,7% del empleo registrado en el último año con respecto al pasado, la producción –como vimos- ha aumentado (con el subsiguiente reembolso en ganancias para los patrones que ni siquieran pagan mejores sueldos) pero con respecto al 2001 esa producción se realiza con un 4,6% menos de trabajadores. Sintetizando, la base material del exagerado optimismo oficial con respecto al crecimiento descansa en un aumento de la productividad y una mayor extracción de la plusvalía a los trabajadores.
Las luchas en curso
Esta situación general tiene su correlato en que en los últimos meses hemos visto surgir distintas luchas por aumento salarial y las condiciones de trabajo.
Las del subte y la de los choferes de Transporte del Oeste son las que más impactaron en el imaginario de los trabajadores. Por su marcado carácter antiburocrático, porque en el caso del Subte afectaron a un servicio esencial; en el caso de los choferes porque coparon literalmente con el “colectivazo” la Plaza de Mayo.
Pero también existe un reclamo impulsado desde los gremios, como es el caso de los estatales de ATE donde la dirigencia se ha dignado a llamar a un paro nacional luego de su fracasado coqueteo con el gobierno. O el de los petroleros de Santa Cruz donde más de 5.000 trabajadores paralizaron las 12 plantas deshidratadoras, la terminal de los oleoductos y los yacimientos distribuidos en Caleta Olivia, Pico Truncado y Las Heras, exigiendo una recomposición salarial. En la misma provincia, los docentes salieron a la pelea para incorporar al básico la suma fija de $200 anunciada por el gobernador. El conflicto surgido desde la combativa Caleta Olivia, con la autoconvocatoria de los docentes, se extendió como reguero de pólvora en toda la provincia sumando a maestros de las distintas localidades y a otros sectores de trabajadores, proceso que continuó con una marcha provincial a Casa de Gobierno convocada por ADOSAC.
Muchos de estos conflictos muestran una gran bronca por abajo. Es el caso de los trabajadores de los hospitales donde la presión de la base obligó a los dirigentes de ATE a convocar a un paro y a distintas movilizaciones. A esta importante lucha de los hospitales de Capital y algunos del Gran Buenos Aires hay que agregar la de Rosario, donde en el Hospital Centenario hace ya dos meses que se realizan medidas de fuerza y sigue el paro por tiempo indeterminado.
En cada uno de estos conflictos surgió un importante activismo. En los hospitales de Capital se formó Autoconvocados que se reúne en asamblea y votó rechazar los acuerdos realizados a espaldas de los trabajadores de los dirigentes de ATE y SUTECBA. Y en Rosario –como mostramos en las páginas de este periódico, también los trabajadores se autoorganizaron para convocar al paro en contra del sindicato mayoritario y mafioso de UPCN formando Autoconvocados. O como en San Luis, donde las acciones de los docentes combina la toma de los edificios, con la lucha política contra el gobierno provincial.
La burocracia apoya al gobierno
Ni los míseros salarios, ni las luchas en curso, mucho menos el hecho que los trabajadores desocupados estén condenados (en el mejor de los casos) a vivir con los $150 de un Plan Jefas y Jefes, le quitan el sueño a los dirigentes sindicales. La preocupación de Daer y también de Moyano, sigue centrada en caerle bien a Kirchner y aparecer bien pegados al gobierno. De Gennaro y Michelli de la CTA también están en la misma, haciendo malabarismos para conciliar su apoyo a Kirchner con el hecho de que es el mismo gobierno, comprometido con el FMI, el que se niega a dar el aumento a los estatales, uno de los principales gremios de la CTA. En su afán de no criticar al santacruceño han desempolvado la vieja teoría del “cerco”. El “cercado” sería el mismo Kirchner, el que da los “malos consejos”, Lavagna.
Asambleas, comités de lucha y coordinación
La cúpula sindical apoya al gobierno y cuando, como en el caso de la CTA, llaman a alguna medida de acción hacen lo imposible para que no sea nacional y cuando la convocan no tiene ninguna continuidad. Por eso, ahí donde surjan luchas de gremios será necesario tratar de generalizar la experiencia, por provincia, por región, y tratar de que trasciendan nacionalmente, avanzando en la coordinación entre los distintos sectores en lucha, uniendo las reivindicaciones e incorporando a la pelea también las demandas de los desocupados.
Los trabajadores efectivos y contratados, afiliados y no afiliados (superando las divisiones gremiales incluso), tienen que unirse en cada establecimiento, en asambleas de base comunes, impulsando comisiones de lucha que permitan el surgimiento de nuevos dirigentes y activistas representativos de las bases. Este es el camino para imponer a los dirigentes un congreso de delegados de base democrático por gremio y nacional, y exigirles ya mismo un plan de lucha nacional.
Necesitamos nuevos dirigentes
Desde estas páginas queremos contribuir a pensar cuáles son los fenómenos actuales de lucha de la clase obrera que pueden estar indicando un cambio en la subjetividad obrera. Queremos destacar entonces un elemento importante de la lucha de los compañeros del Subterráneo.
Aquí se dio un avance porque se ha nucleado un cuerpo de delegados que refleja a los distintos sectores, donde están algunas corrientes de izquierda y también compañeros independientes. Dirigido por estos compañeros, elegidos en la base, el conflicto -gracias a la combatividad de la base y los piquetes- pudo abrirse paso y triunfar consiguiendo las 6 horas para todos.
Este es un ejemplo a seguir por toda la clase obrera. Porque para avanzar hay que recuperar las comisiones internas y los cuerpos de delegados de las manos de los dirigentes burocráticos y poner en su lugar a nuevos compañeros luchadores que vayan al frente, constituyendo organizaciones de base, que funcionen con el método de la democracia obrera donde voten y estén representados todos los compañeros, efectivos, contratados y tercerizados. Otro ejemplo importante que muestra que empiezan a surgir es la formación de la lista antiburocrática contra Daer en alimentación, creada por los delegados y las comisiones internas de tres fábricas, en una de las ramas más dinámicas de la industria.




Blumberg o los trabajadores del subte

Trabajar 6 horas; trabajar todos
De extenderse las demandas por salarios y condiciones de trabajo apuntarán a poner en cuestión la base de sustentación de la recuperación económica kirchnerista que se apoya en los bajos salarios, la flexibilización y el desempleo masivo. Por eso, desde ahora, creemos que es necesario adelantar un programa que unifique los reclamos de toda la clase trabajadora.
El aumento generalizado de salarios para todos equivalente al costo de la canasta familiar. La universalización de los planes de empleo a todos los desocupados sin contraprestación, con un monto como el exigido por los movimientos de desocupados, y la reducción de la jornada laboral a 6 horas para que puedan trabajar todos los trabajadores, son las banderas que pueden unir a toda la clase obrera.
En estos días, el empresario textil Blumberg plantea en su petitorio el aumento de la jornada laboral de los judiciales –que ha sido rechazada de plano por el sindicato de los trabajadores-. Este patrón habla el lenguaje de su clase. Combatir el crimen que genera la miseria aumentando la explotación. La respuesta obrera tiene que ir en un sentido inverso, como plantean los ceramistas de Neuqu˜én y los compañeros del subte.
Está planteado unir esfuerzos. Realizar una campaña común de todos los sectores combativos y antiburocráticos: el Sindicato Ceramista de Neuquén, el Cuerpo de Delegados de Subterráneos, la FTC, la Unión Ferroviaria de Haedo, los compañeros de Transporte del Oeste, del Sindicato del Pescado de Mar del Plata y los movimientos piqueteros combativos como la FTC pueden unirse para rodear de apoyo y solidaridad cada lucha que surja y encarar esta pelea por el aumento salarial y el trabajo para todos.

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