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NACIONAL

A DOS AÑOS DE LA REPRESIÓN Y ASESINATO DE ROBERTO Y MARIO LÓPEZ EN FORMOSA

La comunidad Qom y la lucha por territorio

Se despierta, con la salida del sol, como siempre. Yerba mate en alguna de sus variantes sirve de desayuno para engañar el hambre. Se peina y sale. Lo espera la asamblea que decidirá continuar con el corte de Ruta 86.

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22 de noviembre 2012

“Si la conquista ha creado el derecho natural para una minoría, a la mayoría no le queda más que reunir suficientes fuerzas para tener el derecho natural de reconquistar lo que se le ha quitado.” -La nacionalización de la tierra. K. Marx.-

Na npa’ahuec qataq da laie so alambrado (De un lado y del otro del alambrado)

Se despierta, con la salida del sol, como siempre. Yerba mate en alguna de sus variantes sirve de desayuno para engañar el hambre. Se peina y sale. Lo espera la asamblea que decidirá continuar con el corte de Ruta 86. Durante el día serán en su mayoría los ancianos los que garanticen la medida de corte. A la noche, con el frío, serán los más jóvenes lo que los tomen la posta. Comunidad La Primavera para el mundo Doqshe, Potae Napocna Nahuoxo para los Qom. Detrás del alambrado el terrateniente Celías se cree victorioso. El botín son 600 hectáreas y unas miles más, que este elegante señor robó a una comunidad entera. Esas 600 fueron luego “donadas” al gobierno para la creación de una Universidad. Redistribución de la riqueza le llaman algunos.

La causa es justa, aunque el cansancio sea mucho. Será cuestión de ejercer ese derecho de reconquistar lo que es propio. Esa mañana se para firme sobre la ruta. Se están por cumplir cuatro meses de lucha y esa montada que se acerca suena amenazante. Disparos por la espalda, cae desplomado sobre el suelo en disputa. Menos mal que están las leyes y esos hombres de derecho que le darán a cada uno lo merecido. Los hombres de la Gendarmería y la policía provincial vuelven a sus casas. Los miembros de la comunidad son detenidos y maltratados detrás de los barrotes. Se les abren causas también. No hay duda, son sus leyes, sus artículos, sus Convenios, sus Naciones Unidas.

El terrateniente sonríe junto a Insfrán, el gobernador. Se creen invencibles, sobre todo con el apoyo de la mujer que habla de los derechos humanos. Disfraz bonito que esconde muerte. El fuego quema sus ranchos, mientras la enorme Ciudad los recibe con fuerzas represivas y una Cámpora que los invita a regresar luego de largos seis meses acampando en la gran avenida en busca de vanas negociaciones. Es que hay algo que merece seguir oculto: visibilizar sus demandas implica sacar velos y mirar cara a cara al modelo.

Saq nalogui ca lashue na alhua da chaalataxac (Mucho más que un pedazo de tierra)

A Roberto López se le suma Mario López días más tarde. Los que ocuparon tierras en Jujuy y en el Indoamericano. Cristian Ferreyra y Miguel Galván en Santiago del Estero. Javier Chocobar en Tucumán. Sólo algunos de una larga lista. A ellos los unía la lucha por la tierra, territorio y vivienda; a los otros los une las ansias de ganancias. No es para menos, son millonarios los negocios que esconde la madre naturaleza.

Monocultivo de soja transgénica, megaminería contaminante y destructiva. Sobrevolando la geografía nacional se revela el modelo económico impuesto desde aquellos años de Campañas expropiadoras de vidas e identidad. Grandes extensiones pertenecientes a un puñado de asociaciones nacionales y trasnacionales, condenan al hambre y a la pobreza al resto. Se llama capitalismo, aunque se intente dar un barniz “nacional y popular”. Un sistema irracional donde la tierra -cada vez más deteriorada- no es de quién levanta la cosecha ni de quién muere en las minas y tampoco de quienes tienen los recuerdos de sus ancestros en su interior. Donde a lo largo y a lo ancho, el derecho de las commodities se impone sobre el derecho de las comunidades, los trabajadores y campesinos pobres.

No es el gran Potosí ni la época de la Conquista, pero se parece bastante cuando de explotadores y explotados se trata.

Qanqat na alambre: na alhua lalamaxat ca sÿaxahua maye huo’o ca naigui nqashen (A desalambrar: la tierra es de quien la trabaja)

El sol cae, ya es hora de meterse a dormir. Esta vez no hay nada para engañar el hambre. Ya la tierra no es de quién la trabaja. No queda otra, habrá que venderse mañana por algunos centavos. Brazos baratos como en los tiempos de haciendas. Una voz interior repregunta: ¿No queda otra? Las lecciones de la propia experiencia, aunque muchas veces sean pagadas con sangre, supieron enseñar que el verdugo y quien lo defiende, por más promesas y discursos emotivos que emita, estará siempre del otro lado del alambrado. De ese, que poco entiende de autodeterminación de los pueblos y restitución del territorio. Meten miedo con tanta ostentación. Pero el miedo se diluye cuando se convence que nada queda por perder. La mayoría despojada de su tierra resiste y su fortaleza es mayor, si se une a la mayoría despojada de la totalidad de su trabajo. Unidad de despojados. Trabajadores por millones y pueblos originarios de pie, en un solo grito, con un solo puño. ¿Ahora quién teme?
Se cumplen dos años de aquel miércoles sangriento. En que ese norte, casi desconocido por el resto de los habitantes diera que hablar. Ya los medios se olvidaron. Los títeres gubernamentales que salieron al escenario después de terminadas las acciones represivas, se retiraron dando por terminada la función. Oficialismo, oposición y “corpos” unidos en sus intereses sojeros, comulgaron para sacarlos de escena.
Las miserias prometidas no se cumplieron. Y el territorio robado no fue devuelto, como tampoco la vida de quienes fueron asesinados. La Comunidad se pierde nuevamente en esa Formosa lejana, aunque hayan decidido volver a cortar la ruta para visibilizar sus demandas.

No pueden seguir escondiendo las luchas debajo de la alfombra en pos de una supuesta armonía social entre clases antagónicas. Ya emergerán los sin tierra, los explotados en sus lugares de trabajo, los que tienen sus raíces en un territorio saqueado. Se aprenderá no sólo a luchar, sino a vencer. Se reconquistará lo que se ha quitado y se exigirá justicia por todos los luchadores caídos.

!Yo’oqteguet na qada’añaqtaxanaxac! (¡Ahora es cuando, venceremos!)

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