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La clase trabajadora necesita su propio partido

10 de mayo 2007

Desde el PTS venimos sosteniendo la necesidad de construir un gran partido de la clase trabajadora. Nuestro propósito es señalar un camino de independencia de clase y lucha política contra el gobierno de Kirchner y su doble discurso, contra el operativo de reciclaje de punteros y corruptos provenientes del PJ y la UCR; contra la derecha que predica “mano dura” al estilo Sobisch o Blumberg y la centroderecha clerical de la supuesta transparencia republicana, que pregona Elisa Carrió. Es un planteamiento para que los trabajadores pesen decisivamente en la balanza de fuerzas de la realidad nacional desde una posición propia.

La huelga de los docentes y municipales de Santa Cruz es muy instructiva de esta necesidad. Muestra que la política del gobierno busca profundizar un esquema económico donde los empresarios obtienen siderales ganancias mientras un sector de trabajadores “en blanco” de las áreas más dinámicas de la economía recuperan parte del salario perdido por la inflación, en tanto una gran mayoría de estatales, docentes y precarizados siguen cobrando salarios de miseria.

Santa Cruz muestra también cómo la oposición patronal y clerical -que carece de fuerza, unidad y legitimidad a nivel nacional- trata de montarse sobre las denuncias de los docentes para sacar provecho electoral. Macri se indigna por el autoritarismo kirchnerista, pero era aliado hasta hace muy poco del asesino Sobisch, fusilador del docente Fuentealba. Similar discurso sostiene la oposición clerical del ARI y su Coalición Cívica, fogoneada por el Cardenal Bergoglio, pero mientras hablan de que las instituciones democráticas están en peligro buscan reconciliar al pueblo con los genocidas y sus cómplices: los empresarios que avalaron el golpe de estado de Videla.

Por su parte, la burocracia sindical no tiene ningún prurito en pactar con los empresarios y el gobierno el tope salarial y garantizar la división de las filas obreras, mientras proporciona su apoyo al kirchnerismo, a Lavagna, a Telerman, a Macri y a distintos políticos patronales. La construcción de un partido de trabajadores constituiría una bandera de lucha para orientar las organizaciones obreras hacia una política independiente, expurgándolas de burócratas y arribistas. La existencia de una fuerza política de clase, evitaría que los asalariados que hoy luchan por recuperar sus conquistas no sean llevados tras ningún representante del régimen político y social actual. Tras un curso independiente, los trabajadores podrían utilizar a su favor crisis políticas como las de Santa Cruz y Neuquén para luchar por sus demandas junto a los sectores más pauperizados de la sociedad.

Nos proponemos, en consecuencia, abrir un debate en todas las organizaciones obreras, combativas y antiburocráticas, en los cuerpos de delegados del subterráneo y de los ferroviarios opositores a Pedraza, en las seccionales del sindicato docente opositoras a Yasky, en las juntas internas del Garrahan y del Hospital Francés, en las listas opositoras de ATE, en las agrupaciones clasistas de telefónicos y aeronáuticos, en las comisiones internas combativas de la industria, la alimentación y los metalúrgicos. Es necesario abrir este debate para abordar una nueva perspectiva de la clase productora de la riqueza que consume toda la sociedad, la única potencialmente capaz de ofrecer una salida en función de los intereses de las grandes mayoría populares.

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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