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Revoluciones y procesos revolucionarios en los siglos XIX y XX

La Revolución Mexicana, 1910-1920

28 de diciembre 2004

El Porfiriato

Así se conoce al régimen de Porfirio Díaz, quien gobernó México desde 1876. Durante la dictadura de Díaz, se produjeron una gran cantidad de cambios políticos y económicos. Por un lado se acrecentó el poder de los grandes terratenientes, reduciendo drásticamente la autonomía de las comunidades locales. Por el otro, se produjo la penetración del capital extranjero, principalmente norteamericano, para la explotación minera y la construcción de ferrocarriles, sin que esto sacase a las masas de la pobreza.


Esto se combinó con una ola de expropiaciones de tierras, que pasaron de las manos de las comunidades locales indígenas y de los pequeños campesinos, a engrosar aún más las extensiones de los grandes terratenientes, continuando el proceso que había comenzado en 1857. De esta forma los campesinos mexicanos comenzaron a oponerse al porfiriato.


Además hubo sectores de la burguesía, de la pequeña burguesía y hasta de grandes terratenientes (como Francisco Madero), que empezaron a ver al porfiriato como una traba para el desarrollo del país y plantean su oposición a una nueva reelección de Díaz pero conteniendo a las masas.

El plan de Potosí

En 1910 se realizan las elecciones nacionales. El principal opositor a Díaz era Madero, cuya principal consigna era no-reelección y sufragio efectivo. Pero antes de las elecciones fue encarcelado, y las mismas se realizaron bajo un fraude escandaloso. En respuesta se realizan manifestaciones en todo el país, y Madero encabeza una coalición opositora redactando el “Plan de Potosí”, donde proclama, además de su principal consigna electoral, la restitución de las tierras expropiadas, haciendo un llamamiento al pueblo mexicano a tomar las armas para derrocar al ilegítimo gobierno porfirista. Se apoya así en la revolución que las masas ya están haciendo.

Madero Presidente

En 1911 el pueblo en armas logra imponer a Madero en la presidencia, cargo que ocupa hasta 1913, cuando es derrocado y asesinado por la reacción comandada por el general Huerta. Sin embargo durante su gobierno comenzaron las divisiones en el bloque antiporfirista: Madero no llevó adelante el Plan de Potosí, lo que generó la oposición de Emiliano Zapata y el Ejercito Liberador del Sur. En el Plan de Ayala, éstos plantean la reforma agraria y llaman a derrocar a Madero, considerado como traidor.


La reforma agraria empieza a cobrar su papel central en la lucha de clases durante la revolución mexicana. La masas campesinas, organizadas en los ejércitos del norte (comandado por Pancho Villa) y en el del sur (dirigido por Emiliano Zapata), empiezan a oponerse a los distintos sectores burgueses, que aún estando en el ala revolucionaria, no llevan adelante esta consigna. Pero no sólo se oponen políticamente a éstos, sino que en con el avance de sus ejércitos en la lucha contra Huerta, empiezan a tomar en sus manos sus reivindicaciones, expropiando a los terratenientes y opositores y repartiendo la tierra. Así van ampliando las bases sociales de los ejércitos campesinos.

Aguas Calientes

En 1914 cae Huerta y el sector conservador pierde definitivamente el poder, tanto político como militar, asumiendo provisoriamente la presidencia Carranza. En el ala revolucionaria vencedora había principalmente cuatro fuerzas político-militares: Zapata, Villa, Carranza y Obregón. El equilibro era precario. Por un lado los ejércitos campesinos estaban parcialmente divididos: el del sur mantenía su ubicación independiente del ala burguesa encabezada por Carranza y Obregón, al poner en primer plano la reforma agraria proclamada en el plan de Ayala, reforma que la burguesía no quería implementar. Pero Villa mantenía aún su acuerdo con el ala burguesa. Por el otro, Obregón se diferenciaba parcialmente de Carranza al ver la necesidad de dar algunas concesiones a las masas para contenerlas.


En el marco de estas pujas se realiza la Convención de Aguas Calientes. Es Obregón quien impulsa primeramente esta Convención, como forma de maniobra política para desplazar a Carranza, apoyándose en Villa, Zapata y en el ala izquierda de la burguesía. Sin embargo estos sectores confluyeron pero con una resolución más radical, al aprobar en lo esencial el Plan de Ayala. La aprobación de este plan se debió a que el ala burguesa no tenía un programa propio y termina adoptando el único existente. Obregón, derrotado, se alía nuevamente con Carranza y se retira de la Convención.


Por primera vez confluyen los ejércitos del norte y del sur, pero el mando político de la convención queda en manos del ala izquierda de la burguesía. Igualmente la relación de fuerzas estaba del lado de las masas campesinas. Comienzan así el avance militar sobre la capital, y Carranza huye hacia Veracruz.

La ocupación de la capital

En diciembre la ciudad estaba ocupada por los ejércitos campesinos, pero ni Villa ni Zapata se plantean la toma del poder, dejándolo en manos de la Convención. Las bases sociales de los ejércitos campesinos no eran lo suficientemente fuertes como plantearse la toma el poder. Los campesinos planteaban la defensa de la pequeña propiedad privada o comunal confiando en que la burguesía, si era controlada y presionada por el pueblo en armas, iba a legalizar la reforma agraria que ya estaban realizando.

El reflujo revolucionario

Los límites de los ejércitos campesinos no estuvieron solamente en la toma del poder. Las bases localistas de los ejércitos del sur y del norte, presionaban para que estos no se separen de sus regiones de influencia. No existía ni para Villa ni para Zapata una visión del conjunto de la nación. La convención tenía el poder, pero debía derrotar militarmente a Carranza y Obregón, atrincherados en Veracruz, y unir a las masas del conjunto de la nación en una fuerza unitaria. Pero Villa decide volver al norte y combatir restos dispersos del ejército de Obregón. Y Zapata, inferior militarmente, es el encargado de combatir al grueso de este ejército en el sur.


Con el respiro que le dan los ejércitos campesinos, Obregón se rearma y empieza a tratar de ganar apoyo en sectores arribistas de la Convención y en sectores de las masas. Para esto proclama una reforma agraria limitada y da concesiones al movimiento obrero, legalizando el derecho a huelga, limitando la jornada de trabajo y permitiendo la organización sindical. Así puede lanzar la ofensiva militar contra Villa, que era la mayor fuerza militar, y contener al ejercito Zapatista. Sin bases políticas, y tras una serie de errores militares el ejército del norte no tardaría en ser derrotado, aunque continuará una guerra de guerrillas en las cercanías de Chihuahua, plaza fuerte del villismo.

La comuna de Morelos

Mientras Obregón luchaba contra Villa, Zapata organizaba la Comuna de Morelos. Realiza en su estado lo que no pudo hacer nacionalmente: estableció un régimen basado en la democracia directa de las masas campesinas, redacta una ley de reforma agraria y expropia los ingenios. Pero se ve aislado del resto del país, cuestión que se agrava con la derrota del ejercito del norte.


El carrancismo decide así atacar a Zapata, pero la fuerza militar era insuficiente, necesita quitarle las bases políticas y sociales: el tiempo y el aislamiento juegan a favor de Carranza. Las direcciones zapatitas se dividen y muchos dirigentes se pasan del lado carrancista. De nada le sirve a Zapata dejar de lado el plan de Ayala y negociar. Carranza quiere, y puede, eliminar de raíz la principal fuerza social de la revolución. Debilitadas las bases sociales de la comuna, el gobierno carrancista avanza sobre Morelos, masacrando a la mitad del pueblo sin distinción alguna. Zapata, atrincherado en el monte, con su ejército derrotado y sin aliados, es asesinado en abril de 1919.

Los límites del campesinado Revolucionario

Las masas campesinas dieron todo de sí para el triunfo de la revolución. Con la reforma agraria como consigna central se fueron oponiendo a la burguesía, derribando el viejo régimen porfirista, y minando el poder de los terratenientes, dándole así una dinámica objetivamente anticapitalista. La toma y reparto de tierras era constante durante la revolución, pero la comuna de Morelos es el punto más alto al que llegaron las masas campesinas. No sólo repartieron las tierras sino que al expropiar los ingenios, atacaron uno de los resortes centrales de la propiedad capitalista. Sólo dando concesiones a las masas, aunque la distribución de tierras, en los hechos, fue mínima, la burguesía pudo adueñarse y consolidarse del poder. 

La relación con el movimiento obrero era escasa. Había algunos obreros sueltos en el ejército del norte, pero ninguno de los ejércitos campesinos levantaba un programa que los uniese con el movimiento obrero. Este se encontraba preso de la política pro-burguesa de sus direcciones. Recién con la Revolución Rusa del "17, Zapata intenta ligarse con el movimiento obrero mundial, pero la revolución mexicana, prólogo y primer símbolo de las revoluciones en Latinoamérica, ya estaba en retroceso.


A pesar de la derrota del ala anticapitalista de la revolución, sus acciones dejan sus enseñanzas para el futuro. No hay que partir de cero, hay que continuar la obra inconclusa de Zapata y las masas campesinas.

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