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Informaciones Obreras

LAFSA: Contundente respuesta obrera a la represión

22 de abril 2005

Fue por la madrugada, los trabajadores nos concentrábamos en el hall de Aeroparque cuando fuimos salvajemente reprimidos por un operativo conjunto de la PAN y la Guardia de Infantería. Decenas de heridos y dos detenidos eran el saldo de la brutal represión descargada contra compañeras y compañeros que reclamaban garantías para su futuro laboral. El gobierno, por intermedio del “progresista” Marcelo Sain, intento quebrar la lucha apelando al recurso represivo. Pero la respuesta de los trabajadores fue muy distinta a la que esperaba el gobierno: la bronca e indignación de los trabajadores se convirtió rápidamente en una contundente respuesta obrera que excedió las fronteras de Aeroparque, llegando a miles de compañeros que en las calles manifestaron el repudio a la represión y la solidaridad con el reclamo que venimos llevando adelante. 

Los pibes están libres

En medio del cerco policial, empezamos a reorganizarnos. Los heridos superaban la veintena de compañeros y nos percatábamos de que teníamos compañeros detenidos. Fue entonces que aparecieron los compañeros del Garrahan, que habían llegado en una ambulancia para socorrer a los compañeros heridos, este fue el primer indicio alentador: no estábamos solos. Con el correr de las horas, se fue generando una autoconvocatoria haciéndose presentes compañeros de ferroviarios, Brukman, Zanon y Subte, entre otros. Diferentes delegaciones de sectores sociales y políticos se acercaron a brindarnos solidaridad, organizamos una conferencia de prensa y en la asamblea definimos las prioridades. La libertad de nuestros compañeros pasó a ser el punto principal e incondicional de nuestros reclamos. Fue así que nos dirigimos al Ministerio de Trabajo a exigir la liberación inmediata y sin causa de los compañeros detenidos. Para entonces, había miles de compañeros de las organizaciones de desocupados, que venían de manifestarse en Plaza de Mayo, haciéndonos el aguante. Una vez más, la solidaridad de clase se hizo sentir y cada vez era más grande. Para cuando la delegación salía del ministerio, sin respuesta alguna, el Cuerpo de delegados del Subte declaraba un paro solidario por la libertad de nuestros compañeros y en apoyo a la lucha del Garrahan. Definitivamente, el gobierno había errado su pronóstico, la lucha de LAFSA se fortalecía por la gran solidaridad expresada en las calles, pero a pesar de ello el gobierno se empecinaba en mantener a nuestros compañeros encarcelados. No podíamos bajar la guardia, con toda la tensión nos organizamos para el día que venía.
Bien temprano, organizamos nutridas delegaciones a todas las movilizaciones: en el obelisco nos esperaban compañeros de las organizaciones de desocupados y Parmalat; en el puente Pueyrredon pasaba algo similar y el plato fuerte estaba centrado en el paro de los trabajadores de Subte, que organizaban asambleas para votar el paro solidario, que finalmente se realizó en todas las líneas por el transcurso de media hora. Hacia la tarde nos reencontrábamos en los Tribunales de Retiro. Para entonces, nos dábamos cuenta que estábamos siendo parte de una jornada histórica para los trabajadores de la ciudad, que por la cobertura de los medios, era seguida por los trabajadores de todo el país. Finalmente, en la puerta de los Tribunales llegó la noticia más esperada: “los pibes están libres” fue la consigna que cantamos con emoción y alegría. 

La lucha continúa

Con las fuerzas recobradas, los trabajadores de LAFSA tenemos por delante la definición del conflicto. Sabemos que el gobierno, la patronal y la burocracia de los gremios aeronáuticos juegan unificadamente en contra de nuestro reclamo. Esta última avanzó en el sendero de la traición, postulándose como gestora de la patronal de Lan Chile y Jaime promoviendo un acta-contrato, que los trabajadores deberíamos firmar individualmente. Los puntos del acta atentan contra conquistas que habían conseguido con su lucha los trabajadores de LAFSA. Para el libro Guinness de las traiciones quedará el ataque público de la burocracia de APA contra el Cuerpo de delegados, cuando nos encontrábamos en la pelea por liberar a nuestros compañeros afiliados al gremio que dicen representar. Pero más allá de todas las maniobras, la Secretaría de Transporte comandada por Jaime, se vio obligada a reconocer al Cuerpo de delegados como los únicos interlocutores legitimados por los trabajadores para la negociación. El mandato de la asamblea es claro: simultaneidad en el traspaso a Lan para que ni un solo compañero quede afuera; ningún desguace laboral, que se respeten los sectores, categorías, rotaciones y lugares de trabajo; ninguna lista negra, entre los más importantes. Es por estos puntos, sumado al reclamo de reincorporación de los compañeros despedidos de Aero Handling, que los trabajadores vamos a definir en asamblea los próximos pasos del plan de lucha. La fuerza para encarar este momento de definiciones la encontramos en la unidad de la base y la coordinación con todos los sectores que se vienen solidarizando con nuestra lucha. Mientras el gobierno ataca, intentando desprestigiar las luchas ejemplares como la del Garrahan y Lafsa, el diario Clarín (22/4) cae en la cuenta de que en estos conflictos “aparecen sectores vinculados a estructuras sindicales no tradicionales”. Efectivamente, hoy salimos a la lucha sectores antiburocráticos que enfrentamos al gobierno y los cuales nos planteamos un camino común en el encuentro del 2 de abril. Camino que hoy empezamos a transitar en la lucha de clases.

Prensa

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