“Quieren crear un gigante de los alimentos”. Así titulan los diarios el intento de la norteamericana Kraft Foods de quedarse con la inglesa Cadbury, por la que ofrece cifras multimillonarias. Ambas tienen grandes plantas en la Argentina, y si la compra se concreta, en Argentina pasarían a “tener ventas anuales por $2.316 millones” (IEco Clarín). No hay que descartar que la compra o fusión traiga aparejados ajustes y despidos.

Mientras los gerentes hacen números, los trabajadores de ambas empresas han coincido en los últimos meses en las mismas peleas: contra la Gripe A, en defensa de su organización gremial y, ahora mismo, en la pelea contra los despidos en Terrabusi.

Los obreros de Stani (Cadbury), con su Comisión Interna independiente de la burocracia de Daer, vienen solidarizándose con sus compañeros de Kraft. La Verdad Obrera dialogó con Juan Cabana, delegado de la Comisión Interna de la planta de Victoria.

¿Cómo fue la reacción ante los despidos en Terrabusi?

Nosotros hicimos asambleas ni bien los compañeros fueron despedidos.
Las hacemos todas las quincenas. Allí, junto a tres despedidos de Terrabusi, se votó toda la solidaridad y la exigencia de paro del gremio que llevamos al plenario de delegados del sindicato. Participamos del corte en Panamericana y de las acciones que se iban decidiendo en Terrabusi.
Y lo hacemos porque somos obreros de una multinacional igual que ellos. Cadbury-Stani es una empresa inglesa, pero la explotación que vivimos adentro es la misma, como sucede también en PepsiCo. Por eso estamos ligados los trabajadores de estas fábricas.

Cuando fue lo de la Gripe A hubo una situación similar a la de Terrabusi. Ante un primer caso la empresa no daba respuesta, ni de higiene ni seguridad. Entonces en asamblea decidimos tomar el tema en nuestras manos, y a partir de ahí con una lucha de dos días logramos que nos den la semana completa con los días pagos. La clave de nuestro triunfo es que logramos sacar el conflicto afuera.

Y en el medio del conflicto estos rumores de ventas o fusiones...

Hay compañeros preocupados, otros lo toman con calma, teniendo en cuenta que entre una multinacional como Kraft y otra como Cadbury no hay muchas diferencias. Yo creo que la unidad entre los trabajadores de estas grandes empresas se tiene que dar naturalmente. Los palos en las grandes fábricas de la alimentación de la Zona Norte son para todos nosotros iguales, entonces las respuestas deben ser las mismas.

Las comisiones internas de estas empresas son independientes de la dirección del sindicato. Eso hace que las empresas tengan una política mucho más dura hacia nosotros. En este conflicto quieren descabezar al Cuerpo de Delegados de Terrabusi. Y tenemos claro que van a venir por nosotros, que somos una Comisión Interna independiente, que se maneja con asamblea de trabajadores. A eso las patronales le tienen miedo. No quieren que las decisiones de los trabajadores se tomen en asamblea, ni que tengamos comisiones internas combativas, antiburocráticas. Por eso se unen por arriba para atacarnos.

¿Y cómo está la situación en tu planta?

Lo que hay que tener claro es que en la alimentación en la Argentina no hay crisis. Las empresas siguen comprando maquinaria de última tecnología, echando compañeros pero aumentando la producción. Nosotros somos los que producimos los alimentos todos los días y lo vemos. Los ataques no son por crisis, sino por las organizaciones combativas, elegidas por los compañeros.

En este momento, además en nuestra fábrica tenemos una pelea interna, porque desde hace 8 años hay un convenio ultraflexibilizador, que firmó el Sindicato a espaldas nuestras. Ahora retomamos esa lucha. Hace dos semanas nos movilizamos al Ministerio y tenemos una denuncia por la discriminación que existe en la fábrica, por los dos convenios.

L.A.