Ni bien llegamos a la estación de trenes de Palermo, dos compañeras de la comisión de lucha fueron a recibirnos. Enseguida nos vinieron a la mente nuestras compañeras de fábrica. No nos fue dificil hacer comparaciones viendo a estas bravas obreras con sus camisas celestes, el mismo color de los guardapolvos de las trabajadoras de Zanon. Y esto no fue lo único que vimos igual. Al llegar al portón de la fábrica recordamos las imágenes de octubre del año pasado. Las fogatas, la carpa, los compañeros conversando. Ya se estaba debatiendo la idea de ocupar la fábrica. Policías y burócratas se movían nerviosos, hacía varios días que la patronal venía endureciendo sus posiciones y el gobierno de Berlusconi, como todos los gobiernos de este lado y el otro del océano, comenzaba a jugar sus cartas en contra de los trabajadores.
A pesar del idioma enseguida nos entendimos. Los compañeros nos pidieron que participásemos de una asamblea. Y pudimos hablar, contar nuestra lucha. "Llegaron hasta aquí desde la otra parte del mundo -escribió un periodista del díario nacional Il Manifesto- y delante de los portones de la Fiat contaron cómo pudo transformarse un sueño en realidad. Pero no es un milagro, dijeron, es una lucha". Y así fue como conversamos y debatimos con los compañeros, tratando de explicar nuestro mensaje de unidad, de lucha, de organización y, sobre todo, de hermandad. "Llegaron a Italia e iniciaron un giro por las fábricas del grupo Fiat para traer la solidaridad a los tute blu -overol azul- en lucha contra el plan industrial del grupo torines. Los trabajadores no tenemos fronteras, debemos luchar juntos, expusieron" -asi reflejó el díario La Sicilia nuestra participación de la asamblea bajo el título "Fiat: dos operarios llegados de Argentina: "Hagan como nosotros, ocupen la fábrica"-. Pero esto no sucedió.
Los trabajadores de la Fiat pelearon con firmeza pero no fue suficiente. 10 días atras la patronal, que pretendía despidos y el cierre de fábricas en Torino, Milano y Termini Imerese, jugó una gran carta. Planteó que se podía mantener abierta la fábrica de Sicilia siempre que se aumentaran los despidos en las fábricas del norte del país. Pero los obreros respondieron con un mensaje de unidad y, en una marcha conjunta a Roma, rechazaron el plan. Las negociaciones se rompieron y la patronal confirmó su plan. Toda la semana pasada se multiplicaron los paros. Marchas multitudinarias en Milano, Torino, Nápoles, Roma, Sicilia. Cortes de ruta, bloqueo de puertos y aeropuertos. Los jóvenes universitarios y del movimiento antiglobal solidarizándose en las calles con los obreros. Los trabajadores y trabajadoras de Termini Imerese fueron hasta Melfi a parar la producción de la fábrica Fiat donde más se explota a los obreros. El lunes era la fecha en que llegarían los telegramas. Y llegaron.
"La cadena esta puesta "para evitar la ocupación de la fábrica", palabra del policía". Así relata el final el periodista de Il Manifesto. Después de meses de lucha, los obreros de la Fiat que habían sido apoyados por toda la comunidad, que llegaron a aislar la isla de Sicilia por varios días, ahora están separados de sus puestos de trabajo por un candado. Todos suspendidos en esta fábrica y más 8100 a nivel nacional. Con el aval del gobierno y el llamado impotente de los dirigentes sindicales que, despues de proponer suspensiones rotativas, comienzan a discutir el monto mensual de la suspensión, la Fiat avanza sobre los trabajadores. Pero los trabajadores aún no se rinden. El "Comitato" de mujeres de Termini Imerese se movilizó contra el municipio en contra de "la complicidad de la política con el proyecto de la Fiat" -Agnelli, el patrón, dice que reabrirá después de hacer una inversión y con contratos basura, sin las viejas condiciones de trabajo-. En las fábricas del norte que no cerraron los obreros dicen "no nos pueden dividir entre quienes estamos trabajando y quienes quedamos suspendidos".
Esta lucha obrera, que aún no se puede dar por terminada - la FEM, el sindicato metalmecánico europeo llamó para el próximo lunes un paro de dos horas en toda Europa- es la primera de grandes proporciones después de años en Europa. Se podrá ganar o perder, pero no será la última sino que, por el contrario, tal vez sea el inicio de una nueva serie de luchas obreras en este viejo continente.

Zanon: emblema de las luchas en Argentina
Pidiendo solidaridad y solidarizándose

Carta de Eduardo y Elsa, desde Italia, miembros del Centro Social que organizó la gira de los obreros de Zanon por Italia (extracto)
(...) Mariano y Natalio estuvieron presentes en más de veinticinco provincias. Asistieron a encuentros con delegados sindicales de fábricas y astilleros y participaron en diversas asambleas. No faltaron tampoco a la Manifestación Nacional de Cosenza, reclamando la libertad de los militantes italianos perseguidos por el gobierno fascista de Berlusconi. Mucho menos podían perderse la alegría de abrazar a los compañeros en la puerta de la cárcel de Trani cuando fueron liberados.
Fueron también escuchados por los obreros de la Fiat en Termini Imeresse, una de las sedes que amenazan cerrar. Fue un encuentro emocionante donde se intercambiaron experiencias de lucha. Recibieron de regalo las camisas del uniforme de la Fiat y al ponérselas aceptaron la responsabilidad de llevar la lucha italiana a la Argentina. "Vinimos buscando solidaridad y ahora ha cambiado el eje de nuestro viaje: libertad a los compañeros italianos, solidaridad con los obreros de la Fiat".
"La clase obrera no entiende fronteras, las fronteras las pusieron los patrones para dividirnos- gritaron- pero nosotros no la aceptamos. El enemigo es único y para combatirlo somos todos hermanos". Era hablar de internacionalismo, de protagonismo del proletariado ocupado y desocupado y de su capacidad de coordinar luchas con todos los sectores que hoy están en la calle. Han repetido cientos de veces que no creen en la crisis, y que si la crisis existe, quienes la deben pagar son aquellos que la generaron: los patrones y sus gobiernos.
Han explicado con la claridad de quienes saben que están en lo justo, que no aceptar la "reestructuración" significa no aceptar despidos masivos, que tomar poseso de lo propio, de una fábrica construida con el esfuerzo de los trabajadores y con el dinero del pueblo (como todas las fábricas del mundo) es defender el derecho a un trabajo y a una vida digna.
Pocas consignas, pero claras: ocupar fábricas sin pagar indemnización, ponerlas a funcionar bajo control obrero y al servicio del pueblo.
Todo esto en una Italia conflictiva, donde la multitud, el movimiento de los movimientos o como quiera llamarse busca la hegemonía del conflicto, cancelando las históricas luchas del proletariado y su protagonismo.
En una Italia donde miles de obreros empiezan a sentir la precarización del trabajo y la exclusión, con la Justicia manoseada por el gobierno, con leyes racistas apenas escritas y donde hace unos días, mientras se persigue a los que se oponen a este régimen, se ha pedido la archivación para el caso del carabiniere que ha matado a Carlo Giuliani en Génova. Con esto último, no sólo se confunde sobre el concepto de legítima defensa, sino que se ha legitimizado la impunidad a las fuerzas del orden a las cuales se les dá garantías para que asuman con "coraje" la defensa del sistema imperante manteniendo los privilegios de una minoría.
Los obreros de Zanon han llegado al primer mundo en busca de solidaridad y trayendo su ejemplo de lucha. Regresan a su país con el compromiso de denunciar la persecusión de los compañeros italianos y de sostener la resistencia de la clase obrera italiana.
A quienes ya tenemos una cierta edad, ver jóvenes como Natalio y Mariano y saber que en algún lugar del mundo hay obreros que con convicción y firmeza llevan adelante una lucha como la que nos narraron, nos dá la seguridad que NO PASARAN.
Gracias.

Elsa Ferrazzano- Eduardo Heluani
Italia- dic- 2002-