El juicio a los genocidas de Bahía Blanca del V Cuerpo, causa Ejército, está en el tramo final de alegatos, con posible sentencia antes de la feria judicial. Es probable que dicten perpetua a la plana mayor y que los imputados sigan encarcelados, pero es necesaria la unidad en las calles por la cárcel a todos los genocidas; que las centrales obreras y sindicatos, como CTA y SUTEBA, convoquen al paro y movilización el día de la sentencia.

No basta con 17

Desde el V Cuerpo y la Base Puerto Belgrano dirigían los Centros Clandestinos de Detención en la región, siendo La Escuelita el más conocido. El circuito de impunidad tenía un radio de influencia que llegaba hasta Río Negro e implicaba comandos, grupos operacionales, inteligencia, torturadores, con logística propia. Entre Puerto Belgrano y el V Cuerpo se organizaron más de un centenar de genocidas, sin contar los colaboradores civiles ni el aparato represivo “legal”.

Cuando enfrentamos un juicio con 19 imputados (uno ya muerto y otro prófugo) encontramos que está fragmentado, no se unificaron circuitos y sólo un puñado de emblemáticos son juzgados. En Bahía hubo 40 desaparecidos-asesinados por la Triple A, y más de 100 por la dictadura. ¿Es que sólo este puñado de imputados y otros tantos más por la causa Armada pudieron hacer semejante genocidio?

Un juicio teñido de impunidad para los fachos y sus amigos

Antes del juicio se escapaba el “Laucha” Corres de la Federal: lo dejaron escapar. El primer juez de la causa, Velázquez, fue “encontrado” públicamente en un café con uno de los imputados y un abogado de la defensoría, De Mira, quien fuera abogado de Acdel Vilas. Una muestra de la impunidad con la que viven hasta hoy. Antes de que cambian el tribunal, Velázquez excarceló a 36 imputados, entre los que estaba el fugado Corres, y el genocida García Moreno aprovechó para no volver a presentarse.

Mientras los fachos mostraban sus recursos “legales”, los K no podían sostener más su falso discurso progre: en TV aparecía su intendente Breitenstein (hoy ministro de Scioli) defendiendo al genocida Massot, dueño del diario La Nueva Provincia y asesino de dos delegados gráficos en 1976. Hoy, los K sostienen a este grupo empresario con millones en publicidad oficial. Perlitas hay a montones, como el premio que le dio el intendente al obispo de Bahía (ya muerto) Mayer, quien fue denunciado por las Madres por colaborar con la dictadura. O las fotitos con reconocidos matones de la triple A, como Forchelli, quien es, además, el 2° en el sindicato Empleados de Comercio. Ni hablar de la ex secretaria del Instituto Cultural, Corinaldesi, de los jueces Germani y Montezanti, de los docentes de la UNS como Girotti: reconocidos fachos y miembros de la Inteligencia en la dictadura algunos de ellos, que siguen libres y ejerciendo.

Cárcel a todos los genocidas, por todos los compañeros

Es más lo que se sale del plato que los imputados que entran en este juicio. Los K demostraron más interés en poner a genocidas al mando de “instituciones”, como el Almirante Godoy al mando de la Armada; y ahora su apuesta en la CGT es meter cuña contra Moyano con fachos como Martínez, de la UOCRA.

Desde el PTS no descartamos que, como pasó con López, con Suppo, con la fuga de Corres o las excarcelaciones, los fachos intenten otro “golpe de efecto” legal o ilegal. Hay que estar alertas y organizados, buscando la más amplia unidad en las calles, con movilizaciones y paros frente a la sentencia; pero con plena independencia de esta justicia, el gobierno y la oposición. No confiamos ni nos reconciliamos con este aparato represivo, que sigue intacto. Cárcel a todos los genocidas, militares, curas, empresarios y civiles.