El PTS centra su campaña llevando a los centros económicos de la provincia, al Ingenio La Esperanza, Ledesma, Aceros Zapla; dependencias estatales y centros de estudio (terciarios y facultades) la idea de que los trabajadores deben conquistar su independencia política de los partidos patronales (PJ-UCR) y de toda variante “opositora” burguesa, para construir su propia organización: un gran Partido de Trabajadores.
Ante los últimos conflictos, el Ministro de Fellner, Rioja, dijo que no habría aumentos “menos aún cuando hay medidas de fuerza” (Pregón, 1/10). Está claro que mientras los municipales de San Salvador luchan por el pase a planta y los universitarios y trabajadores de la salud reclaman aumentos, el gobierno provincial y sus aliados cuidan las finanzas del gobierno de Kirchner, quien usa el superávit de las exportaciones para pagar la deuda externa.
En una entrevista me preguntaron si no “faltaban debates” entre los candidatos y contesté que lo que hacía falta, más que eso, es el debate entre los propios trabajadores sobre los problemas que tenemos, como la loza que es la burocracia enquistada en los sindicatos, que impiden toda lucha.
El PTS llama a que los trabajadores pongamos en pie nuestra propia herramienta política: Jujuy dio sobradas muestras de lucha, desde los piquetes del ’97, pasando por la toma del Ingenio La Esperanza, la de los trabajadores de la construcción y los parazos de Zapla, hasta las luchas recientes. Allí, en cada activista obrero, están las bases para comenzar a poner en pie un gran Partido de Trabajadores. Una organización que discuta y se organice para comenzar a actuar en nuestra provincia, la que tristemente ha subido en el ‘ranking’ del 3° al 2° puesto entre las más pobres del país: que una a ocupados y desocupados para repartir las horas de trabajo, sin reducir el salario; que una a efectivos y trabajadores “en negro”; que luche por un salario igual a la canasta familiar, indexado según inflación; y por la reestatización de las empresas privatizadas bajo control obrero.