Quiero comenzar pidiendo un aplauso por el triunfo de los petroleros de Chubut que con dos semanas de huelga y un enorme apoyo popular, le arrancaron a las multinacionales el aumento salarial y abrieron la lucha en todo el gremio de los trabajadores del gas y petróleo. Y también ha empezado a moverse un gigante de la industria: 5.000 obreros que desde hace casi un mes en la Siderar de Techint vienen peleando por salario. Tomé estos dos ejemplos porque está claro que en estas elecciones el gobierno va a obtener millones de votos y la izquierda relativamente pocos. Pero fíjense que los ejemplos de los petroleros y los metalúrgicos muestran que los trabajadores, que votan al peronismo, se enfrentan a las principales grupos económicos que apoyan el plan de este gobierno: Techint y la Repsol.
En el país comenzó algo nuevo. Y no es precisamente “la nueva política kirchnerista”, del reparto de electrodomésticos, más vieja que la injusticia. Lo nuevo es lo que pasa por abajo en la clase trabajadora. Y ahí la vieja burocracia sindical peronista es odiada, y nosotros, la izquierda clasista, empezamos a ser parte de lo nuevo.
De esta recomposición de la clase obrera quiero señalar dos aspectos: el primero, que esta recomposición es internacional. Así lo muestran las movilizaciones y huelgas en Francia, las enormes huelgas de las automotrices y bancarios en Brasil. Y ahora mismo, en Bolivia, los aeronáuticos del Aeropuerto de La Paz luchan por organizar un nuevo sindicato en la misma región que se levantó hace poco echando a Mesa.
El segundo aspecto es que este proceso abarca a casi toda la clase trabajadora. Ayer fueron los trabajadores de servicios como subte y telefónicos, hoy son también los obreros de la industria. Hasta hace poco fueron los compañeros desocupados que bloqueaban y tomaban las destilerías en el sur, y hoy son también los obreros petroleros.
Y no sólo luchan los trabajadores sindicalizados, sino que los jóvenes comienzan a rebelarse, la nueva clase trabajadora sin tradición peronista ni experiencia sindical. De esa juventud trabajadora comienzan a surgir “desde abajo” nuevos dirigentes y activistas que se organizan y derrotan a la burocracia. En la ex Jabón Federal, una fábrica de 400 compañeros, la mayoría jóvenes, como hay miles en el país donde se superexplota a la juventud, no tenían delegados, la patronal hacía lo que quería con la ayuda del sindicato. Ahí se organizaron para elegir delegados. Y sufrieron despidos. Y fueron al paro, sin el apoyo del gremio, hasta reincorporarlos. Obligaron al sindicato a convocar a elecciones y derrotaron a la burocracia eligiendo a tres delegados de base. Pero no fue una elección más: para impedir el fraude pararon y ocuparon la planta y garantizaron un gran triunfo obrero. Ser parte de estas nuevas experiencias es la gran tarea para la izquierda revolucionaria. (...)

Crear nuestra propia herramienta política

Tenemos que discutir cómo elevamos las luchas al terreno político para que los trabajadores demos una salida para el conjunto de la nación. Si vamos a seguir con los viejos sindicatos con burócratas corruptos, o si vamos a poner en pie, desde abajo para arriba un nuevo movimiento obrero con independencia de clase y revolucionario. Porque aunque los partidos patronales saquen muchos votos, no tienen nada que ver con las necesidades de los trabajadores. Ya ni en los discurso de los candidatos del PJ, del ARI, de la UCR se escuchan promesas como el salariazo de Menem. Ni demagogia hacen. (...)
Hay una crisis en el aparato del PJ bonaerense que los trabajadores debemos aprovechar para crear nuestra propia herramienta política y avanzar en la organización no sólo para luchar en el terreno reivindicativo y sindical sino también en el terreno político. Y esta también es una necesidad internacional. En Brasil, a la izquierda del PT de Lula se necesita un verdadero partido de trabajadores, esta vez no en manos de una dirección conciliadora, corrupta y entregada al FMI, o nuevas variantes centroizquierdistas, sino en manos de una dirección revolucionaria.
En Argentina luchamos para que los nuevos sectores combativos utilicen todo el prestigio ganado en las luchas y den un paso al frente llamando a los trabajadores a romper con los viejos partidos de los capitalistas. Por eso, el frente MAS-PTS tiene como una de sus banderas centrales la lucha por la independencia de clase de los trabajadores.Y así lo expresan nuestras listas, repletas de luchadores. (...)
El PTS quiere expresar con esto el camino de la construcción de una izquierda inserta en la clase obrera que luche por el gobierno de los trabajadores. Para esta pelea estratégica invitamos a todos los compañeros y compañeras presentes en este acto a dar una pelea política en estas elecciones. Kirchner dijo que él está en campaña todo el año. Nosotros luchamos y organizamos a los trabajadores todo el año, denunciando las mentiras de los capitalistas, y en las elecciones difundimos nuestra lucha. Los invitamos a trabajar juntos esta última semana, pelear el voto conciente contra los partidos de los explotadores, por una alternativa de los trabajadores revolucionaria y socialista (...)