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“El marxismo revolucionario como alternativa para el siglo XXI”

Intervención de Christian Castillo (extractos)

2 de septiembre 2004

 Para atacar al marxismo las ideologías dominantes construyen una doble operación ideológica. La primera es presentar al marxismo en forma caricaturizada, poniendo como modelo el marxismo oficial del stalinismo (…) Transformaron así una teoría desarrollada para la revolución obrera que buscaba criticarse a sí misma, en una serie de dogmas que cumplían la función de cobertura ideológica de la política de coexistencia que la burocracia stalisnista, que copó y dominó el primer Estado revolucionario surgido en el siglo XX, practicaba con el imperialismo y que tomó muchos de los elementos del pensamiento burgués dominante: nacionalismo, economicismo, estadolatría, culto al trabajo y la producción, confianza ciega en los aparatos y el progreso técnico, desprecio absoluto por la autoorganización de las masas y todo movimiento espontáneo de las masas.
Es ésta la versión que en general, desde los teóricos autonomistas hasta los teóricos reformistas más tradicionales, toman cuando dicen que el marxismo ha sido superado (…) Para todos ellos es evidente que Trotsky les es alguien incómodo porque no es fácil de tachar de dogmático (...)
La segunda operación teórica consiste en tratar de demostrar que hubo ciertos cambios en las condiciones generales del capitalismo que volvieron imposible la estrategia de la revolución proletaria. La globalización, la nueva revolución tecnológica, el fin del trabajo, la aparición de nuevos movimientos sociales, conformarían de conjunto un cuadro de situación en el cual el marxismo habría quedado desactualizado y sin sustento (…)
Las derrotas sufridas por la clase obrera a nivel mundial – en el marco de lo que hemos conocido como "ofensiva neoliberal"- favorecieron la difusión de tal punto de vista. Se valieron también del supuesto fracaso incontrastable del socialismo que habría significado la caída de la Unión Soviética y de los regímenes stalinistas en Europa del Este, así como del avance de las reformas pro capitalistas en China.

El capitalismo es incapaz de llevar sus tendencias hasta el fin

Contrastemos estas ideas con algunos puntos metodológicos de Trotsky que señalaba en 1939 a algunos periodistas de The New York Time: (…) "El capitalismo ha sido incapaz de desarrollar una sola de sus tendencias hasta el fin. Así como la concentración de la riqueza no suprime a la clase media, así tampoco el monopolio suprime a la competencia, sólo la ahoga y la contiene. (...)
Consideremos ahora esta afirmación para tomar dos puntos que plantea, entre otros autores, Toni Negri. El primero que dice que la globalización ha implicado la superación de la existencia de los Estados Nacionales. El segundo, que estamos asistiendo a la superación de la clase obrera (…
Estas afirmaciones se apoyan en un mismo error metodológico que sostiene que el capitalismo puede llevar algunas de sus tendencias hasta el fin.
Efectivamente, la monumental internacionalización de las fuerzas productivas supera, se choca o rebasa la estructura de los Estados Nacionales. Pero este fenómeno no es algo sorprendente para los que nos reivindicamos de la herencia del marxismo revolucionario y seguimos a Trotsky que ya en 1929 decía que: "El marxismo parte del concepto de la economía mundial, no como una amalgama de partículas nacionales sino como una potente realidad con vida propia, creada por la división nacional del trabajo y el marcado mundial, que impera en los tiempos que corremos, sobre los mercados nacionales. Las fuerzas productivas de la sociedad capitalista, rebasan desde hace mucho tiempo las fronteras nacionales –y discute contra Stalin-; proponerse por fin la edificación de una sociedad socialista nacional y cerrada equivaldría, a pesar de todos los éxitos temporales, a retrotaer las fuerzas productivas deteniendo incluso, la marcha del capitalismo. (...) Los rasgos específicos de la economía nacional, por grandes que sean, forman parte integrante y en proporción cada vez mayor de una realidad superior que se llama economía mundial, en la cual tiene su fundamento en última instancia el internacionalismo de los Partidos Comunistas." (…)
Negri y Hardt sustuvieron que la tendencia –producto de esta internacionalización de las fuerzas productivas- ha sido a construir un tipo de esquema de regulación de la sociedad mundial –que denominan Imperio- en donde habrían desaparecido los conflictos entre naciones opresoras y oprimidas y también se habrían desterrado de la perspectiva del siglo XXI la posibilidad de nuevas guerras entre potencias imperialistas (…)
Este libro fue escrito cuando estaba Clinton en el gobierno, que cubría todas sus intervenciones imperialistas bajo la votación de la ONU, la OTAN, y bajo la idea de que se iba construyendo un derecho internacional que superaba las naciones. Visto desde hoy, uno puede entender que Negri creyó la retórica de Clinton y la transformó en una idea de que una nueva era había llegado (…)
Con la política de los neo conservadores y con la guerra de Irak, el gran best seller político hecho desde la visión "renovadora" del comunismo, no pasó el examen (…)

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Lo mismo ocurre con lo que plantean sobre la desaparición de la clase obrera (…) Efectivamente, hay un aumento del reemplazo del trabajo vivo, de la fuerza de trabajo, de trabajadores, por trabajo muerto; hay una mayor utilización directa por parte del capital, de los conocimientos científicos; hay sectores de la fuerza de trabajo que se han intelectualizado y a los que el capital recurre para aumentar su tasa de beneficio; la fuerza de trabajo se ha precarizado de una manera impresionante y hay desempleo de masas (…)
Algunos autores sostienen que los trabajadores asalariados ocupados en la actualidad, descontando los gerentes, llegan a 700 millones en el mundo. Otro autor señala que el total de la clase obrera es considerablemente mayor, incluye a los que dependen del ingreso que proviene del trabajo asalariado, que llega a estar entre 1.500 y 2.000 millones sobre cerca de 6.000 millones de habitantes que tiene el planeta (…)
¿Cómo puede sostenerse que la clase obrera ya no tiene el peso social de los tiempos de Marx? Cuando uno ve estos razonamientos se da cuenta de que lo que hacen es una amalgama teórica, es contar sólo como trabajadores a los trabajadores formales y a los precarizados sacarlos de escena (…) consiste en presentar una clase que no tiene fuerza para resistir; desmoralizar al trabajador que quiere pelear; decirle "no defienda su puesto de trabajo, total usted se está extinguiendo"; es no mostrarle que ese trabajador flexibilizado cuenta con aliados en todo el planeta y que ese ejército de trabajadores si logra ponerse en marcha es absolutamente imparable.

La dificultad de constituir a la clase obrera en unidad revolucionaria


Ahora bien, el proletariado no es todo igual (…) Trotsky dice: "el proletariado encarna una unidad social poderosa que en un periodo de lucha revolucionaria aguda se despliega de un modo pleno para conseguir los objetivos de la clase en su totalidad. Pero en el interior de esta unidad hay una diversidad extraordinaria, diría incluso que una disparidad nada despreciable. Entre el pastor ignorante y analfabeto y el mecánico especializado hay un gran número de niveles de culturas y de calificaciones y de adaptación a la vida diaria; cada capa, cada gremio, cada grupo está compuesto en última instancia de seres vivos de edad y temperamento distinto, cada uno de los cuales posee un pasado diferente. Si tal diversidad no existiera, el trabajo del Partido Comunista –se está refiriendo a cuando gobernaba la Unión Soviética antes de la stalinización- para la unificación y educación del proletariado sería muy sencillo, sin embargo ¡Qué difícil es esa tarea como vemos en Europa Occidental! Podría decirse que cuanto más rica es la historia de un país, y por tanto la historia de su clase obrera, cuanto más educación, tradición y capacidad adquiere, más antiguos grupos contiene y más difícil es constituirla en unidad revolucionaria. Nuestro proletariado –se refiera al ruso- es muy pobre tanto en historia como en tradición, esto es lo que ha hecho más fácil su preparación revolucionaria para la conmoción de octubre, es también lo que a dificultado su trabajo de educación tras octubre(…). A lo largo de un largo periodo, el obrero europeo ha ido adquiriendo estas facultades en el marco del orden burgués, por eso, a través de sus capas superiores, se halla estrechamente ligado al régimen burgués, a su democracia, a la prensa capitalista y demás ventajas. Nuestra atrasada burguesía por el contrario, no tenía apenas nada que ofrecer en ese sentido; por este mismo motivo, la mayor parte de nuestro proletariado se vio obligado a conseguirlo hoy y a reunir las capacidades culturales elementales solamente hoy. Es decir, sobre la base del estado obrero ya socialista. (…) La rebaja que nos otorga en un campo, en el de la política, es decir en la facilidad para haber logrado su unidad revolucionaria, se lo cobra en otro, en el de la cultura, en el del momento de la edificación socialista (…)"
Si tenemos esta visión, podemos comprender los complejos fenómenos que vivimos para que esa fuerza monumental de 700 millones logre su unidad.
Tenemos una clase que ha hecho una enorme experiencia, que se ha vuelto más culta, pero también donde priman enormes elementos conservadores; que se ha ampliado en peso social (…). A la vez vemos también sectores cooptados que hacen de acolchonamiento sobre la idea de la revolución; sectores altos de la clase trabajadora que meten una conciencia de reforma del capital y que en última instancia dan base a la idea del posibilismo (…)
Hemos escuchado a otros compañeros marxistas de nuestro país sostener que por sí mismos los trabajadores desocupados constituían una fuerza social capaz de liderar al conjunto de la sociedad y menospreciar el hecho de cualidad de que los trabajadores ocupados no fueron parte, con sus métodos y sus organizaciones, del gran movimiento social que protagonizó las jornadas del año 2001 (…) 

El posibilismo de Negri

Los autonomistas plantean que la sociedad ha avanzado en forma tal que ya no hace falta hacer ninguna revolución y que no es necesario que haya un periodo de transición al socialismo. Pero la sociedad socialista no deviene automáticamente después de la conquista del poder, sino que es necesario un periodo de transición en el cual la clase obrera planifica la economía, va progresivamente eliminando las desigualdades, hasta poder avanzar hacia la sociedad sin clases.
Negri sostiene que el capitalismo ha madurado a tal punto que ya no es más necesaria la transición, que la cooperación productiva nos permite construir el comunismo en cada momento y en cada acción (…)
Pero cuando tiene que hablar de política, dice de los gobiernos latinoamericanos: "Mi juicio sobre la política del gobierno de Lula es absolutamente positivo; es evidente que los problemas de Brasil y más generalmente los de América Latina son enormes y que en algunos meses no se podrán resolver. Pero es también evidente que la única manera de resolverlos es buscar una solución global". Pero la solución global que busca Lula es seguir pagando la deuda externa. "En estos países –nos dice Negri- la revolución no es posible; sería completamente estúpido imaginarse un futuro revolucionario para países como Brasil y Argentina" (...) "Comprender la decisión del gobierno argentino de no pagar la deuda". Que yo sepa la está pagando; se referirá a Rodríguez Saa cuando hizo el default. Negri admirador de Rodríguez Saa ¡Que paradoja! "Comprender que esto no habría sido posible sin el apoyo del gobierno brasileño. Comprender que para bloquear Cancún, es decir, un proyecto imperial violento e injusto, había que obtener la alianza de la India y China –un poder como se sabe "autonomista" el de la burocracia china - y es a través de Lula que esto fue posible". Puro posibilismo (…)
Frente a la falsa opción "democracia liberal o totalitarismo", el "poder constituyente" de la clase obrera: consejos y partido revolucionaria
Varias corrientes tienen a una autora como matriz teórica, a quien han "actualizado". Elisa Carrió, acaba de crear un instituto con su nombre (...) Hanna Arendt fue quizá la filósofa liberal más importante que hubo en el siglo XX (…) sostiene en "Crisis de la República" que: "Desde las revoluciones del siglo XVIII, todo gran levantamiento ha desarrollado los rudimentos de una forma de gobierno enteramente nueva, que surgió independiente de todas las anteriores teorías revolucionarias, directamente del curso de la nueva revolución, es decir de las experiencias de la acción y de la resultante voluntad de los ejecutantes, para participar en el desarrollo posterior de los asuntos públicos. Esa forma de gobierno no es la Constitución, es el sistema de Consejos". Los ejemplos donde dice que se crean "espacios de libertad" son: los Consejos de la Revolución Rusa de 1917, los Consejos Obreros de la Revolución Alemana de 1919, los Consejos Obreros de la Revolución Húngara de 1956 y las tendencias a la formación de Consejos Obreros en las revoluciones post 1968 (…)
Ahora bien (...) Arendt sostiene, que el problema de las grandes revoluciones desde la revolución francesa y el gran problema de Marx, es que quisieron hacer primar la liberación por sobre la libertad. ¿A qué llamaba "liberación"? A buscar conquistas económicas, a construir y organizar la economía para que las masas explotadas pasaran de la necesidad a tener lo necesario para vivir. ¿A qué llamaba "libertad"? Al ejercicio pleno de la actividad política (…)
Si ustedes leen los teóricos actuales, todos siguen la lógica de Arendt (...) "la clave es la libertad política" (...) Ernesto Laclau y legiones de académicos e intelectuales sostienen que el límite de la democracia liberal es imposible de superar (...)
Aquí también hay una operación teórica que es presentar que no hay más que dos y solo dos alternativas: democracia liberal con algún aditamento -participativa, plural, radicalizada- o totalitarismo.
Esta idea se apoya en que el stalinismo, copando la Unión Soviética y las revoluciones de post guerra, transformó en modelo el partido único, el despotismo burocrático, la falta de intervención de las masas en la vida nacional, la jerarquía burocrática, permitiendo que el imperialismo haga propaganda contra toda idea revolucionaria en el proletariado de Europa occidental (…)
Pero también oculta que dentro del marxismo revolucionario hubo un combate furibundo a transformar esto en un dogma. Que el proletariado, en la lucha por su liberación, no sólo construyó enormes sindicatos, partidos de masas y enormes partidos revolucionarios que conquistaron el poder y que puso en pie cuatro Internacionales, sino que creó organismos con los cuales mostrar una nueva forma de democracia, un modelo de transición donde la democracia burguesa quedase completamente opacada. Hanna Arendt, que en eso es honesta, tiene que reconocerlo. Esos organismos fueron los soviets o consejos obreros.
Trotsky, en 1905, reflexionaba sobre la primera vez que los soviets aparecieron en la historia y siguieron el camino de la Comuna de París: "(...) Si los proletarios por su parte y la prensa reaccionaria por la suya dieron el título de Gobierno Proletario al soviet fue porque de hecho esta organización, no era otra cosa que el embrión de un gobierno revolucionario. Al ser el punto de concentración de todas las fuerzas revolucionarias del país, el soviet no se disolvía en la democracia revolucionaria. Era y continuaba siendo, la expresión organizada de la voluntad de clase del proletariado." (…)
Trotsky y Lenin en 1905 pensaron muy distinto sobre cómo iba a ser lo que podríamos llamar el "poder constituyente" de la clase obrera (…)
Lenin veía la importancia de la organización revolucionaria. Trotsky también, pero opinaba que el proceso de masas iba a construirla y que su fuerza iba a ser imparable para barrer a la burocracia. Los dos aprendieron de 1905 y los años posteriores. Lenin decía: "¿Soviet o partido? Qué falsa alternativa. Soviet y partido". Trotsky, en 1917 se hace en este aspecto indistinguible de Lenin quien lo reconoce y dice: "Una vez que estuvo con nosotros, no hubo mejor bolchevique que Trotsky" (…)
Esta dialéctica entre formas embrionarias del nuevo poder y organización revolucionaria es parte de un acervo teórico de la clase obrera que hoy tenemos que poner en el centro (…) porque lamentablemente muchos que decían seguir a Trotsky, después de la Segunda Guerra Mundial, la olvidaron (…)
Nuestro proyecto no es, desde luego, cambiar un déspota por otro (…) Y la clase obrera dio organismos que pueden avanzar en terminar con todo esto; que muestran que una vez en el poder, puede ser más democrática que lo máximo que haya podido ser la burguesía (…) Nosotros nos oponemos a esa antinomia que dice que no hay otra cosa que democracia liberal o totalitarismo stalinista. No queremos hacer la revolución para que surja la burocracia sino para que sea un paso para la emancipación del conjunto de la humanidad (…)

Dictadura del proletariado y pluripartidismo soviético

Voy a tomar a un compañero de la Liga Comunista Revolucionaria de Francia, que se llama Antoine Artous. Una corriente política que no sólo ha abandonado el término de la dictadura del proletariado sino que han puesto un ministro al gobierno capitalista de Lula y llamaron a votar a Chirac en Francia en el 2002, que es como votar a López Murphy contra Patti (…)
Tenemos que discutir con este compañero ya que gran parte de la izquierda local no le da importancia a los problemas teóricos (…)
Artous dice: "Trotsky siempre ha peleado por el pluripartidismo soviético" en contra del partido único. Es decir, que en los soviets haya pluralidad de partidos que quiera votar la clase trabajadora (...) También Perry Anderson dice que toda la discusión de Gramsci alrededor de la Guerra de Posición va a la par de un refuerzo de la visión autoritaria y de partido único y que en Trotsky, la reflexión sobre el Frente Único va ligada a la conclusión de que el pluripartidismo soviético es una norma por la cual luchar (…)
Esa convicción se apoya en el hecho de que las clases sociales son heterogéneas y están desgarradas por antagonismos interiores y que sólo puede llegar a sus fines comunes por la lucha de tendencias de los grupos y de los partidos (…)
Se puede conceder –dice Trotsky- con algunas reservas, que un partido es una fracción de clase, pero como una clase está compuesta de numerosas fracciones, unas miran hacia delante y otras miran hacia atrás, una misma clase puede formar varios partidos. No se encontrará en toda la historia política un sólo partido representante de una clase única a menos de que se concienta en tomar por la realidad una ficción policíaca" y termina diciendo de Stalin, que su razonamiento no establece que no puede haber partidos diferentes en la Unión Soviética, sino que no puede haber partidos, pues en donde no hay clases sociales la política no tiene nada que hacer (…)
Para nosotros es una obligación luchar por la libertad de tendencias en todos los organismos del movimiento obrero (…)

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Los autonomistas nos dicen que no es necesario construir una organización política que exprese y represente a lo más avanzado de la clase obrera en la lucha por su liberación. Se basan en la visión de que ya no hay Estado, pero como demostramos, hay Estado. Entonces si hay Estado, necesitamos un instrumento político para luchar por el poder del Estado (…)
Los Consejos son fundamentales y por lo cual todo revolucionario tiene que luchar (…) Junto con eso, si no hay un partido revolucionario que luche en los momentos claves, esos organismos son copados y las corrientes oportunistas, las fracciones que miran hacia atrás, y no hacia delante, revientan los procesos (…) como hemos visto en tantas revoluciones donde hubo soviets pero no hubo partido revolucionario (...).
Poner en pie una organización revolucionaria en los distintos países y a nivel internacional que plantee esta perspectiva no es algo para mañana, para cuando nuevamente vuelva la movilización sino que es algo para empezar a hacer hoy (…)
A 64 años del asesinato de León Trotsky, plantear la perspectiva de la IV Internacional, saliendo de todo posibilismo, planteando efectivamente que al dominio de los monopolios capitalistas es posible oponerle la perspectiva de la economía mundial planificada y organizar los recursos de la ciencia y de la técnica al servicio de las necesidades sociales, de que podemos avanzar en construir una sociedad superior y que esa es nuestra bandera de combate, es el mejor homenaje que podemos hacerle en esta noche.

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