Insurgencia Obrera en la Argentina 1969-1976. Clasismo, Coordinadoras interfabriles y estrategias de la izquierda, es un aporte fundamental a la comprensión del último período revolucionario que vivió la clase trabajadora en nuestro país.
El libro intenta abarcar la profunda experiencia de lucha de clases, organización obrera y debates políticos-estratégicos de los ‘70. Ya el título es toda una definición política contra las visiones que interpretan nuestra historia reciente negando el protagonismo de la clase obrera en aquellos años.
El libro se propone aportar al despliegue de una historia obrera y socialista de los ’70, cuando la pasión militante y la radicalización política de la vanguardia obrera y la juventud, fueron una amenaza para la dominación de la burguesía y el imperialismo en nuestro país. Rescatar del olvido al clasismo cordobés, las experiencias de control obrero, las huelgas salvajes contra el Pacto Social, las comisiones internas recuperadas de manos de las direcciones sindicales tradicionales, la huelga general política que jaqueó a Isabel Perón y expulsó del gobierno a López Rega, el movimiento de las Coordinadoras Interfabriles que dio forma embrionaria a un doble poder.
El trabajo ofrece dos importantes novedades.
Por un lado, un estudio sobre la huelga general de junio y julio de 1975 y una minuciosa investigación de las coordinadoras interfabriles del Gran Buenos Aires y Capital Federal, rescatando las características democráticas, clasistas y combatientes de las comisiones internas y cuerpos de delegados, núcleos centrales de este proceso de insubordinación de amplios sectores de la clase trabajadora. Fenómeno que fue condenado por la prensa y los políticos de la patronal como el inicio de la "sovietización" en Argentina o como la "guerrilla fabril".
Por el otro, una crítica político-estratégica a las corrientes que se plantearon dirigir el proceso social y político revolucionario. La orientación de los Montoneros (hegemónicos en aquella vanguardia obrera y popular) y del PRT-ERP (la organización armada más importante de la izquierda socialista) son sometidas a crítica oponiendo al frentepopulismo y al guerrillerismo inherente a su concepción una estrategia marxista revolucionaria de la lucha de clases. También se polemiza con las principales ideas-fuerza del revolucionario Ernesto "Che" Guevara, sobre todo en lo referente a la guerra revolucionaria, base ideológica de gran parte de las organizaciones guerrilleras.
Pero además, el libro ofrece una delimitación teórica y política de las corrientes trotskistas que se plantearon el desafío de organizar a la clase obrera y construir un partido clasista y revolucionario. Centrándose especialmente en el Partido Socialista de los Trabajadores dirigido por Nahuel Moreno y en menor medida en Política Obrera, antecesor del actual PO, lo escrito apunta a desnudar que aunque presentándose como alternativa a las concepciones guerrilleras la política de estas organizaciones, no estuvo a la altura de sostener una estrategia revolucionaria para llegar a la victoria.
La investigación, las conclusiones sobre el proceso y las luchas políticas en los ‘70 tienen el objetivo de abrir a la comprensión de su historia a las nuevas generaciones de militantes que luchan por la revolución socialista.
La valoración de esta experiencia, no puede dejar de ser una tarea militante. Los autores, Ruth Werner y Facundo Aguirre, y los autores de los anexos sobre la Triple A y el clasismo cordobés, Andrea Robles, Mónica Torraz y Walter Moretti, son activos militantes trotskistas y miembros del Partido de los Trabajadores Socialistas. La óptica del trabajo no es neutral. Pretende ser polémico y contribuir a reabrir el debate estratégico sobre los ’70. Interesará, suponemos, a quienes busquen orientar su pensamiento y su acción en un sentido de continuidad de los objetivos emancipatorios, que hicieron de aquel tiempo una época revolucionaria, a quienes intenten hallar las lecciones del pasado para recomponer la fuerza de ese sujeto revolucionario que intervino entonces y que contra lo que sostuvieron muchos, sigue conservando la capacidad de impugnar históricamente el sistema capitalista: la clase obrera.