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Internacionales

Informe de la huelga general en Italia

5 de noviembre 2003


En las principales ciudades, al costado de la marcha «oficial» los sindicatos independientes encabezaron manifestaciones paralelas. La más importante fue la de Roma con 30 mil, sobre todo maestros y trabajadores precarios, en las que se protestó, además, contra la reforma de las jubilaciones que ya hizo la centroizquierda cuando gobernaba a fines de los ‘90. Grandes columnas de estudiantes y los centros sociales marcharon junto a los sindicatos autónomos. Volvieron a aparecer los slogans contra la guerra imperialista. Los inmigrantes, hoy en el centro de la escena, aparecieron fuertemente. Pese a que la "justicia" hizo una redada de presuntos militantes de las Brigadas Rojas el mismo día de la huelga (siempre en Italia se utiliza el argumento del "terrorismo" para deslegitimar las luchas obreras) no pudieron obviar la resistencia de masas a las medidas antiobrera de Berlusconi y compañía.
Esta huelga reabre un período de movilizaciones en Italia encabezado por la clase obrera. Desde la mitad del 2001 hasta las manifestaciones contra la guerra en Irak, Italia había pasado por un período de agitación política y de manifestaciones comunes de obreros y jóvenes contra las reformas antiobreras de Berlusconi y contra las guerras imperialistas. Estas movilizaron a millones de personas poniendo a la península a la vanguardia en Europa en lo que se refiere a las luchas sociales1. La derogación del Artículo 18 (que impide el despido fácil en empresas con más de 15 empleados) no pudo ser aplicada por la resistencia de masas, y esto representa un cambio en la relación de fuerzas. Este período había puesto en crisis no solo al gobierno de Berlusconi, sino también a la "oposición" de centroizquierda. En julio Refundación Comunista impulsó un referéndum sobre la extensión del Artículo 18 a las empresas de menos de 15 empleados, que no obtuvo el quórum requerido del 50% de asistencia de los inscriptos a votar, pero igualmente logró 11 millones de votos favorables. Este intento de llevar las enormes luchas en Italia al terreno electoral provocó una cierta desmoralización en la vanguardia, e impulsó a RC a acercarse al Olivo, reforzando a la centroizquierda. Sin embargo la clase obrera no solo no recibió ninguna derrota en el período berlusconiano, sino que mostró un gran poder de movilización y acercamiento a los jóvenes "antiglobal", reforzando los sindicatos alternativos.

La centroizquierda y los sindicatos

La oposición de centroizquierda (el Olivo) pese a no haber adherido a la huelga aprovechó la ocasión para hacerse visible. Aún así no logra capitalizar el descontento creciente. En una encuesta sobre la huelga que hace el Corriere della Sera del 27 de octubre se lee que la población "Ve siempre más los sindicatos – y no los partidos- como punto de referencia para la defensa de sus intereses y derechos. Es un fenómeno estimulado en la creciente desilusión con los partidos, no nuevo en nuestro país. Que, en el caso de continuarse en el futuro, terminaría por darle a los sindicatos –y quitándoselo a los partidos- un rol central desde el punto de vista social y político". Un ejemplo es el desconcierto de Refundación Comunista en la huelga: un sector, para preservar su alianza con el Olivo, participó con el ala «oficial» de las manifestaciones, mientras, para no perder su alianza con los «antiglobal» en donde juega un rol dirigente, otro sector marchó en los cortejos "opositores".
Hoy la centroizquierda intenta aprovechar la neta decadencia de la derecha (peleas particularmente entre Alianza Nacional y la Unión Demócrata Cristiana contra la Liga Norte) que no tiene a mano una alternativa para sustituir a Berlusconi. Pero la centroizquierda (hoy aliada a RC) tiene como única propuesta volver a traer al cristiano neoliberal Prodi (ex premier y actual presidente de la Comisión Europea), que podría ganar las elecciones pero difícilmente frenar una militancia obrera y juvenil de masas. Esta, si bien no tiene expectativas revolucionarias todavía, al menos espera reformas radicales (a nivel interno y de relaciones internacionales) que ni Prodi ni ningún otro centroizquierdista pueden ofrecer. El apoyo de la centroizquierda al envío de soldados en Irak (después del acuerdo entre Francia y los EEUU en la ONU) va en distinto sentido de las masas que se han manifestado por millones en las calles y hasta bloqueando trenes con armas. Asimismo, la CGIL (dirigida principalmente por el Olivo, con una minoría importante de Refundación Comunista), debido a la presión de masas, comienza a decantar un ala "combativa" encabezada por la FIOM (metalúrgicos) que protagonizará una huelga el 7 de noviembre junto a los COBAS (de empleados públicos y maestros), de la que se espera un gran seguimiento. Esto es contestado por la mayoría de la CGIL, y por los sindicatos más "amarillos" (CISL y UIL), así como por la mayoría de la centroizquierda, creando una nueva crisis en la coalición. Como constatación de la distancia orgánica entre los trabajadores y los partidos de la centroizquierda el editorialista de "Il manifesto" dice "¿Por qué los trabajadores y sus sindicatos no tienen que tener voz en la vida política?" (25/10)
Los trabajadores italianos e inmigrantes, junto a la juventud "antiglobal", han dado enormes luchas y cambiado la relación de fuerzas. La burguesía hoy no puede pasar a la ofensiva. Pero la clase obrera, como dice el editorialista del "Manifesto" no tiene voz en la vida política. La deriva "movimientista" y "antiglobal" de Refundación Comunista se ha demostrado como una gran estafa viendo la alianza que preparan con la centroizquierda. Hace falta crear en Italia un partido de trabajadores revolucionario, para agrupar a un gran sector de vanguardia que ya ha hecho la experiencia con la centroizquierda liberal y que no acepta los acuerdos de Refundación. Este partido debe ser internacionalista, bajo las banderas del trotskismo, contra la conciliación de clases de los stalinistas reciclados y contra el sectarismo impotente de los autonomistas que se niegan a luchar por el poder. La izquierda de Refundación Comunista se limita, hasta hoy, a hacer críticas en sus periódicos y en los congresos de RC, aceptando ser "minoría". Es el momento de luchar por crear un partido obrero revolucionario.

1 Ver artículos en nuestra revista Estrategia Internacional Nros. 19 y 20.

Alto a los ataques a los inmigrantes
En defensa de Via Adda, contra el desalojo de Via Polidoro

En Milán los inmigrantes rom (gitanos) de Rumania, debido a que no pueden alquilar un departamento porque son en su gran parte «clandestinos» y por los altísimos precios se ven obligados a ocupar grupos de casas deshabitadas. Se organizan en asambleas y deciden a través de sus consejos. La casa de Via Adda ya lleva alrededor de un año ocupada por 300 inmigrantes y es un importante punto de referencia para la vanguardia en Milán. Durante la marcha por la huelga general fueron largamente aplaudidos por los trabajadores italianos. La prensa patronal, y particularmente «Il Giornale» (de la familia Berlusconi) iniciaron una campaña racista y maccartista, por medio de calumnias y acusaciones de «terrorismo». La casa de Vía Polidoro había sido ocupada hace casi un mes. Pero el 29 de octubre, 500 policías entraron y en un rápido y violento operativo los desalojaron, llevándolos en micros hacia el aeropuerto y expulsándolos hacia Rumania. Los trabajadores italianos e inmigrantes deben ponerse en primera fila en defensa de los derechos de los inmigrantes, ya que a través de la ilegalidad intentan utilizar a los inmigrantes como mano de obra esclava para bajar el salario del conjunto de la clase obrera. Lo mismo vale por el derecho a la vivienda, ya que en Milán se cuentan en 100.000 los ocupantes de casas (italianos e inmigantes). Los militantes de la FT-EI en Europa nos ponemos a disposición del consejo de Via Adda para hacer las acciones necesarias en su defensa.
Informe de la huelga general en Italia Autor: Lucas Pizzutti, corresponsal en Europa Fecha: 5/11/03 Fuente: LVO 128
El 24 de abril una enorme huelga general sacudió Italia contra el proyecto de jubilaciones y pensiones del gobierno derechista de Berlusconi. Más de 10 millones fueron a la huelga durante 4 horas, convocados por las tres centrales sindicales "oficiales" -CGIL, CISL y UIL- más los sindicatos independientes como los Cobas, Sin Cobas, CUB. Un millón y medio de personas se manifestaron en 110 ciudades.
En las principales ciudades, al costado de la marcha «oficial» los sindicatos independientes encabezaron manifestaciones paralelas. La más importante fue la de Roma con 30 mil, sobre todo maestros y trabajadores precarios, en las que se protestó, además, contra la reforma de las jubilaciones que ya hizo la centroizquierda cuando gobernaba a fines de los ‘90. Grandes columnas de estudiantes y los centros sociales marcharon junto a los sindicatos autónomos. Volvieron a aparecer los slogans contra la guerra imperialista. Los inmigrantes, hoy en el centro de la escena, aparecieron fuertemente. Pese a que la "justicia" hizo una redada de presuntos militantes de las Brigadas Rojas el mismo día de la huelga (siempre en Italia se utiliza el argumento del "terrorismo" para deslegitimar las luchas obreras) no pudieron obviar la resistencia de masas a las medidas antiobrera de Berlusconi y compañía.
Esta huelga reabre un período de movilizaciones en Italia encabezado por la clase obrera. Desde la mitad del 2001 hasta las manifestaciones contra la guerra en Irak, Italia había pasado por un período de agitación política y de manifestaciones comunes de obreros y jóvenes contra las reformas antiobreras de Berlusconi y contra las guerras imperialistas. Estas movilizaron a millones de personas poniendo a la península a la vanguardia en Europa en lo que se refiere a las luchas sociales1. La derogación del Artículo 18 (que impide el despido fácil en empresas con más de 15 empleados) no pudo ser aplicada por la resistencia de masas, y esto representa un cambio en la relación de fuerzas. Este período había puesto en crisis no solo al gobierno de Berlusconi, sino también a la "oposición" de centroizquierda. En julio Refundación Comunista impulsó un referéndum sobre la extensión del Artículo 18 a las empresas de menos de 15 empleados, que no obtuvo el quórum requerido del 50% de asistencia de los inscriptos a votar, pero igualmente logró 11 millones de votos favorables. Este intento de llevar las enormes luchas en Italia al terreno electoral provocó una cierta desmoralización en la vanguardia, e impulsó a RC a acercarse al Olivo, reforzando a la centroizquierda. Sin embargo la clase obrera no solo no recibió ninguna derrota en el período berlusconiano, sino que mostró un gran poder de movilización y acercamiento a los jóvenes "antiglobal", reforzando los sindicatos alternativos.

La centroizquierda y los sindicatos


La oposición de centroizquierda (el Olivo) pese a no haber adherido a la huelga aprovechó la ocasión para hacerse visible. Aún así no logra capitalizar el descontento creciente. En una encuesta sobre la huelga que hace el Corriere della Sera del 27 de octubre se lee que la población "Ve siempre más los sindicatos – y no los partidos- como punto de referencia para la defensa de sus intereses y derechos. Es un fenómeno estimulado en la creciente desilusión con los partidos, no nuevo en nuestro país. Que, en el caso de continuarse en el futuro, terminaría por darle a los sindicatos –y quitándoselo a los partidos- un rol central desde el punto de vista social y político". Un ejemplo es el desconcierto de Refundación Comunista en la huelga: un sector, para preservar su alianza con el Olivo, participó con el ala «oficial» de las manifestaciones, mientras, para no perder su alianza con los «antiglobal» en donde juega un rol dirigente, otro sector marchó en los cortejos "opositores".
Hoy la centroizquierda intenta aprovechar la neta decadencia de la derecha (peleas particularmente entre Alianza Nacional y la Unión Demócrata Cristiana contra la Liga Norte) que no tiene a mano una alternativa para sustituir a Berlusconi. Pero la centroizquierda (hoy aliada a RC) tiene como única propuesta volver a traer al cristiano neoliberal Prodi (ex premier y actual presidente de la Comisión Europea), que podría ganar las elecciones pero difícilmente frenar una militancia obrera y juvenil de masas. Esta, si bien no tiene expectativas revolucionarias todavía, al menos espera reformas radicales (a nivel interno y de relaciones internacionales) que ni Prodi ni ningún otro centroizquierdista pueden ofrecer. El apoyo de la centroizquierda al envío de soldados en Irak (después del acuerdo entre Francia y los EEUU en la ONU) va en distinto sentido de las masas que se han manifestado por millones en las calles y hasta bloqueando trenes con armas. Asimismo, la CGIL (dirigida principalmente por el Olivo, con una minoría importante de Refundación Comunista), debido a la presión de masas, comienza a decantar un ala "combativa" encabezada por la FIOM (metalúrgicos) que protagonizará una huelga el 7 de noviembre junto a los COBAS (de empleados públicos y maestros), de la que se espera un gran seguimiento. Esto es contestado por la mayoría de la CGIL, y por los sindicatos más "amarillos" (CISL y UIL), así como por la mayoría de la centroizquierda, creando una nueva crisis en la coalición. Como constatación de la distancia orgánica entre los trabajadores y los partidos de la centroizquierda el editorialista de "Il manifesto" dice "¿Por qué los trabajadores y sus sindicatos no tienen que tener voz en la vida política?" (25/10)
Los trabajadores italianos e inmigrantes, junto a la juventud "antiglobal", han dado enormes luchas y cambiado la relación de fuerzas. La burguesía hoy no puede pasar a la ofensiva. Pero la clase obrera, como dice el editorialista del "Manifesto" no tiene voz en la vida política. La deriva "movimientista" y "antiglobal" de Refundación Comunista se ha demostrado como una gran estafa viendo la alianza que preparan con la centroizquierda. Hace falta crear en Italia un partido de trabajadores revolucionario, para agrupar a un gran sector de vanguardia que ya ha hecho la experiencia con la centroizquierda liberal y que no acepta los acuerdos de Refundación. Este partido debe ser internacionalista, bajo las banderas del trotskismo, contra la conciliación de clases de los stalinistas reciclados y contra el sectarismo impotente de los autonomistas que se niegan a luchar por el poder. La izquierda de Refundación Comunista se limita, hasta hoy, a hacer críticas en sus periódicos y en los congresos de RC, aceptando ser "minoría". Es el momento de luchar por crear un partido obrero revolucionario.
1 Ver artículos en nuestra revista Estrategia Internacional Nros. 19 y 20.
Alto a los ataques a los inmigrantes
En defensa de Via Adda, contra el desalojo de Via Polidoro
En Milán los inmigrantes rom (gitanos) de Rumania, debido a que no pueden alquilar un departamento porque son en su gran parte «clandestinos» y por los altísimos precios se ven obligados a ocupar grupos de casas deshabitadas. Se organizan en asambleas y deciden a través de sus consejos. La casa de Via Adda ya lleva alrededor de un año ocupada por 300 inmigrantes y es un importante punto de referencia para la vanguardia en Milán. Durante la marcha por la huelga general fueron largamente aplaudidos por los trabajadores italianos. La prensa patronal, y particularmente «Il Giornale» (de la familia Berlusconi) iniciaron una campaña racista y maccartista, por medio de calumnias y acusaciones de «terrorismo». La casa de Vía Polidoro había sido ocupada hace casi un mes. Pero el 29 de octubre, 500 policías entraron y en un rápido y violento operativo los desalojaron, llevándolos en micros hacia el aeropuerto y expulsándolos hacia Rumania. Los trabajadores italianos e inmigrantes deben ponerse en primera fila en defensa de los derechos de los inmigrantes, ya que a través de la ilegalidad intentan utilizar a los inmigrantes como mano de obra esclava para bajar el salario del conjunto de la clase obrera. Lo mismo vale por el derecho a la vivienda, ya que en Milán se cuentan en 100.000 los ocupantes de casas (italianos e inmigantes). Los militantes de la FT-EI en Europa nos ponemos a disposición del consejo de Via Adda para hacer las acciones necesarias en su defensa.

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