Entre los participantes se encontraban Raúl Godoy y Luis Calfueque del Sindicato Ceramista de Neuquen; el «Pollo» Sobrero de la Unión Ferroviaria de Haedo, Aurelio Vázquez, Secretario General de la UNTER de Río Negro; delegados del Hospital Castex, Enrique Gandolfo, Secretario General de SUTEBA Bahía Blanca; Charly Platkowski, delegado de LAFSA acompañado por un grupo de trabajadores; un delegado de Aerolíneas; Marcos Vallejo de ATE Sur; Carlos Artacho, delegado de Foetra Capital; trabajadores de Brukman; un delegado de Perfil; No Docentes en lucha y la oposición de SUTEBA Matanza, entre otras internas y delegados opositores. Tambén se hicieron presentes intelectuales como Eduardo Lucita del EDI y estudiantes del Centro de Ciencias Sociales. Por el movimiento piquetero estuvieron Sergio Villamil por el Polo Obrero; la FTC Mesa Nacional y Nacional; el MTD de Neuquén y el Teresa Vive. Por los partidos de izquierda; el PTS; MST; PO; PRS; MAS; FOS; CS y el PC, entre otros.



El debate del plenario


La campaña que están impulsando los trabajadores del subte es un gran paso adelante. La lucha por imponer las 6 horas para todo el movimiento obrero no es una tarea fácil. Implica atacar toda la lógica del capitalismo en la Argentina, ya que atenta contra la flexibilización laboral, contra las jornadas extenuantes de 12 o más horas y contra la desocupación. Por esta razón, es ineludible ganar a los millones de trabajadores para una dura pelea que se plantee derrotar la flexibilización laboral, incluida la ley de reforma laboral de Kirchner -legalizadora de toda la flexibilización impuesta por el menemismo, y bancada por toda la burocracia sindical-.


Varias de las intervenciones mencionaron que la declaración propuesta por el Cuerpo de Delegados debería incluir la denuncia a Kirchner y a la burocracia sindical. Compartimos esta visión realista, ya que la lucha por las 6 horas lleva inevitablemente a enfrentar al gobierno y a los dirigentes sindicales vendidos.


Raúl Godoy de Zanon partiendo de saludar la campaña porque apunta al corazón del capitalismo y promueve la unidad entre ocupados y desocupados, dijo: “... muchas veces cuando hablamos de movimiento o cuando escuchamos a la CTA hablar de multisectoriales, algunos ponemos el cuerpo y otros ponen la cara y el discurso, pero los que ponemos el cuerpo muchas veces terminamos detrás de un sector completamente ajeno. Entonces, desde este punto de vista nosotros apoyamos la creación de una comisión, de una mesa o el nombre que quieran, pero de organizaciones obreras y después que apoyen todos los que quieren apoyar, todos los movimientos. Una mesa de organizaciones independiente que nos tiene que servir para apoyar a las listas de oposición de los docentes, de la alimentación....”


Esta intervención apuntaba a unificar a la vanguardia y al activismo para poner en pie una campaña militante que, basada en las experiencias más avanzadas como la de los trabajadores del subte, se organice tras la bandera de las 6 horas y otras reivindicaciones actuales, como el aumento salarial. Si el desarrollo de esta campaña no adquiere una perspectiva clasista, se corre el riesgo de que sectores de clase hostiles al movimiento obrero la hegemonicen y la terminen vaciando de contenido.


Luego de un largo debate, los convocantes propusieron (más allá de un cambio secundario) no “agregar ni quitar nada” del documento, invitando a los presentes a suscribirlo para convocar a una nueva reunión para el 3 de Julio y así continuar con el debate.





Se vuelve necesario avanzar en el próximo plenario del 3 de julio y llegar a una definición. La primera tarea de la campaña pasa por desarrollar ya el debate en la base de todas las organizaciones que estuvieron en el Bauen y las que adhieren. La participación de la base será la condición imprescindible para que la resolución de esta discusión sea lo más representativa y democrática posible.


Ni parlamentarismo ni autoproclamación sectaria


Mención aparte merecen tanto las intervenciones del PO como la de Vilma Ripoll del MST.


La diputada centró su política en la tarea de organizar exclusivamente presentaciones de proyectos de ley por la reducción de la jornada laboral a 6 horas, en todas las legislaturas. No extraña que esta propuesta haya encontrado eco complaciente en el PC, muy afecto a ubicarse como la izquierda del régimen y enemigo de desarrollar las tendencias a la independencia de clase del movimiento obrero y de masas. La postura de Vilma Ripoll lleva a depositar ilusiones en la vía parlamentaria y está muy por detrás de la experiencia actual de los trabajadores del subte que, más allá de contar con la cobertura legal de la insalubridad, confirmó que la forma para conseguir las 6 horas no fue a través de los proyectos de ley sino con los métodos de la lucha de clases: huelga y piquetes. Más ridículo todavía es pensar que mediante la vía parlamentaria puedan conseguirse las 6 horas en sectores como la gran industria, donde todavía dirige la burocria de la CGT y no existe el debate de la insalubridad.


El PO volvió a demostrar su irreformable autoproclamación. Para PO dicho plenario no tenía futuro si no se sumaba a la ANT y a su plan de lucha. Valoramos la lucha del movimiento desocupado y es justo que los sectores ocupados la apoyen, pero es una pedantería pretender que una organización obrera que está planteando la campaña por las 6 horas y que es sabido que no integra la ANT (como tantas otras) tenga que subordinarse a ella.


Dar un paso más


La gran lucha del subte despertó la simpatía y el respeto de la vanguardia obrera incomodando a la burocracia en todas sus variantes. Es de entender por qué la CTA Capital que, estuvo representada por dos miembros, pasó desaperciba, no habló y se retiró temprano. Mientras que la CCC ni siquiera estuvo presente. En momentos en que las luchas obreras aumentan y ganan en combatividad, los participantes del Bauen estamos llamados a convertir la lucha por las 6 horas en una campaña nacional y militante en todo el movimiento obrero.