La derecha legalizará el cupo en Medicina en el 2005. En este proceso, los “opositores” como la Decana de Filosofía, Scotto, mostraron lo que son. Ella acusó a los ingresantes de “usurpadores” por la toma y terminó avalando el cupo en Medicina. Esto muestra la necesidad de barrer este régimen universitario y los Consejos de gobierno, garantes de la elitización de la universidad.

Un balance a medias

La UJS-PO fue parte activa de esta lucha. En Prensa Obrera N° 851, hacen un balance del conflicto pero sorprende que no hablen de la traba que fueron los centros de estudiantes dirigidos por la izquierda, en especial el de Comunicación, dirigido por el MST y la CEPA. El primero ni apareció por el rectorado. Estaban “muy ocupados” en el centro como para ser parte de la toma. La CEPA participó pero frenó la lucha, proponiendo levantar la toma a los 10 días, contra la opinión de la mayoría de los ingresantes y padres. Pero si PO no toca el tema es porque comparte con el MST la dirección de la FUBA, desde hace tres años. Esta federación, no cambió un ápice las viejas formas de organización del movimiento estudiantil. Así se vio en la marcha del 21 de mayo (llamada junto a la FULP, dirigida por la CEPA), donde los oradores tuvieron que reconocer que la convocatoria no era la que esperaban. No alcanza sólo con ganarle la conducción de los centros o el lugar en los Consejos a la derecha. Hay que usar esos espacios para generar otros realmente democráticos, como cuerpos de delegados y asambleas. Algo que la FUBA y la FULP están lejos de hacer seriamente.

Autoproclamación repetida

El PO señala que uno de los factores que hizo avanzar esta lucha fue “la intervención consciente de la UJS (…) imprimiéndole (…) un carácter revolucionario”. Más allá de haber sido parte del conflicto desde el principio hasta el desalojo, lejos estuvieron de una política revolucionaria. En la última semana, se centraron en que el Directivo de Medicina diera un segundo recuperatorio más flexible (que entren 150 en vez de 40 como decía Willington), dejando de lado la lucha por voltear el cupo y porque entren todos. El recuperatorio que se dio era igual al anterior, pero PO propuso presentarse a rendir, aunque en su periódico digan que es “una maniobra descarada tendiente a disolver el movimiento”. Finalmente, durante el desalojo, PO, organizó la salida pacífica, incluso contra lo que pensaban algunos ingresantes, negándose a hacer asamblea antes para discutir. Nada de revolucionario hay en todo esto.

Las perspectivas actuales

Si bien el desalojo es un debilitamiento, la lucha no termina. Durante los 23 días de toma dieron su apoyo centros de estudiantes, la FUC, legisladores, trabajadores estatales y de la salud, delegados sindicales, organizaciones piqueteras, organismos de Derechos Humanos, estudiantes secundarios. Ese enorme apoyo podría materializarse en una organización amplia que permita continuar la lucha y tirar efectivamente el cupo, logrando el ingreso de todos los aspirantes y echar a Willington. Desde ahí se podrían convocar importantes movilizaciones, actos, festivales y todo tipo de acciones que permitan alcanzar el objetivo de lucha.