por Corriente Nacional 9 de Abril

Cuando falta menos de un mes para empezar las clases, sólo dos provincias -La Rioja y Catamarca- cerraron el debate salarial y acordaron iniciar el ciclo lectivo sin medidas de fuerza.

Otras provincias comenzaron las negociaciones; pero la mayoría (incluidas Buenos Aires y Capital) están a la espera del resultado de las discusiones paritarias entre el gobierno nacional y los sindicatos docentes. Si bien en la primera reunión -donde los gremios reclamaron un salario de bolsillo inicial de $1.900- el ambiente fue “tenso”, ya que los representantes del gobierno se espantaron al escuchar la muy módica suma, en las reuniones siguientes se empezaron a “limar asperezas” y, según dichos de Stella Maldonado (secretaria general de CTERA), “el Ministerio reconoció que la demanda no es disparatada en términos de lo que debería ser el salario de un docente, sino que hay dificultades económicas para alcanzar este monto”.

Por otro lado, el miércoles 10, el ministro de Educación nacional, Alberto Sileoni, informó que se acordó elevar de $110 a $165 la cuota del fondo de incentivo docente y anticipó que se estaría por llegar a un pronto acuerdo. 

Las trabajadoras y los trabajadores de la educación, que vemos a diario cómo suben los precios de los alimentos y los artículos de primera necesidad, y cómo se licuan de esta manera aún mas nuestros magros salarios, sabemos claramente que $1.900 (lo que piden los gremios), y encima con cifras en negro, no alcanzan ni a cubrir la mitad de la canasta familiar. Y que el aumento del incentivo que el “magnánimo” Sileoni anuncia como si fuera un gran logro, equivale a $55. O sea, a dos kilos de carne.

El SUTEBA Provincia ha lanzado, ante la postergación de las discusiones paritarias provinciales, un “estado de alerta y movilización”, y en su página web puede leerse la posible convocatoria a una “vigilia a partir del día 15 frente a la casa de gobierno de la Provincia de Buenos Aires” en La Plata, instalando una nueva Carpa Blanca. Por supuesto que la convocatoria a asambleas, la pelea por un salario equivalente a la canasta familiar y la necesidad de un plan de lucha serio brillan por su ausencia. No es nada raro, a esto nos tienen acostumbrados los Baradel y los Yasky, que actúan como defensores de la política kirchnerista. Así lo demostraron en La Matanza, donde la CTA junto al SUTEBA y otras organizaciones pro-gubernamentales organizaron una movilización en defensa del Fondo del Bicentenario, es decir, a favor de destinar millones de pesos al pago de la deuda externa.

Desde la Corriente Nacional 9 de Abril decimos que no podemos depositar ninguna confianza en la burocracia. Sabemos que, tarde o temprano, la promesa del “no inicio” se transformará en un arreglo entre gallos y medianoche con el gobierno, por unos pocos pesos, sin importar lo que opinen las bases.

Hoy más que nunca tenemos que reagrupar nacionalmente a las fuerzas de la oposición para preparar un plan de lucha nacional, peleando por un salario equivalente a la canasta familiar para un cargo, por la triplicación del presupuesto educativo en base al no pago de la deuda, por el quite de subsidios a la educación privada y becas para todos los estudiantes. Y para ello es muy importante preparar un plenario o congreso nacional de delegados de base, que impulse esta pelea y recupere la unidad de nuestro gremio nacional, la CTERA, que ha sido destruida por la dirección celeste de Yasky y Maldonado.
 
Un debate necesario: ¿acuerdo de tendencias o que la base resuelva?
 El martes 9 participamos del encuentro opositor convocado por parte de la Comisión Directiva de SUTEBA Escobar. En este plenario, al que asistieron todas las corrientes que se reivindican opositoras a la conducción celeste, se plantearon claramente dos posiciones: una hegemonizada por la Lista Lila (integrada por la lista Azul y Blanca-PCR y Alternativa Docente- MST) que afirmó su negativa a preparar y convocar cualquier instancia de coordinación desde las bases, como es un plenario de delegados. Desde la 9 de abril, junto con Tribuna Docente (PO) y Docentes en Marcha (impulsada por Izquierda Socialista), intervinimos reafirmando la necesidad de que sea la misma base docente la que discuta y resuelva qué plan de lucha necesitamos. Además, planteamos que somos nosotros los que tenemos que promover el desarrollo del sindicalismo de base en nuestro sector, unificando fuerzas entre afiliados y no afiliados; e impulsando la reorganización de abajo hacia arriba. Los acuerdos de tendencias dejan afuera a la base docente, que es justamente la “convidada de piedra” en todas las discusiones entre la burocracia y el gobierno. La oposición tiene que tener el método opuesto.

Desde nuestra corriente participaremos en el Encuentro Docente convocado por AGMER (Asociación Gremial de Entre Ríos) para el 17 de este mes, donde llevaremos esta posición e intervendremos en el debate.