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Internacionales

Historia minera

Huanuni

17 de octubre 2003

Cerca del mediodía del 15 de octubre -uno de los días decisivos del levantamiento- en Patacamaya, entre Oruro y La Paz, mineros y campesinos resisten a los militares. Piedras, dinamita, gases y balas tiñen la escena. Como relata un periodista “Los tanques avanzan y frenan por un momento el avance de dos mil mineros de Huanuni (...) que marchan hacia La Paz. Quince minutos después, los mineros hacen retroceder a los militares, a punta de dinamita. La batalla es intensa. Al promediar las 12:00 dos mineros ya habían caído a bala y varios estaban heridos”.1
En Huanuni se encuentra uno de los yacimientos de estaño más grandes del mundo, su historia es más larga que la de la República de Bolivia. Es tierra de valientes, de obreros curtidos en revueltas y rebeliones. Un diario relata “Las ocho horas de trabajo en 1919, la fundación de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia en 1944, la consolidación de la unión del sindicalismo en 1959, la reversión de sus yacimientos estañíferos al Estado el año pasado y este año la expulsión de su alcaldesa” son algunas de las hazañas que los mineros de Huanuni tienen en su haber.
La Bolivia de nuestra América tiene tradición en alzamientos de indígenas, campesinos y obreros, contra el poder. Los mineros fueron el pilar de la clase obrera inspirando al pueblo con su larga historia de combate y heroísmo. Pero su condición revolucionaria también se mide en su avanzada conciencia de clase. Las Tesis de Pulacayo votadas en Catavi a fines de 1946 –a propuesta de los trotskistas– convocaban a la lucha contra la colaboración de clases, el imperialismo y el fascismo. Entre sus reivindicaciones transitorias se destaca: salario básico vital y escala móvil de salarios, semana de cuarenta horas y escala móvil de horas de trabajo, ocupación y nacionalización de minas, independencia sindical, control obrero en las minas y armamento de los trabajadores.
En Abril de 1952 la revolución cambiará la historia de Bolivia influyendo en la lucha de clases de toda la región; fue cuando los mineros armados y el pueblo de La Paz destrozaron al ejército e impusieron en el gobierno al nacionalista Víctor Paz Estenssoro cuya elección había sido desconocida. En esa ocasión también Huanuni va a jugar un importante papel.
La clase obrera internacional tiene en esta revolución una página memorable. La historia cuenta “De todas las calles sale metralla ardiendo (...) Las tropas tácticas que se descuelgan de las cejas de El Alto y se internan por los barrios de Munaypata y Villa Victoria son aniquiladas por los obreros insurrectos (...) El Alto es interceptado y capturado por los trabajadores (…) los mineros de Milluni con sus dinamitas mortíferas, cuyos estruendos patéticos repercuten en la ciudad, toman la base aérea de El Alto y atacan a las Fuerzas Armadas por un flanco de la retaguardia (…) en Oruro también se combate. Grupos de insurrectos toman la región militar y arman a doscientos combatientes con automáticas y abundante munición. Cae la prefectura. Encabezan la lucha los mineros de San José y Huanuni y después reforzados por los trabajadores de Catavi y Siglo XX ponen sitio al cuartel del regimiento ‘Camacho’ que tiene que romper las paredes traseras para salir rumbo a los caminos que conducen a la Paz para reforzar a los regimientos de Torres Ortiz. Pero en Papel Pampa, junto a otros dos regimientos, ‘Ingavi’ y ‘Loa’ son diezmados por el pueblo trabajador en una dramática lucha de cuerpo a cuerpo (...) Han sido tres días de insurrección (...) Hernán Siles Zuazo ocupa el Palacio Quemado rodeado de obreros armados, que es el nuevo poder en que se asienta el régimen”.2
Octubre 2003: Los sucesivos gobiernos de la democracia burguesa han debilitado la fuerza de la clase obrera que perdió peso estructural, la misma no tiene comparación con lo que fue en 1952 o cuando la Asamblea Popular en los ‘70. Pero su tradición e influencia política siguen siendo claves. Nuevamente los mineros vuelven a ocupar las calles junto al pueblo, la dinamita sigue siendo su munición de combate. Hoy, como en 1952, hacen falta milicias obreras y campesinas para echar al carnicero Goni. Como dicen en Bolivia “Ahora es cuando”.
1 Econoticias Bolivia.
2 “Bolivia: la revolución desfigurada”, Historia del movimiento obrero, CEAL.

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