Luego de la exitosa marcha a Plaza de Mayo convocada por los asambleístas de Gualeguaychú, esta semana, las notas políticas vinieron de afuera: el retiro del ejército del perímetro de Botnia y el nuevo cruce entre Argentina y Uruguay en los tribunales de La Haya. Mientras, siguen los cortes de ruta.
Ambos hechos se relacionan. Tabaré sacó al ejército a pedido de Botnia –que dijo se veía afectada en su “imagen” internacional (sic)–, pero también, como un gesto de “buena voluntad” ante su pedido en La Haya para que se obligue a Kirchner a desalojar los cortes.
Los “grupos organizados de argentinos” son alentados por la inacción de su gobierno para seguir con los cortes. “Las fuerzas policiales no tienen orden de intervenir, se limitan al papel de espectadores”, bramaron los charrúas en La Haya. Así , la “buena voluntad” de retirar a los milicos (¡que una semana antes habían enviado a custodiar la papelera imperialista!), dejó paso al pedido abierto de represión contra los asambleístas de Entre Ríos, mientras mantienen a la Armada y la Prefectura custodiando Botnia. 
El equipo argentino –cuya gran ausente fue la secretaria de Ambiente Romina Picolotti, cuyo marido fue el que habló de “una abuela terrorista” dispuesta a inmolarse para terminar con Botnia– respondió a las “acusaciones inadmisibles de chantaje” contra Kirchner. “Nuestro jefe de Estado desaprueba los cortes, pero se niega a reprimirlos”, dijeron. ¡Patrañas! Kirchner no promueve los cortes, quiere deshacerse de ellos cuanto antes. Si no reprime en Gualeguaychú, no es por democrático –véase la represión a los estudiantes de la UBA–, sino porque no puede. La relación de fuerzas está a favor del pueblo.
Hace poco, el canciller Taiana dijo: “siempre hemos dicho que el corte no es positivo y buscamos persuadir a los asambleístas de que no deben cortar. Lo que buscamos es la persuasión…”. Sin duda, fueron muy “persuasivos” los 300 matones del PJ que impidieron el corte de Concordia, como los gordos del Hospital Francés, o los muchachos de Moyano y el Pata Medina en San Vicente.
Tanto Tabaré Vázquez como Kirchner quieren terminar con los cortes de ruta. Uno pide represión, el otro, utiliza matones al no poder implementarla directamente.

¡Todo el apoyo a los cortes de ruta!
“Tres puentes internacionales construidos para fortalecer los lazos (...) son en cambio utilizados para ejercer una extrema presión sobre Uruguay para detener la construcción de la usina de la empresa Botnia”, dijo el embajador uruguayo Gros Espiell en La Haya. El embajador acierta en que los cortes son contra las papeleras, pero no van contra los lazos de solidaridad entre el pueblo trabajador de Argentina y Uruguay, sino contra los lazos cada vez mas estrechos que han tejido durante décadas los gobiernos de ambos países con el imperialismo.
Es necesario fortalecer los cortes y la unidad a un lado y otro del río Uruguay de todos los que se oponen a las papeleras contaminantes, mientras la salida de fondo sigue siendo la nacionalización sin pago de todos los recursos forestales y la industria del papel, para que sean gestionados por los únicos interesados en el trabajo, la salud y el cuidado del ambiente, los trabajadores y pobladores de la región.