Tras 47 días de huelga, que siempre tuvo un porcentaje de acatamiento muy alto, llegándo a un 100% el lunes después de la represión policial, se ha decidido suspender la medida de fuerza iniciada el 1 de marzo. La asamblea ha discutido la propuesta hecha en común por Romero y el gobierno nacional (Filmus), con la mediación de la iglesia y la aprobó excluyendo los dos últimos puntos que prohibían toda medida de fuerza en un futuro y aplazaba toda discusión salarial hasta el año próximo. Junto a esto se ha votado permanecer en estado de alerta y volver a un plan de lucha si el Estado provincial incumple lo acordado.

El rol de las direcciones

Toda la lucha se desarrolló abiertamente en contra de la burocracia de Virgilio Choque que dirige la ADP (Asociación de Docentes Provinciales), que siempre auspició de vocero de Romero.
Quienes llevaron la lucha adelante fueron las bases docentes “autoconvocadas”, que en base al Cuerpo de delegados fueron la auténtica vanguardia del conflicto.
Ante este rol nefasto de la dirección de ADP, el conflicto contó con la cobertura legal de ATE, quien aprovechando la situación buscó transformarse en la dirección de la huelga. Eso sí, dejándole las “manos libres” para que CTERA no hiciera nada por la lucha que llevaba semanas: ni una exigencia a poner lo que había que poner; ni un llamado a apoyar esta heroica huelga de los docentes apoyados por el pueblo salteño.
En la última asamblea se ha podido ver la política de ATE, que lejos de propiciar que se alcancen las demandas, siempre ha buscado aplacar la lucha y evitar que se desarrollara. Así, durante todo el debate -apelando a la confusión- ha buscado que se aprobara la totalidad de la propuesta de la “mesa de trabajo”, al hacer una moción de “por sí o por no” (cuando la asamblea estaba por aprobarla, pero con enmiendas). No hubo gran diferencia entre ADP y ATE ya que estos últimos están “firmes” contra Romero, pero cuando el gobierno de Kirchner interviene; y cuando Filmus desde Alemania propone 20 pesos más que la oferta del gobierno provincial, ATE propone aceptar esto y levantar el conflicto.Para eso apelan al cansancio de las bases, provocado por la política de no organizar una gran huelga, con todo lo que ello implica: fondo de huelga; solidaridad activa de otros gremios, coordinación con otros sectores en lucha (como los hospitales y petroleros), etc. En última instancia, ATE se propone jugar el mismo rol que ADP en manos de Choque en estos últimos diez años, nada más que en clave “progre”, en sintonía con la “onda” K.

La lucha no terminó

Más allá de que la reivindicación económica no sea totalmente satisfactoria, no se puede dejar de remarcar el triunfo político de esta lucha. Esta gran experiencia vuelve a afirmar que la fuerza de los docentes está en la lucha y la organización independiente, contando con la solidaridad de padres, alumnos y vecinos. Pero con esto no basta, es necesario fortalecer la autoorganización a través de los Cuerpos de delegados y la democracia directa, tomando la revocabilidad como principio, para que los sindicatos puedan ser realmente una herramienta de organización al servicio de las luchas.
El fondo de huelga, clave para sostener la lucha, en el interior permitió que los delegados tuvieran dinero para compartir con los docentes más necesitados. Esta es una medida importante para las próximas luchas; por ello desde ahora que están en estado de alerta, hay que seguir trabajándolo.
Pero la necesidad de unidad de todos los que luchan contra los planes de K y los gobiernos provinciales impone poner en pie un organismo que busque la independencia política de los trabajadores y la coordinación con los sectores obreros combativos (Sindicato Ceramista, subte, ferroviarios, LAFSA y distintos SUTEBAS, entre otros), quienes realizaron un primer encuentro el 2 de abril, como primer paso para avanzar en este sentido.