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MOVIMIENTO OBRERO

Gran Lucha de los trabajadores de Aqualic

Un conflicto iniciado en la empresa de agua Aqualic, con el despido de 19 trabajadores el 6 de febrero fue en dinámica convirtiéndose en un gran hecho político en la provincia. Es que los trabajadores no dejaron pasar el atropello y al otro día junto a distintas organizaciones (Zanon, JI del Hospital Centenario, ATEN Centenario, delegados de aguas gaseosas, trabajadores judiciales, JI Molarsa, Sindicato de Municipales, PTS y su Juventud, que se destacó por la audacia e iniciativa en las acciones) y a sus familias, donde jugaron un rol destacado las mujeres, bloquearon la salida de los camiones.

PTS

22 de marzo 2012

Un conflicto iniciado en la empresa de agua Aqualic, con el despido de 19 trabajadores el 6 de febrero fue en dinámica convirtiéndose en un gran hecho político en la provincia. Es que los trabajadores no dejaron pasar el atropello y al otro día junto a distintas organizaciones (Zanon, JI del Hospital Centenario, ATEN Centenario, delegados de aguas gaseosas, trabajadores judiciales, JI Molarsa, Sindicato de Municipales, PTS y su Juventud, que se destacó por la audacia e iniciativa en las acciones) y a sus familias, donde jugaron un rol destacado las mujeres, bloquearon la salida de los camiones.

Estuvimos 10 días frente a los portones, no sólo haciendo el aguante allí sino también saliendo a difundir el conflicto para que la comunidad comprendiera lo que pasaba. Es así que a pesar de la fuerte presencia policial intimidando y dispuesta a actuar, se logró la reincorporación. Pero la patronal no se quedó tranquila y buscó el auxilio de la burocracia sindical, ya no sólo del Sutiaga sino también de la federación Fataga, que trajo la patota de Bs. As.
El lunes 5 de marzo, con la ayuda de la patronal que cerraba los portones y señalaba a los compañeros, más de treinta matones golpeaban salvajemente a una decena de trabajadores. El Estado y sus instituciones, con gran sentido de clase, hicieron oídos sordos a las denuncias de los trabajadores, y mientras a los matones ni se les pedía identificación, quisieron apresar a la juventud del PTS, que estaba haciendo una pintada. La reacción inmediata de las organizaciones que componen Nuestra Lucha y la presencia del Diputado obrero lograron su rápida liberación.

Pero los trabajadores lograron instalar y ganar cada vez más apoyo de la comunidad con diferentes actividades, incluida la de marchar junto a una murga en el carnaval, ante la presencia de unas 15000 personas que se paraban de las tribunas para aplaudirlos y cantaban con los trabajadores y sus familias las canciones que ello/as habían inventado. El ganarse a la comunidad fue un trabajo que implicó mucha militancia, pero bien valió la pena. Habían logrado poner en evidencia a la patronal (Fulcinitti) y a la patota traída por Fataga (que contaban con una larga trayectoria de aprietes y amenazas mafiosas), a la vez que se veía cada vez más justa su lucha.
El miércoles 14 la patronal llama a los trabajadores a cobrar en la planta una parte de sus sueldos, que paga en negro, pero como la patota estaba allí, deciden nuevamente bloquear la salida de los camiones. De nuevo la patronal lanza la patota a la calle contra los trabajadores, pero esta vez, con el acompañamiento de trabajadores y jóvenes solidarios, se resiste el ataque, y la patota se refugia dentro de la fábrica, protegida por la policía provincial.
Fracasado este nuevo intento, la patronal se ve obligada a negociar. Mientras tanto se volantea en el puente carretero Neuquén-Cipolletti con intenciones de corte si no avanza la negociación. Finalmente se logró la reincorporación de 8 compañeros, mientras 10 aceptaron las indemnizaciones, y se logró el retiro de la patota. Fue un triunfo político en un conflicto muy duro, ya que se forjó una sólida alianza entre patronal (y la asociación patronal Acipan), Estado y burocracia sindical. Además, los trabajadores que lo llevaron adelante estaban en minoría frente al resto de sus compañeros, por el terror impuesto por la patronal.

Pero del otro lado los trabajadores tenían el fuerte apoyo del sindicalismo de base (expresado en la corriente Nuestra Lucha) que tenía la audaz tarea de forjar un arco político lo mas amplio posible, y desde allí forjar lazos con la comunidad utilizando la bancada obrera para facilitar la resonancia superestructural.

El PTS tiene el orgullo de haber participado en este conflicto, no sólo aportando la militancia concreta sino también haber aportado políticamente a este conflicto toda la experiencia de otras estructuras obreras.
Felicitaciones a los trabajadores por su lucha, y mención especial para las mujeres, que fueron un ejemplo de valentía.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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