Kirchner y el presidente del Estado Español miraron juntos el partido de Holanda-Argentina en La Moncloa, el palacio de gobierno. Aunque el partido terminó 0 a 0, Zapatero festejó, para sus adentros, varios goles.
Kirchner y Felisa Miceli se comprometieron a pagar una ilegítima deuda contraída por De la Rúa y Cavallo. Son 6.500 millones de dólares que reclama el Club de París, 1.000 de los cuales los conforma una deuda contraída con España en el año 2000, por el denominado “blindaje financiero” que fue el salvavidas de plomo del FMI y los bancos, antes de la confiscación a los ahorros y al salario del pueblo en diciembre de 2001.
Otro gol fue el que festejaron los empresarios españoles, entre ellos los que tienen Aerolíneas Argentinas. Lo que aquí los medios oficialistas presentan como otro acto de “soberanía nacional” -la compra del 5% de las acciones de la “línea de bandera”-, la prensa española lo deschava como la concesión de “un mínimo de sus acciones en la empresa a cambio de subsidios y exenciones impositivas” (El Mundo, 21/06).
Y para definir la goleada, al cierre de esta edición, Kirchner y Zapatero firmarán lo que ambas cancillerías denominan una “alianza estratégica”. El embajador español en Argentina explica a La Nación que este acuerdo “No es sólo económico. Estuvimos en estrecha colaboración, compartiendo el enfoque de trabajar con las autoridades bolivianas, defendiendo nuestros intereses y pidiéndoles que la seguridad jurídica sigue siendo esencial. Las empresas por ahora están tranquilas”. Esta visita de Kirchner fue acordada a las pocas horas del anuncio de Evo Morales de nacionalizar el 82% de la renta petrolera en Bolivia y desde entonces el presidente viene actuando como abogado de la Repsol que ganó, en Argentina, 8.700 millones de dólares en el 2005.