En el 2008, “en medio de un conflicto salarial –recuerda Víctor- se realizaron una serie de medidas de fuerzas votadas en asamblea. Luego de esta lucha, la empresa empezó a hacer juicios de desafuero a algunos delegados de sector y también a la comisión ejecutiva de la seccional de San Fernando. En el caso mío fue directamente a pedir el despido”.
Los colores de la (in) justicia.

La patronal sin sonrojarse ni un segundo, calificó como medidas de fuerza y paros encubiertos la realización de asambleas dentro de la planta. La justicia se tapó uno de los ojos, no se puso colorada y le dio curso.
“Se me acusa -sigue el delegado de base- por un bloqueo que se hizo en los portones del depósito de cubiertas. Esa acción la realizamos por un despido de un activista. En esa acción, la patronal llama a la policía y nos inventa una causa por violación de domicilio, con un testigo falso del personal de seguridad de la empresa, a mí y a otros tres delegados de la seccional San Fernando. Esa causa nunca prosperó y proscribió, pero hoy la usan para avanzar como algo más con el desafuero”.

Los casos se extienden (y permiten que la defensa se fortalezca)
La patronal logró entonces en primera instancia que el tribunal n° 1 de San Isidro le quitará los fueros. Y hace 15 días la defensa presentó una apelación.

“El mío -retoma- no es el único caso. Otro compañero que es delegado de sector fue suspendido 2 días. El tribunal de San Isidro falló a favor de la suspensión y la Suprema Corte de la Provincia ratificó el fallo. También hay otro caso del delegado Gallardo, que la empresa quiso llevar su suspensión a despido. En este caso el tribunal no dio lugar al despido pero si avaló la suspensión”.

“¿Cómo seguimos?: en enero comenzamos una campaña. Hicimos una marcha grande al tribunal de San Isidro en la que participaron muchos compañeros de Fate y empezamos a organizarnos como juntas internas de la zona”.