ZC:. Danone se fusionó con Arcor y así quedó al frente del negocio de galletitas en todo Latinoamérica. Imaginate, esta multinacional en ningún momento tuvo pérdida y sin embargo cierra la planta de Barracas y despide trabajadores.
CM: Nos entregaron las fotocopias del telegrama de despido y había más de 40 vigilantes dentro de la planta. Afuera nos esperaban más de 90 compañeros para decidir los pasos a seguir. El lunes vinimos todos y no nos dejaron entrar. Estaban con nosotros Leo (Norniella) de Pepsico y Martín (Delfini) de Stani y distintas organizaciones que nos apoyaban como el PTS y la CCC.

¿Y el sindicato de la alimentación?

CM: Los de la Verde de Daer nunca habían hablado con la gente para un plan de lucha contra el cierre. Nosotros fuimos y le dijimos a Mendoza (del STIA) que hagan un paro de toda la alimentación y no lo quisieron hacer porque dicen que tenían que “llamar a asamblea”, pero ellos arreglaron el cierre y negociar las indemnizaciones.
ZC: Teníamos todo en contra: el sindicato del otro lado, nos sentíamos débiles, y la indemnización era muy alta y tentadora para la mayoría y las fueron aumentando para desarmar todo esto que estábamos haciendo en la calle Montes de Oca. Y el mismo Ministerio de Trabajo avalaba todo. Este gobierno que dice que aumenta la producción y el trabajo, avaló la fusión de Danone con Arcor sabiendo que la planta de Barracas debía quedar vacía, con todos nosotros despedidos. Así que la asamblea decidió aceptar las indemnizaciones.

¿Qué conclusiones sacan?

ZC: Para mi fue una experiencia muy grande. Luchar contra una multinacional es muy difícil se necesita organización, tener fe, constancia y una meta. Nosotros éramos un grupo de trabajadores que la única meta era trabajar, la mayoría somos gente grande que nunca presentamos lucha. Yo estoy orgullosa porque varios de mis compañeros se dieron cuenta y se lamentan de no habernos organizado antes. 
CM: En la planta, la Celeste y Blanca ganó por el 56% de los votos. Después de eso, la interna de Pepsico y los compañeros que nos organizamos en el periódico Nuestra Lucha propusimos hacer una mesa de Enlace, una coordinación entre las internas de Terrabusi, Pepsico, Stani y Bagley para que siguiera la oposición en el gremio más allá de las elecciones. Pero eso no salió. Nos hubiese dado más fuerza. Las patronales, las multinacionales y el mismo sindicato nos quieren pasar por arriba, tenernos como esclavos. Esta derrota fue una experiencia. Creo que no vimos la preparación necesaria y no tuvimos la organización que se necesitaba para ocupar la planta cuando llegaron los telegramas. La toma de fábrica es la única para impedir un cierre.