Hoy miércoles 10/9 el Congreso de la Nación discute varios temas importantes. Nicolás del Caño, además, planteó una cuestión de privilegio. Cuando tuvo la palabra, planteó la gravedad institucional que implica que no le permitan ejercer sus derechos como legislador, por ejemplo participando de movilizaciones de trabajadores y garantizado el derecho a la protesta. En la última jornada de lucha de los trabajadores de Lear, el jueves 10/9, el secretario de Seguridad Sergio Berni, responsable de la Gendarmería, pasó de las agresiones verbales a los hechos. A Nicolás del Caño le tiraron gas y le pegaron.

Pero el bloque oficialista había decidido que la intervención de Del Caño, y la de otros diputados, debía contar con un público privilegiado. Por eso la patota del SMATA pudo ubicarse cómodamente en los palcos del recinto. Mientras el diputado del PTS-FIT por Mendoza intervenía denunciando los ataques por parte de Berni y la Gendarmería cuando apoya a Lear, la patota de Ricardo Pignanelli le gritaba, lo insultaba, lo hostigaba.

En momentos en que todo esto sucedía, el presidente de la Cámara, Julián Domínguez (FPV), pedía amablemente “a los muchachos del SMATA si pueden bajar la voz”. Obviamente, no lo hicieron. Para eso habían sido invitados. Lo pudo confirmar el diputado Mario Negri (UCR), a quien, al preguntar “quién dejó pasar a esta gente”, le confirmaron que eran invitados “del bloque oficialista”.

Del Caño terminó, a pesar de los gritos y agresiones, con su intervención. Dejó claro que “vamos a seguir apoyando la lucha de la clase obrera y la juventud, aunque nos hostiguen física y verbalmente, para eso llegamos a este lugar”.