EL GOBIERNO lanzó al ruedo el «debate educativo» para sancionar una nueva ley de Educación. La “invitación a soñar” una nueva educación fue tomada desde la Rosada por Susana Decibe, ministra de Educación de Menem el empresario Paganni de Arcor, los dirigentes de CTERA y UDA y hasta emisarios de la Iglesia. Cantaron presente todos los que aprobaron la Ley Federal de Educación en los ’90. 
El gobierno afirmó que desea hacer obligatoria la escuela secundaria, porque así “lo pide la gente” y así lo exige la UNESCO, dependiente de la OEA. Evidentemente, la tradicional receta noventista ya no es un buen plan. Las transformaciones hechas por el menemismo generaron inconvenientes para que los grandes empresarios realicen la ganancia, pues el cierre de los colegios industriales eliminó la formación de las profesiones técnicas y el desarrollo del obrero calificado. La recomposición de la economía y el gran crecimiento de ramas como automotrices o metalúrgicas, requiere una mano de obra lo suficientemente calificada y barata para que los capitalistas puedan seguir haciendo buenos negocios. Por otro lado, en la “era K” hay menos desocupados pero muchos más pobres, la brecha entre ricos y pobres se multiplicó. Por eso la escuela pública es cada vez más un lugar destinado a la contención social, donde el gobierno se ve obligado a improvisar mecanismos que generen la ilusión de progreso, más allá de que todos los días se cierran cursos en las escuelas medias, producto de un presupuesto miserable, mientras aumenta el aporte estatal a la educación privada.
 
Abramos el debate en la oposición
El Consejo de Secretarios Generales de la CTERA ya resolvió arbitrariamente, “en nombre de todos los docentes”, realizar dos jornadas de debate en las escuelas de todo el país. Pero seguramente el debate que jamás se abrirá es el interés oculto detrás del nuevo proyecto de ley, promovido por los empresarios y la Iglesia, así como los fines de la educación privada y los problemas del presupuesto educativo. ¡Acaso la Ley de Financiamiento no preveé atar la inversión de la educación a las variaciones del PBI! Desde ya, ese debate tampoco arribará a juicio alguno sobre el estatuto docente, en momentos que nuestras conquistas pretenden ser avasalladas en base a criterios de productividad.
Algunos agrupamientos de oposición avanzamos en la organización para preparar el debate. La primera cita es el 10 de junio en el Colegio Mariano Acosta. Es un primer paso. Todos aquellos que nos reivindicamos opositores tenemos la responsabilidad de llamar a los docentes, a los estudiantes y a las organizaciones obreras para luchar por otra perspectiva. La campaña electoral de los SUTEBAS y los plenarios de las seccionales opositoras son espacios donde se puede empezar a aceitar los motores para enfrentar el nuevo proyecto de ley. De seguir este curso estaremos mejor preparados para un congreso pedagógico sin empresarios, ni chupacirios, bregando por una educación al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo.