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Desde Adentro

"En Mafissa esta lucha es histórica"

24 de noviembre 2005

En MAFISSA son cerca de 700 los efectivos y contratados que llevan adelante la producción de hilo que provee el 90% del mercado nacional. Esta fábrica es la vieja Petroquímica Sudamericana, de gran tradición de lucha en los ’70. Sus dueños siguen siendo los Curi.
Desde hace meses los trabajadores están exigiendo un aumento del 40% en su salario, entre otras reivindicaciones.
La mayoría son jóvenes obreros que muestran mucha fuerza y entusiasmo en cada corte de calle que hacen en la puerta de la empresa. Pero esa fuerza también se transforma en bronca mientras los días pasan y las respuestas no llegan.
Para muchos de ellos esta es una experiencia nueva. Es la primera vez que salen a luchar por lo que consideran justo y la unidad ya es una de las enseñanzas que está dejando la lucha.

“Hay mucha unión entre los compañeros, y si no hubiésemos hecho este quilombo no hubiésemos conseguido nada. Por ejemplo los compañeros contratados hoy no tendríamos la categoría que nos corresponde si no fuese por el reclamo.
Ahora se trabaja a reglamento, y por esto estamos presionados principalmente por el supervisor. Hemos tenido muchos aprietes, pero los compañeros han estado respaldándonos continuamente.
Lo que nosotros hablamos es que si quieren tocar a uno acá van a quedar dos turnos adentro hasta que lo vuelvan a tomar. Ya sea contratado o efectivo, no queremos que toquen a nadie”.
En los últimos días entraron a MAFISSA muchos jóvenes contratados para cumplir las tareas que el resto no llevan adelante como parte de la medida de fuerza, y esto genera mucha bronca.
“El problema para nosotros es que acá tomaron mucha gente. Dicen que para nosotros no hay plata, entonces ¿cómo puede ser que en menos de tres, cuatro, cinco días tomaron casi 60 personas, si no es más.”.
Después de la asamblea salen todos a la puerta decididos a cortar la calle de nuevo. Enseguida prenden fuego unas gomas y empiezan los aplausos al compás de la batucada que nunca falta. Aunque ninguna propuesta se acerca al 40% que piden, el optimismo se mantiene.
“Ellos tienen mucha plata. Nosotros lo vemos todo el tiempo, porque nosotros producimos. Acá vos ves que los depósitos se llenan y cuando llegás a la mañana ya están vacíos. Entran y salen camiones todo el día de la fábrica. Esto se va a seguir hasta que llegue el 40%”.
Entre todos comentan las impresiones que les dejó la asamblea. Alguien pregunta por el sindicato y la respuesta se repite, “son unos caraduras, están borrados y ahora vienen a felicitarnos por la lucha”. Quizás por eso algo nuevo se suma a esta experiencia: acaban de votar en la asamblea elegir en sus secciones a los compañeros que los representen.
“Vamos a formar una comisión que nos respalde de los problemas que surjan en cada sección. Que sean uno o dos compañeros por sección”, explica uno de los trabajadores y aclara “vamos a hablar con el Sindicato para que los respalden y los compañeros estén seguros, puedan trabajar libremente y sin miedo. Para mí está bárbaro eso, que nosotros podamos elegir nuestros delegados”.
Uno de los viejos trabajadores de la fábrica se siente orgulloso por la lucha que están dando y por la fuerza de los jóvenes.
“Nosotros vamos a seguir con la medida de fuerza por tiempo indeterminado. Por ahora estamos firmes, todos los compañeros están adheridos. Es la primera vez que yo veo esto en la empresa, en 27 años que estoy acá. Yo soy optimista y pienso que lo vamos a ganar.
A mí me parece que con el correr de los años va cambiando la mentalidad de la gente. Antes vos le decías de hacer una medida de fuerza y no se adherían. Ahora no, los chicos son todos compañeros. El miedo se fue y eso es lindo, es positivo para la lucha que estamos haciendo. Estamos muy unidos que es lo importante. La herramienta principal es la unión, y se ve con los efectivos y contratados”.
De a poco se van acercando a la puerta. Como todas las tardes que hay corte los trabajadores se reúnen a esperar que los supervisores y gerentes salgan de la fábrica y comienzan a gritar el aumento. Están convencidos que el reclamo es justo y eso los mantiene fuertes y unidos mientras se preparan para el próximo día de lucha.

Prensa

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