Mientras 1.600 asesinos de gatillo fácil siguen impúnes y la policía sigue reprimiendo a diestra y siniestra, casi medio centenar de luchadores obreros y populares, como los compañeros de Caleta Olivia o Castells, están presos y otros cuatro mil se encuentran procesados.
En Quilmes, en particular, mantuvieron detenidos durante 10 días a dos militantes del MIJD con la ridícula acusación de "haber extorsionado a un frigorífico por 5 kilos de mondongo". Esa misma justicia es la que mantiene libre al ex oficial Salmo, el que le disparó a Carla Lacorte, imputándole apenas "lesiones culposas", es decir sin intención, y es la que se prepara para absolverlo definitivamente.
Los asesinos libres, los compañeros presos. Esta es la Argentina de Blumberg que Kirchner y la justicia hacen realidad. No lo permitamos.